"espíritu olímpico" según Gris Ceniza

8 de diciembre de 2008

(1a parte)

Samu estaba sentado en una mesa redonda al igual que los otros cinco desconocidos. Justo encima de ellos una única lámpara de cristal iluminaba de forma desigual la habitación, dejando que el denso humo del tabaco visitara a solas los rincones más oscuros de la sala.
Samuel Delafé no sabía exactamente como había llegado hasta allí.
Tenía un vago recuerdo; en el aeropuerto compró un billete para un vuelo prácticamente al azar. Una vez bajó del avión, se subió a toda prisa en el primer autocar que arrancaba. En el último pueblo del recorrido se apeó, y anduvo sin dirección concreta durante casi dos horas, dejando los restos de la civilización detrás suyo. Por último se adentró en las colinas y atravesó un sendero invisible hasta llegar a aquella cabaña de vieja madera.
Samuel Delafé sin embargo tenía muy claro para qué había ido allí.

A los desconocidos no los había visto nunca antes. Se sentaban como él alrededor de la mesa, y todos se miraban con una extraña mezcla de emociones. Pero había una que se repetía en cada una de aquellas miradas y Samu no terminaba de reconocerla.
Un ejecutivo con camisa y corbata no dejaba de hablar. Reía sus propias ocurrencias, y se daba un aire de importancia, como de cierta superioridad, pero la verdad es que se le veía histérico. Sólo le daba conversación la única mujer de la mesa, una cincuentona enorme, obesa, a la que le temblaban las manos, e intentaba – sin éxito- encenderse un nuevo cigarrillo antes de terminarse el que estaba fumando.
-Muy buenas noches- una voz potente y agradable justo detrás de Samuel les hizo callar a todos-. Soy el señor Bodh, y ustedes son mis invitados. Espero estén todo lo cómodos que se puede estar en un sitio así- el que hablaba era un altísimo hombre calvo. Samu no lo había visto hasta que empezó a hablar, y estaba seguro que el resto de invitados tampoco.
El recién llegado sonreía abiertamente y sus gestos, atentos y educados, hicieron que todos se relajaran un tanto. Todos menos Delafé, que ahora sabía qué emoción había estado viendo en las miradas del resto de invitados: miedo.
Acompañaba al anfitrión un sesentón de pelo grisáceo que le caía en una cascada hasta los hombros. No se separaba de una alta mesita metálica sobre la que reposaba un maletín blanco. A su izquierda un perchero repleto de abrigos, y a la derecha una gran ventana que dejaba ver un cielo oscuro, sin rastro de la luna ni de una sola estrella.
Un hombre con una descuidada barba de naufrago se removía incómodo en su silla. Cogió de encima de la mesa, delante suyo, un cuchillo grande y lo examinó muy de cerca. En la cara de sorpresa del resto, Samu vio que no era el único que no se había fijado hasta entonces en que cada uno tenía delante suyo un cuchillo idéntico y un trapo limpio. Todos los que se sentaban alrededor de la mesa se miraron unos a otros con desconfianza. Samu supo, como había sabido que todos tenían miedo, que alrededor de la mesa todos eran enemigos.

El calvo, ahora de pie junto a la señora, admiraba satisfecho la escena.
-Les ruego que me perdonen, es importante que les recuerde las reglas del juego- apoyó sus manos en los hombros de la gorda y del chino que tenía a su derecha y ambos se sobresaltaron a su contacto-. Un pequeño sorteo determinará quién de ustedes será el primero y empezaremos la rueda- siguió girando alrededor de los invitados, y fue visible el descanso que eso supuso para la gorda y el chino-. Ustedes, queridos míos, en cada ronda tendrán dos opciones durante su turno: jugar o rendirse. Si deciden que es el momento ideal para dejar el juego, les invitaremos amablemente a abandonar la casa. Por el contrario, pueden seguir jugando hasta que el último que no haya tirado la toalla sea el vencedor. Si nadie llega hasta el final, gano yo. Creo que ya tenían todo esto claro antes de venir hasta aquí. Seguidamente les entregaré el contrato que ustedes firmarán voluntariamente y empezaremos sin más- el calvo había rodeado toda la mesa y acabó su discurso justo al llegar al lado de Samuel, al que no llegó a tocar. Levantó las manos en lo que debería haber sido un gesto amistoso y concluyó-. Si alguien tiene alguna duda creo que este es el momento de preguntar.
Samuel recorrió con la vista a los que seguían sentados en la mesa y seguía viendo miedo, pero también excitación, curiosidad, y en algún caso hasta placer. Sabiendo que eran rivales, a Samu le vino a la mente la imagen de una carrera de atletismo en una olimpiada, justo en la salida: los rostros de concentración de los participantes, ansiedad, incluso soledad; cierta fuerza irracional capaz de hacer cruzar los límites del cuerpo humano; el afán de superación; el espíritu olímpico… Samuel Delafé sonrió.
-Perdone señor Delafé pero parece que alguna cosa le resulta graciosa ¿podría compartirlo con los demás si fuera tan amable?- por primera vez el calvo había dejado de sonreir.
-Verá señor Bodh, me preguntaba si podía usted recordarnos para que jugamos…- esto le devolvió la sonrisa al anfitrión.
-Cierto señor Delafé, olvidaba su extraordinario interés por el dinero. Son seis mil euros por pieza. Pero no se preocupe, todo esta muy bien especificado en los contratos. Señor Wickbud por favor…
El hombre de la melena grisacea cogió de la mesita metálica un fajo de papeles y se los acercó al calvo.
-Léanlo detenidamente y si están de acuerdo firmen en las dos últimas hojas, una para ustedes y la otra para mí.
En la mesa el que parecía más complacido por que esto fuera a empezar era un hombre grueso con acento italiano que había permanecido con las manos entrelazadas hasta ahora. Carraspeó y sacó un bolígrafo del bolsillo interior de su chaleco. Samu reconoció otro bulto oculto, una pequeña pistola automática, pero nadie más pareció darse cuenta. El señor Wickbud les entregó una copia a cada uno y volvió a su sitio junto a la mesita metálica.
El primero en firmar sin leer el contrato era un tipo duro, de cabeza y cuellos enormes, de aspecto violento. No había abierto la boca en todo el rato y no dejaba de crujirse los dedos de las manos. No perdía detalle de lo que sucedía en la habitación, como si en cualquier momento tuviera que saltar a repartir mamporros en todas direcciones. Aunque hubiese llevado la camisa abrochada no hubiera podido ocultar los kilos de musculatura, y por si a alguien no le quedaba suficientemente claro, sus ojos y sus tatuajes (incluso en el pecho) parecían decir: “vamos, ponme a prueba”. Además, siendo todos rivales, el tipo duro ya había hecho un buen enemigo; él y el chino no dejaban de mirarse con odio, controlando una creciente rabia que peleaba por salir a flote. Samu llevaba rato esperando verlos saltar y matarse a cuchilladas sobre la mesa, pero percibía que eso, de momento, no iba a suceder.
Cuando Delafé leyó el contrato y firmó, el ejecutivo releía una y otra vez las hojas, como si buscara algún punto invisible, y el chino ni lo había abierto. Todos los demás habían firmado ya. Harvie, el chico de Wall Street, tenía la camisa empapada de sudor, se recolocaba las gafas sobre el puente de la nariz con irritación, y terminó firmando. Inmediatamente después Wang, el chino, abrió el contrato por las dos últimas hojas y firmó. Wickbud recogió todos los papeles y los bolígrafos y se alejó de nuevo.
Ahora Samu ya sabía un par de cosas más: a) seis mil por pieza significaba seis mil euros por dedo; b) él también tenía miedo.

El sorteo fue rápido, unas cartas de poker y el azar decidieron que el primero en jugar sería el italiano, y a partir de ahí seguirían en el sentido contrario a las agujas del reloj, lo que ponía a Samuel en segundo lugar. Los rostros alrededor de la mesa se ensombrecieron, pero el señor Bodh no dejaba de sonreir.
El italiano cogió el cuchillo y miró fijamente el filo, como si con la mirada pudiera comprobar lo afilado que estaba. Extendió la mano izquierda sobre la mesa, tan separados los dedos como pudo, y tras una breve pausa empezó a descender el cuchillo. La expresión del italiano permanecía ajena a todo cuanto estaba sucediendo allí. Sus ojos vacíos de toda emoción contrastaban con los del hombre de la melena gris, que brillaban con vida propia, devorando la escena con avidez.
Luigi DiLucca se cortó un dedo a la altura de los nudillos. Su cuerpo no reaccionó; si acaso sus cejas se levantaron durante un segundo como si no terminaran de creerse que había sido capaz de hacerlo.
Inmediatamente el señor Wickbud tapó la mano con una gruesa toalla y prácticamente no vieron más sangre que la que empezaba a teñir el paño. Cogió el dedo con otra toalla y lo depositó en una cajita de cristal de forma esférica. El chino parecía no querer mirar; la gorda se tapaba la boca pero no podía apartar la mirada; mientras que el ejecutivo se había quedado literalmente con la boca abierta. Wickbud dejó la cajita justo en el centro de la mesa, con el dedo ensangrentado a la vista de todos, y volvió junto a la mesita metálica.
-Enhorabuena señor DiLucca es usted nuestro primer valiente- dijo el anfitrión-. Ya tiene usted asegurados sus primeros seis mil euros, siempre, claro, que aguante hasta que el turno vuelva a usted otra vez, entonces usted podrá escoger entre cobrar o seguir jugando.
Todos continuaron observando la cajita y el dedo con enfermiza obsesión. Era repugnante tenerlo allí delante, pero más aun la idea de que poco a poco se iban a ir juntando dentro los dedos de todos ellos, hasta que hubiera un ganador.


Samuel tragó saliva con dificultad y todas las miradas se dirigieron sobre él. Una mano invisible ralentizaba sus movimientos pero consiguió coger el cuchillo y mantenerlo a la altura de sus ojos unos instantes. El reflejo de su rostro le miraba desde el plano del cuchillo y por un momento Samu creyó que los ojos que le observaban con tanta serenidad no eran los suyos. Un instante después tenía a Wickbud al lado y una toalla le cubría la mano. De nuevo todas las miradas se centraron en la cajita de cristal, ahora con dos dedos en su interior.
Samuel estaba paralizado. No entendía como había sucedido. Ni había dudado qué dedo cortar, ni tan siquiera había sentido dolor. Era como si él no hubiera tomado la decisión, ni hubiera cortado, ni que el dedo fuera suyo.

La señora obesa empezó a toser bruscamente. Se tapaba la boca intentando contener las arcadas. Su cuerpo se agitaba violentamente y su papada parecía que iba a salir despedida para caer sobre la mesa.
-Bien, bien. Parece que empezamos la ronda sin dudas- Mr.Bodh sonreía-. Señorita Flowart es su turno, si es usted tan amable…
La señora tosía cada vez con mayor esfuerzo, era un ataque de tos brutal.
-Se encuentra bien señorita Flowart?-los ojos del calvo parecieron agrandar la sombra de su sonrisa.
Entonces ella vomitó. Una masa de líquido amarillento brotaba de entre sus dedos pegados a la boca. Resbalaba por su mano, por la barbilla, la enorme papada, y el generoso escote. Los miró a todos entre avergonzada y aterrorizada, mientras todos la miraban a ella. Otra convulsión más. Su pecho y su cuello se contrajeron hacia adentro y entonces su estómago quiso salir a través de su boca. Vomitaba una masa viscosa a excesiva presión. Sus ojos desorbitados miraban al techo, luego miraron a sus compañeros de mesa pidiendo ayuda en silencio, pero nadie se movió.
Tras un par de interminables minutos se quedó vacía por dentro. Se enjuagó la boca con el dorso de la mano y pidió disculpas. Wickbud pasó una de sus toallas limpias y un instante después parecía que nada hubiera ocurrido con la gorda.
Ella, con el rostro desfigurado por el esfuerzo, miró al calvo y éste le devolvió la mirada dirigiendo su vista hacia el cuchillo que esperaba enfrente de ella. Hizo el gesto de cogerlo pero con la mano congelada en el aire pasó la vista por todos sus rivales y la volvió a bajar hasta su regazo.
-Creo que no me encuentro bien- susurró. Empujó la silla hacia atrás y se puso en pie con dificultad.
-Parece ser que la señorita Flowart se muestra indispuesta y prefiere dejarnos- la sonrisa del calvo continuaba allí pero sus ojos chispeaban con ira. Ella le devolvió la sonrisa, se volvió a disculpar argumentando algo sobre su salud, y movió su enorme cuerpo a una velocidad imposible para alguien de su tamaño hasta llegar a la puerta. La abrió, cogió su abrigo, y salió sin mirar atrás, sin que nadie pudiera añadir nada más.





(el que quiera leer la 2a parte solo tiene q pedirlo via coment, xq pensé q era demasiado largo para colgarlo todo aqui)

"4objetos" según Fucksia Anorak

25 de noviembre de 2008

-....Por tanto, ha sido absolutamente normal nuestra sosegada reacción.

Así concluyo Bob Gilmour su extensa declaración. Los esbeltos fantasmas de Srtangman abandonaron el compartimiento y avanzaron por el angosto pasillo del oxidado tren.

Gilmour carraspeo y dijo:

-Menos mal que ninguno de nosotros nada tiene que ver con ese tal Evans.

-¡ Realmente esos fantasmas asustan!- comento el Doctor Goerings

-No mucho más que el propio Strangman-comento Susan Battles.

El oxidado tren avanzaba sin barreras, penetraba el paisaje como una cuchara en un pastel de chocolate.

-Si me disculpan-dijo Gerald Rea- voy al excusable.

Se levantó y salió del compartimento. Se dirigió hacia el final del vagón, que era donde estaba el servicio. Hizo sus necesidades y volvió a su asiento. Al abrir la pequeña puerta del compartimiento, vio que ninguno de sus compañeros de viaje estaba.
Se sentó y observo que el asiento de Bob Gilmour había un arrugado bastoncillo para limpiar las orejas ensangrentado. Gerald Rea se inclino para observarlo detenidamente pero acabo ignorándolo. Su triste mirada se poso en el difuso paisaje y así estuvo hasta que, bruscamente, la puerta se abrió violentamente. Entro un joven sudoroso, que resoplaba y miraba nerviosamente toda la pequeña estancia

-Usted debe ser Evans-dijo Gerald Rea con el gesto serio

-Si, lo soy

Evans permaneció unos eternos segundos de pie, hasta que decidió sentarse enfrente de Gerald

-¿ por que le están buscando?- pregunto Rea

Evans no contesto. Se meso el rugoso pelo y dijo:

-Porque soy Strangman

-¡ Gracias!-susurro Gerald

Este último cogió el ensangrentado palillo y garabateo algo en su asiento. Acto seguido, abrió la ventana y, en milésimas de segundo, se arrojo. Strangman frunció el ceño y fue a cerrar la ventana. Al hacer el gesto, una afilada pluma entro flotando y se le clavo en un ojo. Grito y la realidad empezó a deformarse, desafiando las leyes físicas. El tren se dobló sobre sí mismo y Strangman apareció en medio de una vía de tren. Junto a el, había un trozo de baqueta del compartimento. Había escrito algo en el, parecía sangre. El arcaico texto decía: “ Mira detrás de ti”. Lo hizo, y vio como sus fantasmas avanzaban hacia el. Aparecieron dos fantasmas mas llevando un quebrado espejo y lo posaron a escasos centímetros de Strangman. El lo cogió por los lados y empezó a sonreír mientras lloraba.

"relato erótico" según Púrpura Tenue

12 de octubre de 2008

Fuera llueve. Llueve rápido, fuerte y sin descanso. Aunque sólo son las 4 de la tarde, ya es de noche. Afuera no hay nada. Sólo el cielo, que empuja a las nubes haciéndolas gritar. A dos mil metros de distancia vertical, la tierra espera impaciente el aliento que viene de arriba.

El agua cae, suena… machaca la superficie. El cielo se enciende. Son las estrellas que, despistadas por el fenómeno, deambulan de un lado a otro en busca de su constelación.

Cerca, muy cerca de allí, en mitad de la nada, dos seres insignificantes están a punto de conocerse.

Fuera, en la superficie, huele increíblemente bien. Las ramas de los árboles se expanden en todas las direcciones, esperando quizá, encontrar algún compañero al que aferrarse. Mientras, el agua sigue formando surcos en la tierra.

Llueve dentro. Llueve que quema. En el coche, el jugueteo de las estrellas y el cielo pasa prácticamente desapercibido. Dentro, acaba de empezar otra batalla mucho más emocionante.

Tiemblan, los dos tiemblan. No es que sean inexpertos pero, por primera vez, se sienten indefensos.

A tres botones menos de distancia, él empieza a ponerse un poco nervioso. Ella está jugando con su blusa. ‘Está más guapa que nunca’, piensa él. Sin saber muy bien dónde mirar, descubre la curva de su cuello. Tiene la piel de gallina. Dos segundos después, se sorprende mirando su escote.

Antes de poder apartar la mirada, ella ya está encima de él. Se besan como locos, como en las películas (en la versión para mayores de 18 años) donde un meteorito gigante está a punto de acabar con la vida en la tierra.

Se devoran como dos bestias salvajes. Ya no existe la música de la radio, ni el crujir del agua en el cristal, ni los rayos, ni el viento, ni tampoco el atardecer. Afuera no hay nada más.

Le besa los ojos, la boca, la piel… Sus dedos se deslizan siguiendo la estela de lunares que tiene en el cuello. Ha contado siete. Ella, que lleva dos minutos de ventaja, dirige sus manos hacia su pecho. Tiembla, otra vez tiembla. Los dos tiemblan. Él vuelve a sentir su piel de gallina acariciando su cuerpo.

No se cansan. Llevan así más de 15 minutos, ansiosos como un par de niños pequeños por el postre del domingo, ralentizan cada bocado, temiendo acabar con el dulce demasiado rápido…

Dentro diluvia. Se agarran, se muerden, se hieren… A dos mil metros de distancia vertical, la tierra responde agradecida. Fuera, la naturaleza, contempla, atónita, la aventura de un par de cachorros humanos.

"relato erótico" según Naranja Pasado

1 de octubre de 2008

Sonará el timbre de la puerta, y sabrás que soy yo. Y sabrás lo que te espera...

Te acercarás a abrir, casi estremeciéndote imaginando lo que haré al traspasar el umbral. Quizás sin dirigirte la palabra siquiera.

Me abrirás, y en el mismo marco de la puerta ya te estaré besando. Nada de caricias dulces. De buenas a primeras, notarás el calor que emito desde cada poro de mi piel. Mi lengua jugueteará con la tuya y mis manos recorrerán tu cuerpo, aún vestido, sin ningún tipo de vergüenza o tapujo.

Caliente, tanto que quema. El baile de feromonas será tal que podrá percibirse como una niebla que nos envuelva. Comenzaré a desvestirte allí mismo, ante el espejo recibidor, y podrás ver tu imagen reflejada, mirándote fijamente mientras yo te esté lamiendo el cuello. Mis manos comenzarán a tocar tu piel ya desnuda, y notarás otra vez ese estremecimiento de lo que se avecina. En este momento te darás cuenta de que la ropa interior ya sobra.

Te miraré fijamente mientras me muerdo el labio, y mientras lo haga notarás como mis dedos comienzan a explorarte. Todo arderá de tal manera que incluso creerás que el vaho empaña los cristales.

En un instante estaré detras tuyo, empujándote contra el espejo, sujetándote una mano y paseando la otra por donde yo quiera.

Te dejarás ir; sabes perfectamente que los gemidos me ponen.

"relato erótico" según Blanco Niebla

“Estábamos sentados, uno al lado del otro. En la televisión solo daban programas de concursos basura y tele tiendas, era ya muy tarde... Los dos andábamos calientes, hacía días que el ambiente andaba bastante cargado, nuestras vidas estaban tan ocupadas que ni siquiera teníamos tiempo para las relaciones íntimas. Con el sonido de una de las melodías televisivas comenzó a tocarme la pierna, yo me sobresalté, había encendido el botón que hacía días que andaba en Off. Fue subiendo la mano hasta que llegó a la entrepierna, el calor de mi cuerpo reaccionó ante su mano, helada, sensación que me gustó y que dio la voz de alarma a todas mis hormonas que abandonaron el estado mórfico que las mantenía en calma. Le miré a los ojos y vi la profundidad de su mirada; tenía las pupilas dilatadas –posiblemente yo también las tenía- Sus ojos siempre habían tenido una profundidad inusual, especial, y aquella noche no podía ni siquiera avistar el horizonte que siempre había sumergido en ellos.

Comenzamos a besarnos, poco a poco, saboreando el néctar que albergaban nuestras lenguas. Su mano, todavía en mi entrepierna comenzó a moverse lentamente, se aferró con fuerza a mi minúscula ropa interior y fue deslizándola suavemente, como si de un baile armónico se tratara; Fuimos dando rienda suelta a nuestra pasión, desnudándonos en cada impulso. Sus manos hacían reaccionar todos los músculos de mi cuerpo, extasiados, embriagados de placer. Entonces, me tomó con fuerza y me empujó contra el colchón, algo brusco, pero muy sexual, algo que hizo subir la temperatura a muchos más grados de los que se encontraba su mano mientras me acariciaba el sexo. Yo boca abajo, él detrás mío; comenzó a lamerme la espalda y fue bajando poco a poco hasta que llegó al punto donde estaban reunidas todas mis neuronas en ese momento; comenzó a mordisquear, a lamer, yo me derretía de placer, nunca nadie me había comido tan bien el coño, sí, tenía que decirlo, aunque sea una ordinariez. Comencé a moverme bruscamente, los movimientos que manaban de mi cuerpo lo excitaban más y más. Entonces, como si estuviera poseído por algún dios infernal, levantó la vista y haciendo un gesto de triunfo con la mirada me penetró; un estallido de dolor y placer surgió de mi boca; el ritmo trepidante con el que comenzó hizo que sudará cada poro de mi piel. Me encanta que los hombres tomen el control. Entonces, de repente, retiró su miembro y me agarró las muñecas dándome la vuelta; tenía un as en la manga: “shh, cierra los ojos”. Me vendó los ojos con un pañuelo y me ató las muñecas con una especie de cuerda (posiblemente el cordón de una de sus converse); sus manos me balanceaban y yo estaba cada vez más excitada, entonces volvió a embestir, esta vez a cuatro patas, mis glúteos chocaban contra sus muslos en un frenético bamboleo. El roce de su miembro contra el interior de mi vagina era como si explotase todo el universo. Así, llegué al orgasmo. “ahora te toca a ti seguir el juego”. Después de seguir su misma táctica, una vez atadas sus manos, pero no cubiertos sus ojos –quería que lo viera todo- bajé hasta su polla –para que llamarlo de otro modo- y, con ese peculiar olor a sexo, a saliva y a sudor, comencé una felación que duraría casi 20minutos, él se moría de placer, me pedía más y más; en el momento en que aquel éxtasis llegó a su punto más alto me aparté, me puse de cuclillas e hice que me penetrara de nuevo mientras expulsaba desde dentro todo ese placer sexual. Lo desaté y calló rendido entre mis pechos. “esto hay que repetirlo, quiero ver hasta que punto podemos llegar”.


[*] Espero no herir la sensibilidad de nadie ;)

"relato erótico" según fucksia anorak

Ella estaba desnuda, recostada de lado, dándome su eterna espalda. Yo la acaricié con el dedo índice de arriba abajo. Me recordaba a una majestuosa estatua derruida, a un belleza inmortal. Pues las estatuas son hermosas cuando están derruidas, ya que imaginamos su esplendor y soñamos e idealizamos su majestuosidad.

Mi áspera lengua recorrió el borde de su oreja izquierda y la abracé con mi escuálido brazo izquierdo. Su hermosa cabeza empezó a brillar y, poco a poco, a perder su opacidad. Mordisqueé su exquisito cuello y su estilizada cabeza brillaba más y más.

Grácilmente, se tumbó boca abajo y yo me acaricié el pene. Me puse de rodillas sobre su cabeza y mis manos se introdujeron, lentamente, en su luminoso cerebro. Mis claros ojos se pusieron en blanco. Y la penetré. Ella apenas gesticulaba, permanecía impávida. Lo único que movía era sus deliciosos brazos, como si estuviera volando.

Yo empujaba cada vez más rápido. Era de las pocas veces que el incontrolable tiempo estaba a nuestra merced. Una eternidad, un instante...No importaba, las reglas eran diferentes pero las personas eran las mismas.

Y, al cabo de unos placenteros minutos, Grité, jadeé y un chorro de violenta luz salió escupido por mi húmeda boca. Escalofríos tenía en las rodillas, tuve que apoyarme en la pared y respirar muy lentamente. Y sonreí.

Ella clavó sus afilados codos en el caro colchón y levantó su, ya no luminosa, cabeza con una amplia sonrisa. Le acaricié las mejillas con todos los dedos de la mano derecha y le miraba punzantemente a los exquisitos ojos. Suspiró dulcemente y dijo: “Ahora me toca a mi”. Me incorporé y caminé como una sigilosa pantera hacia su perfecta vagina*. Puso sus aterciopeladas piernas sobres mis hombros y mi cabeza empezó a perder su opacidad y a brillar como una nova. Y ella introdujo sus rígidas manos en mi cerebro y empezó a jadear y gemir. Gemir. Gemir. Gemir Gemir eternamente. Ya nunca pude separarme de su perfecta vagina. Toda la eternidad.



*¿ Cómo definir (o nombrar) la palabra coño sin que suene violenta o vulgar? Pensado (cosa rara) he puesto al final “perfecta vagina”, pero he estado a punto de poner “rosada feminidad”. Joder, el hartón de reír que me he “pegao”. “Rosada feminidad”.... Me parto.

"1r encuentro" según Blanco Niebla

22 de septiembre de 2008

Nunca pudo imaginar que aquella decisión le arrastrara hasta tal punto de locura.




Se despertó temprano, no quería que la mañana fuera efímera, tenía miles de cosas que hacer antes de ir al trabajo. Se duchó, se tomó su café mientras se fumaba el pitillo mañanero y se vistió para salir a la calle. Recorrió las tiendas de costumbre y volvió a casa. A las 2 ya estaba frente a la pantalla del ordenador.

Vivian juntos desde hacía un año y medio, aquella decisión fue quizás algo premeditada pero los dos estaban de acuerdo en que era lo mejor para que la relación siguiera para adelante. Ambos tenían miles de dudas pero sabían que el otro estaría allí siempre, para apoyarle. No tenían grandes lujos, vivían el día a día, no se molestaban por el futuro y aun menos por el pasado, vivían el presente saboreando cada segundo. Para ninguno de los dos era esa su primera relación, los dos habían experimentado antes la sensación de querer a alguien pero esta vez sabían que era diferente, esta vez no solo era amor, la compenetración y las ganas de hacer cosas juntos se sumaban al fervor y a la pasión como antes nunca les había ocurrido.

Aquella tarde bajó a casa andando, decidió no coger ningún medio de transporte, no le importaba llegar 10 minutos tarde porque él le había dicho que no se preocupara por la cena, que la harían cuando llegara ella. Además de los tópicos que se dicen todas las parejas cuando se mandan un mensaje de móvil, él le había dicho que esa misma noche le esperaba una sorpresa. Ella estaba nerviosa, no sabía que podía ser, no tenía ni la más mínima sospecha, quizás él hubiera decidido hacerle una cena especial, o quien sabe, a lo mejor, aprovechando que al día siguiente era festivo había decidido invitarla a cenar a algún restaurante del centro de la ciudad.

Sacó las llaves del bolso, siempre le costaba un rato encontrarlas, y no es que llevara muchas cosas en aquel reducido espacio, siempre había tenido dificultad para estas cosas y se ponía nerviosa cuando no encontraba algo, por eso, muchas veces, se ponía a hurgar en el bolso mucho antes de llegar al portal.

Subió las escaleras y al abrir la puerta fue sorprendida por Dante, que la llenó de babas y le dio los primeros besos de la noche. Al entrar lo primero que miró fue el comedor, allí no había ningún atisbo de cena especial, tampoco en la cocina había restos de ollas sucias ni de platos a medio preparar. Tenía la costumbre de no saludar cuando llegaba a casa, una mala costumbre, si.

El cuarto del ordenador estaba vacío. Entonces llegó al salón y los vio. Se quedó sorprendida y de su boca solo salían preguntas que no encontraban respuesta. Él la tranquilizó. Sabía que cualquier día iba a ocurrir, que tarde o temprano tendría que tener el primer encuentro con el mundo de él, con sus sueños, con una realidad que ella había estado ocultando en su subconsciente desde que había llegado a la ciudad. No estaba preparada para llevar a cabo aquel ritual; no se lo esperaba; sabía que desde que había decidido continuar con todo aquello un día tendría que llegar su mayor pesadilla; una pesadilla que para él era uno de sus sueños más esperados. Encima de la mesa del salón había unas botellas de alcohol, no había nada de cena; ella, muerta de hambre al llegar al umbral de la puerta, se había quedado sin apetito, solo quería despertar. No podía negarse, se lo había prometido, el momento, el lugar y la hora que él quisiera, no podía oponerse, esto era una decisión de ambos. Ella sabía que el corazón no atiende a la razón, aunque para ambos la razón confluía en diferentes puntos.

Por fin, lo hicieron.

Al despertar, ella noto un olor a sábanas ajenas, aquel perfume no era el habitual; todo le daba vueltas, su locura comenzaba a germinar, ya no había vuelta atrás. La desconocida ya no estaba, de echo, a las 4 horas se había marchado quién sabe si para regresar o no. Él todavía dormía, como siempre, a su lado; pero aquella mañana todo había cambiado a su alrededor. No paraba de darle vueltas, quería olvidarlo todo pero no podía, su cabeza estaba llena de imágenes que nunca serían borradas, había sido espectadora y partícipe de excepción de uno de sus sueños. No podía auto convencerse, no debía hacerlo, pero ahora todo empezaría de 0, lo había echo; algo que creía que nunca podría hacer, pero este echo no había conseguido endurecer su corazón, al contrario, se sentía mucho más débil, desnuda.

A partir de aquel primer encuentro todo cambió, porque las ansias crecieron, siempre quedaba un nivel más que alcanzar, hasta que su mente puso fin, la locura la embriagó y aquellos encuentros fueron sustituidos por una cuchilla en un lavabo ensangrentado. Cuando él la encontró ya era demasiado tarde. A veces los sueños de uno son las pesadillas de otro.

"Amor" según Magenta Obstinado

19 de septiembre de 2008

IRREVERSIBLE

- Comenzamos en 3 … 2 … 1 …
- ¡Un momento! – interrumpió el sujeto número 13 – no estoy seguro.

La enfermera que manipulaba la enorme máquina, se detuvo en seco y se acercó a la camilla del paciente.

- ¿Qué le ocurre? – le preguntó de una manera tan dulce que sólo inspiraba confianza – cuénteme sus dudas.
- Creo que me dolerá…
- ¿No le duele más ahora?

El paciente cerró los ojos con fuerza, dejando escapar una lágrima hacia la oreja.

- Si… pero ahora sé que mis sentimientos son reales. Puede que mañana hable una fórmula química por mí.
- Ha hablado del proceso y de sus preocupaciones con los doctores durante semanas – respondió la enfermera – Nadie le ha obligado a dar su consentimiento, está aquí por voluntad propia.
- Lo sé – volvió a abrir los ojos para mirar a la mujer del gorro azul – Lo sé… pero tengo miedo de no ser yo mismo.

La enfermera se acercó más al sujeto para susurrarle.
- Por lo que sé de su caso, creo que está haciendo lo correcto.
- ¿En serio? – preguntó el hombre, ansioso por recibir apoyo de cualquiera que quisiera dárselo.- Pensaba que las enfermeras no tenían acceso a esa información.

Ella movió la cabeza afirmativamente.

- Es cierto. No debería ser así, por motivos de seguridad. Nunca se sabe quién puede estar detrás de la máquina ni cómo va a programarla antes de la inyección… Pero ya sabe lo que ocurre en los lugares pequeños – hizo un gesto con la mano restando importancia al asunto – todo se filtra.

El sujeto pareció incomodarse ante las últimas confidencias, molestia que la enfermera se apresuró a eliminar.

- No se preocupe. Si le hablo tan claramente, es para que entienda que puede confiar en mí. Conozco mi trabajo a la perfección, no sentirá ningún dolor y haré exactamente lo que usted y los doctores han decidido previamente. – Hizo una pausa para ver como surtían efecto sus palabras – Creemos que lo que está haciendo es realmente digno de admiración. Es usted un gran hombre.
- No lo he sido tanto en el pasado…
- Pero el caso es que desea corregirlo – le tocó el brazo con delicadeza – además, no puede cargar con toda la culpa, esa mujer lo embaucó.
- No – la frenó él – yo sabía lo que hacía. Me encapriché de una mujer muy guapa que pasaba por un mal momento y necesitaba a alguien en quien confiar. Me aproveché de su situación – otra lágrima se unió a la línea húmeda de su costado – Me aproveché de ella por un capricho y luego la abandoné.

La enfermera parecía realmente triste con su historia, pero hizo todo lo posible por reponerse y continuar hablando.

- Seguro que no todo fue culpa suya… Además, ahora todo se arreglará, su mujer está esperando fuera con su hijo. Cuando salga usted de aquí, no volverá a pensar en otra mujer que no sea la suya, se sentirá plenamente enamorado y su vida se colmará de felicidad.
- No lo creo – el paciente miraba hacia la máquina con una mezcla de miedo y esperanza – Nunca me olvidaré de ella, mi culpa me perseguirá siempre.
- No sea dramático – la enfermera intentaba mostrarse indiferente, aunque se percibía claramente su turbación – No ha sido el primer marido infiel en la historia, ni será el último.
- Ojalá hubiera sido sólo eso.
- ¿No lo fue?
- No… fue mucho peor. Ella…

Le costaba demasiado hablar, pero hizo un esfuerzo.

- Ella se suicidó.

La mujer ya no intentaba ocultar su angustia, tenía los ojos completamente empapados en lágrimas, que ahora dejó salir a borbotones.

- Por eso sé que nunca seré feliz del todo. Siempre sabré que hice algo terrible en mi vida.

Ambos permanecieron unos instantes sumidos en sus pensamientos, hasta que el propio paciente los interrumpió.

- Adelante. Hágalo, estoy preparado.
- De acuerdo.

La enfermera volvió a su puesto y se puso a introducir números en la pantalla lateral del brazo mecánico durante un buen rato. El paciente mientras tanto, miraba hacia el infinito, hacia sí mismo y sus recuerdos, intentando guardar un resquicio del amor que sintió por Alicia, en algún lugar oculto de su cerebro, un pequeño homenaje del que ella ya no podría tener conocimiento. Suspiró, miró por última vez el brazo mecánico que ya estaba programado y acercaba la aguja hacia su corazón, y se preparó para lo que iba a ocurrir.

Ciertamente, fue rápido y no sintió ningún dolor, pero la cabeza empezó a darle vueltas y poco a poco notó cómo se sumergía en la inconsciencia sin poder evitarlo. Buscó con la mirada una cara amiga que lo tranquilizara, pero lo que vio le produjo el efecto contrario. La enfermera, que en ese momento se había quitado la mascarilla, se acercaba a él con una mirada muy extraña, preguntando ¿me conoces?.
Le resultaba terriblemente familiar, pero no, no la conocía… o tal vez si… no era capaz de centrar sus pensamientos.

Ella habló.

- No, no me conoces. Pero seguro que mi cara te resulta familiar – estaba otra vez al lado de la camilla y le hablaba con los ojos muy abiertos – Todo el mundo lo ha dicho siempre, cuánto nos parecemos mi hermana y yo.

Hizo una pausa para distinguir el reconocimiento en sus ojos.

- Sí, ahora ya sabes quién soy. Pero es muy tarde para lloriqueos y para disculpas. Me he encargado de que sufras desde hoy hasta el último aliento que te quede. Cuando salgas de aquí no sentirás nada por la mujer que te espera fuera intentando ignorar su resentimiento hacia ti, ni tampoco por ninguna otra mujer que se cruce en tu camino jamás. He programado el brazo para que sólo sientas adoración por mi querida hermana y lo he marcado como irreversible. El único problema, es que tu amor nunca se verá satisfecho, porque ella está muerta.

Todo parecía un sueño, el paciente no entendía lo que ocurría, quería gritar, pedir auxilio, que se llevaran a aquella loca de allí. Pero no podía más que abrir la boca, ningún sonido salía de ella. Hasta que por fin, durmió.

- Abra los ojos – dijo la voz – Está usted enamorado.

"MATAR A ALGUIEN" SEGÚN MAGENTA OBSTINADO

6 de septiembre de 2008



Aquella era la caja en la que en los últimos días había estado guardando cuidadosamente los recuerdos que debían ser olvidados. Había intentado deshacerse de ella demasiadas veces para contarlas, pero una enorme sensación de pérdida de algo demasiado valioso lo invadía, y acababa cediendo ante su vanidad.

Al principio, la escondía tan celosamente, que nunca nadie la hubiera encontrado. Hizo un agujero en la pared del fondo del armario empotrado de su habitación, lo suficientemente grande como para albergar una caja de zapatos, que después cubrió con un tablón del color y tamaño del interior del armario. Así, el arreglo pasaría desapercibido ante cualquier entrometido. Esa fue la primera vez, cuando asustado, temiendo que en cualquier momento lo descubrieran, empapado en sudor y manchado de una sangre que no era la suya, había ideado el escondite perfecto.

Pero nada ocurrió. Los vecinos no sospecharon, sus compañeros de trabajo no notaron nada raro, ni siquiera los pocos amigos con los que contaba, lo percibieron más excéntrico de lo habitual. Y poco a poco, sin ser plenamente consciente de cuánto arriesgaba, se fue volviendo más descuidado, pasando por alto pequeños detalles al principio, pero más importantes cada vez. Dejó de ponerse el gorro de piscina, hablaba con aquellas chicas a plena luz del día poco tiempo antes de la fecha señalada, y lo más alarmante, dejaron de ser desconocidas que no podrían relacionar con él, y se fueron acercando a su círculo, desde la dependienta de la tintorería, pasando por una universitaria que cogía el autobús frente a su casa todas las noches a las 22:45 en punto, hasta la solitaria vecina del piso de arriba, cuyas sesiones nocturnas de blues, despertaban demasiado su curiosidad como para dejarla escapar.

También la caja sintió la falta de precauciones de su dueño. Abandonó su agujero para ocupar el cajón de los calcetines. Al poco, apareció sobre la cómoda detrás de los marcos con fotos de familia, lo suficientemente a la vista como para observarla desde la cama todas las noches antes de dormir. Hasta que por fin, se instaló definitivamente en un lugar privilegiado, sobre la mesa del salón, como soporte a tres pequeñas macetas de prímulas de colores. Le excitaba sobremanera tenerla a la vista, cada persona que entraba en su casa la tenía tan cerca, tan al alcance de la mano… pero nadie imaginaba nada, ignorantes absortos en sus propias conversaciones sin importancia, mientras él dedicaba su vida a algo mucho más elevado.

La última vez que mató, mientras subía a casa de la que luego descubrió que se llamaba Eva, sin guantes siquiera para no dejar huellas, se sentía ya invencible. Todo daba igual, no tenía miedo de nada ni de nadie, y se complacía hasta el éxtasis pensando en que a quien debían temer, era a él.

Uno tras otro, sus descuidos fueron acercando las investigaciones hasta la puerta misma de su casa. La última pista, procedente de un ojo curioso que observaba a través de la mirilla de la puerta de enfrente a la de Eva, justo en el momento en el que él salía, lo situaba en el momento y lugar indicados.

Cuando llamaron a su puerta con tres golpes secos y gritaron su nombre, ordenándole abrir inmediatamente, no se sobresaltó. En el fondo sabía que tarde o temprano ese momento iba a llegar. Dócilmente se dejó capturar y fue testigo de primera fila de cómo destrozaban su casa en busca algo que, aunque en principio no sabían lo que era, finalmente encontraron. La caja.
No tardaron en comenzar los vómitos. Los recuerdos y fotografías tan explícitas que con tanto cariño él había tomado en los momentos más álgidos de su obra, no eran fáciles de digerir, y aquellos hombres no parecían estar preparados para ello. Eran fiel testimonio de su frenética actividad de los últimos meses, y mostraban ciertos detalles que por los cadáveres no habían podido ni llegar a imaginar. Tardaron varios minutos en reponerse, lo suficiente al menos como para gritarle insultos y amenazas, y prometerle que pasaría el resto de su vida a la sombra.

Poco importaba. Lo único que realmente le dolía, era que jamás volvería a bailar con la muerte.

"espíritu olímpico" según Naranja Venenoso

1 de septiembre de 2008

Mi Espíritu Olímpico.

(Dedicado a los que aman el deporte, especialmente a Black Mamba, Aroleta Fari, a Lluís Martínez y a toda mi Familia y amigos).

Ya des de bien pequeña siempre ha corrido un espíritu olímpico por mis venas. Siempre se me ha inculcado la pasión por algún tipo de deporte. Empecé des de bien pequeña con la gimnasia, lo que se llama en la actualidad la gimnasia artística femenina, antes conocida como gimnasia sueca. No me preguntéis porque se llamaba así porque no lo sé. Quizás porque los elementos con los que se practican los ejercicios o la mayoría de ellos están hechos de madera sueca, como los muebles del IKEA; o tal vez porque hay que tener la mente muy fría y estar muy concentrado para poder llevar a cabo los distintos ejercicios en cada uno de los aparatos de esta disciplina. Estas son varias teorías que yo misma barajo, pero no me he parado nunca a indagar sobre el tema, sinceramente. De la gimnasia guardo un gran recuerdo y siempre en las Olimpiadas y campeonatos lo intento seguir por televisión, tanto la masculina como la femenina. Empecé con 4 años y lo dejé con 14. Nunca a nivel profesional ni federada, porque nunca quise o simplemente no me interesó. Luego me pasé al Jazz (de danza), un añito y luego he estado años sueltos en gimnasios y polideportivos y piscinas por libre.

Paralelamente a la gimnasia sueca, en verano mis padres me apuntaron con 4 añitos a cursos de natación en las piscinas San Jordi donde aprendí a nadar, quisiera o no quisiera, ya que los métodos allí eran un poco duros, por cojones aprendías a nadar y sobretodo a tirarte de cabeza y a aguantar la respiración bajo el agua. Y pobre de ti que te taparas la nariz al tirarte al agua, eso era una falta muy grave, tanto de disciplina y educación, a parte que estaba muy mal visto. No era la primera vez que me metía en una piscina, ya que en el camping con mis padres y mi familia, primos y tíos también había catado la piscina y el mar.

Otro deporte que también he practicado a nivel no profesional es el ciclismo. Mi primera bicicleta fue una BH color azul con 4 ruedas (las 4 ruedas duraron poco, pasaron a ser 2 en poco tiempo), con mancha de color blanco y llave inglesa incluida, con bocina negra a parte -nada de timbres, lo mío era la bocina fashion de la muerte para dar el cante...- y con dos banderillas, una del Barça y otra de la Senyera de Catalana y para dar mas énfasis al asunto, iba más tuneada aún... se puso de moda ponerle una carta de esas que no se si algunos recordaréis... de juegos varios... de coches o de motos o de dibujos animados, doblada y con una pinza de madera de tender la ropa en los radios de la rueda trasera para que hiciera ruido en plan moto!! Así conseguías que tu super bicicleta BH color azul con bocina y banderitas fuera mejor aun e hiciera ruido como si tuviera un motor!! Eso era ya lo más... Era la sensación del verano y si hacías virguerías como derrapes, caballitos, ir sin manos, ir de pie, llevar a alguien de paquete delante, llevarlo detrás de paquete, bueno un sin fin de posibilidades con una BH!! Luego la BH como comprenderéis se me hizo pequeña e hicimos un trueque con una vecinita del camping porque ella que era más pequeña de edad que yo y mas jovenzuela le quedaba muy grande su Orbea Azul con cestita (por suerte no era Rosa), y le hice quitar la cestita a mi padre, porque esas cosas a mi no me iban...Volví a tunear mi bici y añadí alguna pegatina del momento, las nubes y el arco iris de la Orbea me molaban, pero echaba de menos mi BH porque el color era muy diferente y el sillín de la BH era negro y el de la Orbea era blanco. Pero me acostumbré en seguida. La Orbea era mucho más femenina para que engañarnos y yo soñaba con una Motoreta roja y negra o una de esas de Cross amarillas y azules como las de mis amigos más mayores y siempre se las pedía pidolando...y como no, ellos accedían o simplemente me llevaban de paquete... hombres!! Ya de tan pequeños y tan chulos! Otro de los juegos o deportes así de camping es el fútbol, grandes partidos hemos jugado allí! Y que decir de la gran petanca!! Con el mítico boliche de plástico o de madera y las bolas de hierro o de plástico pero por dentro macizas de las que pesan!! Grandes competiciones y campeonatos, pero a nivel no profesional... que esto no es deporte Olímpico pero debería serlo!! Y no es un deporte de yayos, no, que es un deporte para todos los públicos y me reafirmo!! Y que decir del ping pong? Nivelazo de deporte!! Y del tenis? Improvisación al poder... crea tu propio campo y tu propia red... y sino alquila una pista por una horita...Y del frontón? Lo mismo...Y del badminton? The same... Y las palas en la playa? Aunque mandes la pelota a tomar viento es divertido!! En fin que en un camping es muy fácil practicar todo tipo de deportes y más si te gustan o si te motivan un poco, como hacían mis padres, mi hermano pequeño, mis tíos y mis primos conmigo.

Por otro lado existen los deportes que se practican en el colegio durante toda la vida, por gran suerte para mi, en mi colegio, de toda la vida, tanto en la hora de gimnasia como en las horas de patio o media pensión, pues jugábamos muchísimo a todo tipo de juegos y primaba ese espíritu de equipo, de juego o de competición. Hemos practicado sobretodo tanto chicos como chicas, el fútbol, básquet (a pesar de mi bajísima estatura, soy un tapón), natación, jugábamos a matar, a la peste alta, al STOP, a la araña, al cavall fort (churro media manga mangotera), al "stel stel" (parecido al anterior pero con variantes, un poco más peligroso y temerario), al pilla pilla, al pilla y folla, a la "xarranca" o rayuela, a las gomas de saltar, a las canicas, a las cuerdas de saltar y a las matraca también, al hockei sobre tierra, a subir la cuerda (eso era una putada), pasar la barra de equilibrio (muy bajita pero muy delgada también), salto de potro, plinton, salto en cama elástica, suelo, al cuba libre, en fin, una variedad de deportes o juegos, que hay muchos más pero no quiero aburrir..., y sumadle las excursiones y convivencias que hemos hecho des de los 3 a los 18 años.

Colonias con CIJB (Club Infantil Juvenil Bellvitge) con Los Isards y luego con Los Kontikis, piragüismo, espeleología, escalada, rappel, excursionismo, acampada libre, juego del pañuelo, olimpiadas, senderismo, en lugares fantásticos como Vilanova de Sau (Pantano de Sau), Camarassa (Pantano de Camarassa), Itália (Senna, Trento, Venecia, Modena,...), Mallorca (Palma de Mallorca, Alcudia), Euskadi Escócia (Edimburg, Glasgow, Isla de Sky, Lago Ness).

Vacaciones familiares, siempre con agradable compañía, contra más seamos más nos reiremos decíamos siempre, en la montaña de acampada libre o de camping tanto en Cataluña como en el resto del Estado Español, Europa y Latinoamérica. Siempre en coche, cargados hasta las cejas, más tarde algun viaje en avión cuando las cosas y el bolsillo nos lo permitia. Maravillosos rincones de aqui, de allí o de más allá, como el Pedraforca, el Turó de l'Home, toda la Vall de Ordesa, el Monte Perdido (la Cola del Cavallo), La Vall Fosca, La Molina, la Vall de Núria, Set Casas, Vidrà, Borredà, Guardiola de Berga, Gòssol, Vilada, La Pobla de Segur, Sort, Rialp, Ainsa, Labuerda, Vallter 2000, L'Espelt, el Montseny, Almacelles, Camprodón, La Cerdanya, El Barco de Ávila, Ávila y sus murallas, La Pobla de Lillet, Andorra, Galicia, Portugal, Francia y República Dominicana. Me dejo muchísimos sitios que hemos recorrido, sobretodo lugares maravillosos donde hay muchos rincones así con frondosos bosques verdes (o al menos los había) y montañas rocosas y verdes geniales en forma de joroba de camello... ríos llenos de truchas y zapateros con el agua cristalina donde te podías bañar, eso sí estaba helada, jeje y había sitios donde cubría y donde no cubría... y pantanos con y sin serpientes... jeje como el de Montcortés o el de la Baells o el de Camarassa o el de Vilanova de Sau... pero ahora algunos están muy sequitos...los pobres! En fin que tiempos aquellos! Con mi familia hemos hecho mucho deporte, no solo subir montañas, hemos jugado a tenis pero a lo "no profesional", a fútbol, hemos pescado truchas con caña de pescar, con hilo y con el dedo, hemos nadado en ríos, pantanos, piscinas, mares, océanos, hemos esquiado pero con sacos de plástico como si fueran trineos, hemos hecho muñecos de nieve, hemos hecho guerras de bolas de nieve, hemos jugado al badminton, a las palas, al ping pong, a las cuerdas de saltar, a las cartas, al parchís, a la petanca, al "Tutty fruty" (el Scattergories de ahora pero nosotros lo inventamos!! con papel i lápiz lo inventamos nosotros, mis primos y la servidora), cuando llovía siempre jugábamos a este juego y una vez al día después de comer jugábamos también...y con todas las letras del abecedario, teníamos un vicio todos cada palabra sin repetir valía 10 puntos si alguien la repetía valía 5 y si te equivocabas 0 Creo recordar que eran 10 categorías distintas. Eso sí, nadie podía jugar sin que estuvieran hechos los deberes! En fin juegos y no tan juegos de críos. Nos hemos han picado avispas, ortigas, hemos tenido diarreas, hemos hecho caquitas en el monte, en fin antes se podía acampar al ire libre, ahora ya no se permite. Ahora existen los campings, cosa que permite más comodidades como son los baños y las duchas de agua caliente, pero antes nos duchábamos en el río o simplemente calentábamos agua en el camping gas y con una olla y venga por partes y con una esponjita a ducharte! Y hacías pipi en un cubo a plena noche o sino al monte! Os recomiendo a todos iros de camping y disfrutar de las actividades que allí se dan, muchos campings organizan olimpiadas, sobretodo para niños pero también para mayores, es una gozada donde lo importante es participar, y sino participas también lo pasas bien como espectador.

En la actualidad no estoy apuntada a ningún gimnasio ni polideportivo desde hace casi dos años. Pero este verano me he vuelto a aficionar a la piscina y a la playa.
De deportes no reconocidos a nivel olímpico yo podría destacar muchísimos, creo que algunos de vosotros también, muchos juegos por ejemplo tendrían que ser deportes y olímpicos! El ajedrez o el parchís por ejemplo, porque no son un deporte olímpico? No se utiliza un "músculo" importantísimo? No se hacen campeonatos? Solo os pongo estos dos por poner un ejemplo, podría deciros más barbaridades, pero me voy a censurar yo misma no sea caso que diga disparates!
En fin este es mi Espíritu Olímpico y quería compartirlo con vosotr@s.

"Despedida de un infiel" según Magenta Obstinado

31 de agosto de 2008

El café estaba frío cuando volví a la cocina. La tostada estaba dura y se había derramado un poco de líquido marrón claro sobre el mantel. Una silla se había caído al suelo, y la cucharilla del azúcar que se me había escapado de la mano cuando él llamó a la puerta, tan poco tiempo después de que tú salieras, seguía tirada y perdida en el camino hacia la taza, dejando a su paso montoncitos de arena blanca y dulce que nunca llegarían a su destino. Probablemente lo viste cuando salías del portal, o te lo cruzaste en el primer semáforo en tu camino al trabajo. A lo mejor incluso te fijaste en un hombre especialmente fuerte, moreno, vestido con vaqueros y camiseta, a horas tan tempranas en las que el resto de la gente de la calle, sólo viste formales trajes oscuros. Puede incluso que le hayas sujetado la puerta de la calle para permitirle entrar antes de salir tú, siempre tan respetuoso y educado con los desconocidos. Habrás seguido adelante, hacia tu mesa, hacia tu despacho, hacia el objeto de tus pensamientos, aquello realmente importante en el transcurso del día.
Ni por un instante, has sentido algo diferente, o has intuido que en tu escena diaria, algo no cuadraba. El piso de abajo, de vacaciones, el de enfrente, en la casa de verano, la ancianita de arriba, esperando a que llegue la enfermera que la atiende, el ático vacío con un enorme cartel en la ventana de Se Alquila… si este hombre de aspecto atractivo, viniera a arreglar una avería del edificio, llevaría algún utensilio o maletín. Si quisiera inspeccionar la casa en alquiler, vendría acompañado de algún estirado y trajeado trabajador de inmobiliarias. Y muy probablemente, la pobre señora Teresa ya no reciba visitas de ese tipo, además de que su familia paga a diversos cuidadores vestidos de blanco para no tener que verla.

Ante una mínima observación, te habría sido fácil llegar a la conclusión de que la extrañeza embargaba tu cotidianeidad. Ante una segunda observación un poco más profunda, te preguntarías por que tu mujer estaba tan temprano levantada y arreglada, como cuando antiguamente se ponía bonitos vestidos para verte al salir de clase. Y por último, tras la observación, una pequeña reflexión te haría darte la vuelta, desandar los pasos hacia tu casa, para encontrar a ese mismo hombre, acogido con un ansia que no has visto en años hacia tu propia persona.

Quería que lo vieras. Quería que nos encontraras, que abrieras la puerta repentinamente para descubrir que no lo tienes todo en la vida, que no puedes mantener lo que no cuidas, lo que ignoras a diario, alguien que te saluda por la noche cuando vuelves, y te despide por la mañana cuando te marchas, que escucha tus penurias y tus quejas, y mueve un poco el rabo para hacerte sentir en casa.

Cuando me tiró encima de la mesa en la que desayunas, y me arrancó el vestido, deseé que irrumpieras en la habitación y conocieras tú mismo el significado de la palabra deseo, el ansia que una persona puede sentir por poseer a otra. La satisfacción, el placer, que desprendíamos, me habría gustado que fueras testigo de toda la vida que todavía hay en mi interior.

Pero todo eso habría ocurrido, si fueras consciente de que sigo aquí. Cuando él se fue, sentí el vacío. Me tomé el café frío, y salí a la calle.

"Color" según Magenta Obstinado

Magenta obstinado

Como no podía ser de otra manera, la elección de color no puedo hacerla por el color mismo, sino por su sonido. La melodía de las palabras y su unión en frases es lo que me siempre me ha impulsado a imaginar historias y garabatearlas en papel. Primero escribo lo que me viene a la mente y luego lo leo en voz alta para escuchar las propias frases y hacerme una idea de cómo las escucharían interiormente las personas que puedan llegar a leerlas. Es entonces cuando descubro que falta una nota o sobran dos, que hay un acorde que chirría, o que la melodía tendría más sentido cambiando la tonalidad hacia el final. La palabra magenta suena fuerte y musical, con altibajos en sus letras, empezando con la dulzura de la m y el encrespamiento de la g, deleitándonos con una pausa en la n para suavizar la potencia de la t.


¿Un sentido? El oído. Una característica, la obcecación. Ya en el colegio llamaron a mi madre para decirle que su hija tenía demasiado vocabulario para su edad, y que era muy educada pero muy cabezota. Y como no podía ser de otra manera, elijo tercamente, un sonido.

"espíritu olímpico" según Fucksia Anorak

27 de agosto de 2008

Ante la solemnidad de las amarillentas luces artificiales, fueron desfilando los deportistas que iban a participar en la segunda prueba más importante de los Olímpicos Juegos, el lanzamiento de corazón.
A la final llegaron los ocho mejores lanzadores que, habiendo superado una ronda previa de semifinales, iban a competir por conseguir la laureada gloria. Todos ellos iban acompañados por sus peculiares corazones, ocho impávidas mujeres que iban con el rígido torso al descubierto.

El primer lanzador fue el sonriente keniata. La prueba de lanzamiento de corazón consistía en tres fases bien diferenciadas. La primera requería sangre fría y nervios de acero: se trataba de arrancar el ruidoso corazón con la mano que iba a lanzarlo. para ello, la acompañante del atleta se estiraba en una plataforma de mármol.
La segunda exigía velocidad y fuerza, pues una vez arrancado el rojo corazón el deportista tenía que esprintar unos 20 metros hasta una amarillenta línea que delimitaba la zona de lanzamiento y arrojarlo lo más lejos posible.
Y la tercera fase, era la de la eterna espera, la de saber a qué distancia había llegado el casi inerte corazón.

El keniata arrancó el efímero tambor, corrió y lanzó el corazón bien lejos. Alzó los brazos en el aire y saludó al jubiloso público. Una vez que fue validada su actuación, corrió hacia el defenestrado corazón y se arrodilló ante el. Y con sus finos dedos, lo aderezó con un poco de purpurina.

El siguiente fue el lanzador de Mundo Anillo. Exageradas dudas habían surgido alrededor del lejano atleta, pues medios informativos difundieron antes de las Olimpiadas que en realidad, era una mujer. Y no era difícil discernir sobre este tema ya que realmente el anillícola parecía un hombre, tanto facialmente como muscularmente.
Repitió las tres fases, pero su lanzamiento fue ligeramente inferior al del keniata.

El tercer atleta participante fue George Michael. George no tenía país, no lo necesitaba.
Tras completar la mecánica de las dos primeras fases, se quedó observando cómo el arrítmico corazón volaba por el cielo del plateado estadio. Pero, de repente, echó a correr detrás de él y lo alcanzó antes de que cayera al suelo. Se puso a llorar y fue descalificado.

Y así, sucesivamente, se fue desarrollando la competición. Hubo una pausa por culpa del quinto atleta, ya que dio positivo por el control anti-anti-doping.

Hasta que llegó la hora del lanzamiento del favorito de la ininteligible afición, el atleta del país del Sol Naciente. Su acompañante, contrariamente al resto de acompañantes, sonreía. Se estiró e hizo un suspiro eterno. El lanzador chino, entre lágrimas, le arrancó el meloso tambor en dos tiempos. Cogió carrerilla y arrojó el corazón con gran elegancia. Éste voló con perseverancia, arrogancia y carisma. Pero la fatalidad asomó otra vez en unos Olímpicos Juegos: el corazón fue atravesado por una jabalina de fibra de carbono, la prueba reina de las Olimpiadas que coincidía en horario con el lanzamiento de corazón.
El lanzamiento se declaró el nulo, y acabó ganando la competición el atleta de la Luna Alfana.

"espíritu olímpico" según Blanco Hielo

(Atención, antes de leer este texto se ha de saber que Segundo Premio es mi pseudónimo más habitual. He aquí una explicación del por qué del mismo.)

Como el que espera su ejecución mirando al techo y sin saber qué pensar, después del "tenemos que hablar" y antes del "se acabó", tratando de digerir la fría insipidez del primero para tratar de reducir -en la medida de lo posible- la indigestión que causará el amargo segundo, inminente.
Todos hemos pasado alguna vez por eso; por lo tanto, todos los hemos podido identificar en algún momento con una de mis canciones favoritas de uno de mis grupos preferidos: "Segundo premio".
Pero Segundo Premio no es sólo eso. Segundo Premio es una especie de gafe con el que algunos nacemos que nos hace tener la suerte o desgracia de llegar siempre hasta casi lo más alto. Consiste en ser el 9.5 eclipsado por el 10 de otro, la vicepresidenta, la que conseguía llevarse al chico más deseado del instituto para que después la dejase tirada, la hija maravillosa que nació varios años después de la hija perfecta, la mejor amiga de su amor platónico (que tuvo el privilegio de enterarse en primicia de su idilio amoroso con otra), la que cree haber encontrado a la persona que buscaba, que después resulta ser la misma que encuentra una de sus mejores amigas unos meses después.
¿Cómo tomarse todo esto? pues oye, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío, según el optimismo o pesimismo de cada uno. Yo me limito a aceptarlo sin más y adoptarlo incluso como pseudónimo, sin tomarlo de una manera ni de otra: simplemente dejo que mi sentido de la madurez y de la deportividad reconozca el trabajo bien hecho por encima de cualquier otra cosa, y entonces es el mío el aplauso más fuerte que recibe el ganador. Ese es mi espíritu olímpico.

"Matar a alguien" según Púrpura Tenue

17 de agosto de 2008



Aquélla era la caja en la que estos últimos días había estado guardando cuidadosamente los recuerdos que deberían ser olvidados. Una carta con olor a lirios blancos, un anillo de turquesa montando en plata y su querido violín de pino.
Jan inspeccionó cada uno de los objetos con detenimiento, deleitándose en los pequeños detalles, despidiéndose de ellos para siempre. Releyó la carta una y otra vez. Pensó que aquellas palabras de papel, junto con el intenso perfume a flores, le acompañarían durante toda la eternidad. Se imaginó perdido entre la inmensidad de Tiempo que le aguardaba, esperando, quizá, una nueva oportunidad para sacar todo lo que llevaba adentro.

Afortunado por encontrarte, aunque tú jamás me has visto. Dichoso por compartir contigo un pedazito de cada mañana, aunque tú no nunca te has percatado de que existo. Feliz por contemplarte durante unos pocos minutos, aunque tú sólo tienes ojos para tu libro. Agradecido por rozarte durante un instante, aunque tú seguro que no has sentido nada…



Hace apenas unos meses, Jan solía coger el metro en South Kenton hasta Marylebone. Llevaba ya un tiempo haciendo el mismo recorrido, desde que ganó, hace poco más de un año, una beca en su Ucrania natal para estudiar en la prestigiosa Royal Academy of Music de Londres.

15 minutos de trayecto. Tiempo más que suficiente, -solía pensar-, para evadirse y dejar de un lado las clases y el estrés que supone pertenecer a una de las escuelas artísticas más duras y competitivas del mundo.

Por aquella época, Jan estaba contento, era feliz. No todo el mundo tiene la oportunidad de estudiar en un sitio así. Jamás lo habría imaginado. De hecho, nadie habría apostado un duro por él, sobre todo, teniendo en cuenta su origen. Jan nació prematuramente un 18 de diciembre de 1991, en un pequeño pueblo situado a 180 kilómetros de Chernobyl. Su vida siempre estuvo marcada por el estigma de la radiación, la violencia y la tristeza.

Aunque prematuro y con un solo pulmón, Jan consiguió, contra todo pronóstico, sobrevivir. Pronto se convirtió en un icono de esperanza para el resto de la gente. Sus vecinos comenzaron a verle como la oportunidad que esperaban para salir adelante y enfrentarse a la realidad que dejó tras de sí el terrible accidente nuclear de Chernobyl.

Desde muy pequeño, Jan empezó a mostrar un interés y una habilidad especial por la música. Un talento que no pasó por alto Marie, su querida profesora de la infancia, quien, con gran esfuerzo, convenció a sus padres para que no descuidaran su educación musical. Fue así como Jan se enamoró del hipnótico y melancólico sonido del violín.

Como si del cuerpo de una novia se tratara, Jan acaricia su violín con delicadeza, busca la postura perfecta, se dispone a tocar la última melodía. Su aséptica habitación se vuelve cada vez más lúgubre. Fuere llueve. El estremecedor sonido de su violín empieza a actuar a dúo con la lluvia que golpea rítmicamente el cristal de la ventana. No le queda tiempo, su operación está prevista para las 17:24. Pronto, tal y como dicta el procedimiento que tan bien le explicaron, vendrá una enfermera a afeitarle la cabeza. Luego, ya sólo tendrá que esperar.


A esas horas de la mañana el metro está lleno. La gente se dirige al centro. Estudiantes, trabajadores, turistas… todos forman una masa homogénea con la que Jan suele entretenerse tratando de adivinar la vida de cada uno. Desde hace unas semanas no puede quitarle el ojo a una mujer, unos diez años mayor que él, morena y muy atractiva que coge el metro en Queen´s Park, compartiendo con cientos de pasajeros más, cinco minutos de rutina.

A Jan le gusta ir de pie, sostener su violín de 20.000 libras entre sus piernas. Algunas veces imagina qué pasaría si alguien intentara robárselo. Echaría a correr, como alma que lleva el diablo detrás del ladrón. Se moriría sin su violín, su pasaporte a la vida normal que ahora empezaba a disfrutar. ¿Y si trataran de robar a la morena desconocida? Correría todavía más, enfrentándose, por supuesto delante de ella, al malhechor. Le excitaba aquella idea.

Mientras divaga en sus pensamientos, Jan observa a la desconocida. Es una mujer elegante: lleva ropa cara, las uñas cuidadas y huele increíblemente bien. A pesar de su aspecto perfecto, parece triste. Sus ojos brillantes y enormes romperán a llorar de un momento a otro, justo cuando se abran las puertas y el sonido ‘mind the gap’ invite a subir al vagón a otra multitud anónima. Entonces Jan ya no podrá hacer nada, su querida desconocida se habrá perdido entre la masa de autómatas en busca de una salida.

Le gustaría hablar con ella, sacarle una sonrisa, acariciarle su pelo negro. Pero Jan se ve incapaz, jamás podrá poner en marcha el diálogo que ha estudiado la noche anterior con su querida desconocida. Cuando la ve, sus rodillas no pueden hacer otra cosa que empezar a bailar. – “Le escribiré una carta y se la daré justo antes de que se marche”-, piensa.

El anillo turquesa lo compró en Camden Town Market, en un puesto de antigüedades relacionadas con el Antiguo Egipto. “Azul eterno, lejano como los ojos de su desconocida”. Ensimismado en sus pensamientos y con el anillo aún en la mano, fue interrumpido por una voz grave: “La turquesa, según los antiguos egipcios, simboliza el cielo, la luz del amanecer. Es el renacimiento, el color del sagrado pájaro Fénix. Muchacho, si buscas un regalo inmortal, ése es el anillo”.

Jan no dudó, sentía que aquel era el único regalo que podría hacerle a su querida desconocida. Estaba nervioso, impaciente y excitado imaginado un momento para entregarle la carta y el anillo. ¿Pero, cómo lo haría, cómo reaccionaría ella? ¿Cómo regalarle algo a una desconocida y no parecer un psicópata? “Mañana, mañana será el día” – se repite Jan cada noche. Pero el día nunca llegó.

A Jan apenas le queda una hora. Hace unos minutos que la auxiliar de enfermería vino a afeitarle la cabeza. ‘Tic, tac…’ el tiempo corre. Aparte de sus preciados objetos no tiene a nadie de quien despedirse. Ni un abrazo, ni una voz cercana que le consuele. Está solo. Si al menos hubiera entablado amistad con alguna enfermera… Pronto vendrán a buscarle, le dormirán para siempre y él no habrá podido despedirse de su querida desconocida.

La última vez que la vio, llevaba la carta y el anillo en el bolsillo, aguardando. Sabía que las oportunidades se le terminaban y que su vida pronto sería un recuerdo repartido entre aquellos tres objetos.

Un día, Jan se sintió con la suficiente valentía para acercarse a la desconocida y entregarle la carta. Cuando estaba a casi medio metro de distancia, un tipo con prisa tropezó bruscamente entre los dos, obligando a la mujer alejarse al otro extremo del vagón. Por primera vez, Jan sintió unos inmensos ojos azules, infinitos, observándole. Jamás volvería a verlos.


Jan entró en el quirófano a las 17:15 horas. Tenía un extraño tumor cerebral. Al parecer algo excepcional para la ciencia. Los médicos vieron en él una oportunidad única para estudiar aquel atípico comportamiento celular nunca visto hasta ahora, aunque para ello primero habría que matar a Jan. Además, su único y atípico pulmón había comenzado a debilitarse y su esperanza de vida empezaba a ser una quimera.

… Something I feel you are an angel, or maybe you could've beenSomething out here, you are an angel or maybe you could've beenSee how they run, see how they runAll the same, all the same; Something out hereYou are an angel… -Canta Jan mientras la anestesia hace efecto.
… I put my hands where your wings should be, I put my feet where the earth should beAnd I can't see very far, and when you said that you were dead I hung on…
Entonces sus ojos se cerraron para siempre y su milagrosa existencia se convirtió en un sueño eterno.

"Superhéroe" de Púrpura Tenue

¿Quién necesita un superhéroe?


Peter, alias ‘superhéroe pelo perfecto’, lleva más de una década salvando al mundo. Entre sus tareas principales se encuentran su incesante lucha contra el narcotráfico, impedir ataques terroristas (el 11-S estaba de baja) y el rescate de gatitos de las copas de los árboles.

Peter alias ‘pelo perfecto’ está harto, quiere dejarlo. De hecho, nunca ha tenido vocación de superhéroe “-¿pero quién quiere ser salvado en este mundo de mierda?” – suele repetirse a cada instante. Además, bastante tiene ya con lo suyo. Encima de no poder pegar ni ojo para rescatar a los gilipollas de turno de un posible accidente laboral se las ve y se las desea para mantener su identidad oculta. ¿Qué hace un superhéroe cuando nadie le ve? Pues lavar a mano su traje de lycra, porque claro, por muchos poderes que se tengan, uno también suda así que hay que lavar con Norit ¡Y a ver dónde lo tiendes sin despertar sospechas entre los vecinos…!

Pues eso, que Peter odia a sus padres, los detesta profundamente por haberle dejado semejante herencia de mierda. Encima, cada dos por tres le mandan mensajes interestelares esperanzadores. ‘Que si es el elegido’, ‘que si sólo él puede salvar al mundo’, ‘que las respuestas están en su interior’… Así está el tema. Mientras Peter no puede permitirse tener un par de días libres para largarse con la buenorra del curro de camping a Calahorra, sus viejos se dedican a hacer turismo por la Vía Láctea y demás constelaciones cargándole de trabajo. ¡Pero a ver quién le dice nada su padre! Con esas barbas a lo talibán y su voz gutural sentenciadora… ¡Ni Stalin en sus mejores tiempos deportando peña a Siberia!

Peter se hubiera conformado con ser ‘el cachas’ del instituto, ligarse a la capitana de las animadoras y conseguir una beca deportiva para estudiar en cualquier universidad mediocre del país. Porque claro, él no iba a ser menos y hacer un FP. A pesar de su dislexia galopante y sus problemas para aprender la tabla del 2, hubiera estudiado Derecho o Medicina, total, después de tragarse todas las series de abogados y médicos que echan por la TDT, ya no le parecen trabajos tan difíciles y quién sabe, quizá su padre pueda conseguirle algún enchufe en un hospital o bufete de prestigio.

A pesar de sus superpoderes, Peter se hace viejo pero no en condición física, sigue fuerte como un roble, sino en apariencia. “¡Hay que joderse, estar condenado a salvar el mundo y tener que comprar just for men por no salir en la tv con canas!”- se queja con frecuencia nuestro superhéroe.

Si Peter ha empezado a deprimirse en los últimos días es porque, además de que se le ha pasado el plazo para entrar en la universidad (acceso a mayores de 25 años), su cuero cabelludo también ha empezado a debilitarse. Junto a las canas, las entradas son cada vez más incipientes. ¡Sería el primer superhéroe calvo de la historia! Nadie volvería a dirigirse a él como Peter, ‘el superhéroe pelo perfecto’. Le horrorizaba aquella idea. ¿Quién iba a tomarle en serio? No se puede ser un superhéroe calvo, viejo, con el culo caído… ¿Qué director de cine se prestaría a hacer una película de su vida? Sólo Ussía le dedicaría un artículo en el periódico del domingo, mofándose de su desgracia.

Atrás queda la época en la que el mundo empezó a conocerle bajo el alias ‘pelo perfecto’ porque, a pesar de volar a más de 500 km/h, y a miles de metros de altitud, su pelo seguía viéndose resplandeciente, perfectamente peinado, sin ninguna greña. Vamos, el sueño de cualquier estilista de tv.

Pero la vida de un superhéroe no sólo es gloria, admiración y un pelo perfecto. Eso Peter lo sabe muy bien. Todavía recuerda la trifulca que tuvo con algunos de los superhéroes más famosos por la patente del diseño de su traje. ‘Rojo y azul’, pensó que serían los colores más adecuados para crear su identidad corporativa. La verdad es que Peter nunca fue muy original, así que pronto se le echaron encima unos cuantos superhéroes famosos, iguales de originales que él, pero con el ego muy crecido y como estaban antes, le cosieron a hostias. El pobre, terminó un par de días desorientado en la costa del Valle de Escombreras, sumergido entre metales pesados y viendo mejillones de color rosa.

Peter está deprimido, tiene una crisis de identidad. Hace un par de noches que no se pone el antifaz ni sale a la calle en busca de malhechores. Total, para qué, si el mundo tampoco es que le eche mucho de menos. ¿Quién necesita otro héroe? ¡Qué razón tiene la gran Tina!- piensa-. Además, con la nueva hornada de superhéroes, seguro que la gente pronto empezará a olvidarle. Y aunque fuera la única esperanza de la humanidad y Ahmadineyad consiguiera romper el escudo antimisiles de ee uu, tampoco es que creyera en su cometido. ¿Para qué? Si no es una será otra desgracia. Es imposible pararlas todas.

"Superhéroe" según Naranja Pasado

6 de agosto de 2008

Superhéroe


No lo ve venir hasta que los cristales del edificio estallan en pedazos y caen peligrosamente hacia él.

De un solo salto se desplaza con velocidad sobrehumana por encima de los coches de la acera, y allí donde hace un momento se encontraba él los cristales se hacen añicos en una lluvia mortal.

Sombra se incorpora y comprueba si está herido. El traje especial, rojo escarlata, con los guantes negros que el mismo diseñara, no tiene ni un rasguño. Algo sorprendente teniendo en cuenta que ha atravesado ya los edificios de media ciudad durante las dos últimas horas. En ese momento es justo cuando levanta la vista y ve venir de nuevo a Kaos a toda velocidad. “Mierda”, es su único pensamiento, y llega tarde al choque. Media manzana salta en pedazos, coches volando, árboles arrancados danzando como si la gravedad no importase. En uno de esos lapsos de tiempo que suceden en momentos críticos, le da tiempo a admirar las raíces completamente a la vista de un bananero despedazado.

Cae. Choca contra el suelo con un estruendo de mil demonios, y el dolor recorre su cuerpo de un extremo a otro. La gente grita a su alrededor y sale corriendo en todas direcciones. “No puede ser”, se lamenta. Tanto sufrimiento, tanto tiempo invertido, tantas esperanzas volcadas en esa lucha final, en ese encuentro con su antagonista que una vez tras otra ha frustrado sus planes… para que todo falle finalmente. Huele la derrota. Y Kaos, observando desde encima de un edificio, ríe con saña y saborea su cercana victoria.

Siente cercana su muerte, y se pregunta qué será de su familia una vez desaparezca de la faz de la Tierra. La frustración y la rabia llegan a él y, en un último arranque de colérica fuerza, consigue levantarse. Escupe sangre: tiene algún órgano severamente dañado, y la regeneración no es una de sus características.

Kaos salta triunfalmente, confiado, y coge velocidad. Un ángel de la muerte, letal y sangriento. Grita, y la victoria emana de su garganta como un coro que atraviesa el alma. Empuña su sangrienta espada y lanza la estocada mortal…

…y se ve atravesado por los diez mil voltios que surgen de la mano de Sombra. Muere casi instantáneamente, sin haber caído en la cuenta de que desactivar su campo de fuerza no fue buena idea. Su cuerpo, carbonizado, salta en pedazos y salpica la acera, la calzada, las cristaleras de las tiendas y a los transeúntes que, paralizados, han contemplado el espectacular duelo. El humo lo envuelve todo.

Sombra se toma unos segundos para recomponerse. Sonríe. Ha ganado. La gente, momentos antes presa del pánico, se queda quieta, preguntándose qué ha pasado, quién ha vencido. Un hombre se adelanta a los demás, la esperanza dibujada en su rostro, y se adentra en la nube de humo para intentar ayudar. “Se encuentra usted bien?”, pregunta al aire. “Hemos ganado?”, dice.

Sombra recapacita. Finalmente ha conseguido aquello para lo que ha luchado tantos años. Tantos sacrificios, tantos hombres buenos han quedado atrás, tanta sangre de inocentes y malvados ha sido vertida… y entonces contesta…

“No. Habéis perdido”, y coge del cuello al pobre hombre, y mientras miles de voltios recorren su cuerpo y lo achicharran, Sombra le dice: “Y ahora todos moriréis…”

"Superhéroe" de Negro Sable

5 de agosto de 2008

Superhéroe

Joe vivía en el Bronx, en un destartalado apartamento de cincuenta metros no muy lejos de la 895. Joe era un chavalín de ocho o nueve años, negro y flacucho y a diferencia de sus amiguitos, que aspiraban a ser raperos o proxenetas, él quería ser superhéroe.

El cuchitril que utilizaba como habitación era tremendamente humilde, no había nada destacable ni ningún lujo, salvo la colección de comics de Joe.

A Joe le entusiasmaban los cómics, eran su inspiración y su fuente de esperanza. Porque como el párroco del distrito le decía: “chaval, con ese culito llegarás lejos. Solo necesitas alguien que te enseñe”. La parte del “culito” no la entendía pero el resto de la frase le caló hondo: necesitaba leer e informarse tanto como pudiese sobre el superheroicismo para algún día poder llegar a ser como aquellos fornidos hombretones que salvaban el mundo día sí día también.

El problema es que todos aquellos superhéroes habían nacido o adquirido superpoderes con los cuales combatir el mal. En cambio él no era más que el tirillas del barrio. ¿De dónde sacaría un rayo de energía interestelar, una araña mutante o una explosión gamma que le dotasen del poder supremo?

Un buen día, apareció por casa Tupac, el hermano mayor de Joe. Tupac pasaba largas temporadas fuera de casa. La madre de Joe le decía que su hermano tenía asuntos que resolver y que por eso se ausentaba tan a menudo. En aquella ocasión Tupac llegó muy tarde por la noche, cuando él ya estaba en la cama. Pero como era habitual en él, esperaba a que su madre dejase de vigilar para esconderse bajo las sábanas a leer cómics. Por aquel motivo, escuchó la conversación que su madre y Tupac tuvieron.

Joe no fue capaz de enterarse de todo lo que hablaron, pero una cosa sí estaba seguro de haber entendido, y es que la madre de Tupac le suplicaba que dejase la heroína. ¡¿Sería eso posible?! ¿Estaría su hermano mayor liado con una poderosa mujer? ¿Tal vez sus ausencias fuesen realmente temporadas que pasaba luchando contra el mal contra aquella virtuosa mujer de la cual no podía separarse?

Joe pensó toda la noche en Supergirl, Wonder Woman, Hulka u Oprah. ¿Qué tipo de superheroína sería su cuñada?

A la mañana siguiente, la madre de Joe se fue a trabajar y como era costumbre, Tupac había vuelto a desaparecer sin dejar rastro. “Seguro que le habrá llamado la policía para resolver algún problema”. Legañoso, vestido con su pijama de Spiderman y con gran excitación, Joe salió de su cuarto y se adentró en la cochambrosa habitación de Tupac. “¡Esto es oscuro y lúgubre como la caverna de Batman!”, pensó emocionado. Comenzó a rebuscar entre los bártulos de su hermano hasta que finalmente dio con una oxidada caja de metal precintada. Al levantar con sus manos la caja sintió que había encontrado algo importante, como si el poder que ocultaba aquella caja le recorriese los brazos. Con una sensación mezcla de miedo y exaltación, Joe abrió la caja y observó en su interior. Allí estaba. ¡Había descubierto el secreto de su hermano!

Dentro de la caja, un sobrecito con el nombre “heroína” y diversas agujas. ¡Ahí estaba el secreto! Joe inmediatamente pensó en Steven Rogers, aka el Capitán América y aquel suero del supersoldado que una vez inoculado en su cuerpo, le dotaba de poderes sobrehumanos. Ese era el secreto de Tupac. Pero aunque Joe sabía que estaba mal, deseaba fervientemente utilizar aquella milagrosa sustancia para aunque tan solo fuese una vez, sentir de cerca el poder de los grandes héroes y ver así cumplido su sueño. Joe el héroe, Joe el salvador. Joe el poderoso.

Desde pequeño Joe había padecido del corazón y para él el uso de jeringuillas era habitual. Su madre le había enseñado a utilizarla en caso de emergencia, en esos fatídicos episodios cardiacos en los cuales tan solo la atropina podía salvarle. Por lo tanto, recargar las agujas con el suero fue sencillo, así como acertar en uno de sus frágiles vasos sanguíneos y vaciar el contenido de la jeringuilla hacia el interior de su cuerpo.

La primera sensación que tuvo Joe fue de alivio. Seguidamente, un escalofrío recorrió su cuerpo, comenzó a sudar y a sentir algo especial en sus extremidades. ¡Ahí estaba! El poder acudía a él. ¿Qué clase de superpoderes tendría? ¿Podría volar? ¿Fuerza sobrehumana? ¿Rayos láser? ¿Se convertiría en un coloso invulnerable?

Mientras los pensamientos de Joe aumentaban su velocidad, Joe perdió la noción del espacio tiempo. Sentía algo similar a lo que seguramente sentiría Galactus o El Merodeador Nocturno. Y finalmente, como si recibiese un golpe en la nuca, despertó de su fantasía. Ahí estaba él, rodeado de blanco. Una luz al fondo y en su espalda dos grandes alas emplumadas. Al fin lo había conseguido. No era su favorito, pero ya era algo. El pequeño Joe había logrado ser como Warren Kenneth, el poderoso Ángel.

"Superhéroe" de Aguamarina Pura

4 de agosto de 2008

VILLANO.



Cuando era pequeño deseaba ser un héroe. No sabes bien porqué pero lo deseas. Cuando ves por la tele que alguien ha hecho algo bueno por la humanidad, algo en tu corazón se remueve, sientes algo que hasta entonces nunca habías experimentado y, ese día, decides que quieres consagrar tu vida al noble gesto de ayudar a los demás.

Pero no es oro todo lo que reluce, a medida que vas haciéndote mayor y no destacas en absolutamente nada, te das cuenta de que tu objetivo, todo aquello por lo que te habías esforzado tanto, jamás se cumplirá. Nunca tendrás superpoderes, ni serás aclamado por multitudes, no serás multimillonario y muy posiblemente no tengas jamás una preciosa mujer a tu lado. Durante unos años eres capaz de soportar todo aquel peso sobre tus hombros. Ver como otros se llevan la gloria porque simplemente nacieron para eso, otros están donde a ti te tocaría y tú no puedes hacer absolutamente nada pero, lo peor de la historia no es eso, es que mientras tú buscas tu objetivo vas descuidando tu vida. Dejas los estudios porque no te motivan, te vuelves un insocial y te alejas incluso de tu familia. ¿Qué es lo que te queda entonces? Nada, ya no tienes nada en lo que escudarte y ese es el mejor caldo de cultivo para el odio incipiente que empiezas a sentir.

Los años han pasado y ahora tu odio casi te ha consumido, la situación se ha revertido y ya no adoras a los héroes, los odias. Los odias porque simbolizan todo aquello que tú no vas a ser, que habías ansiado tanto pero que jamás conseguirás alcanzar. La gloria es suya y por mucho que la desees nunca podrás alcanzarla con la punta de los dedos. Has destruido tu vida por un ideal, por primera vez te enfrentas a una auténtica crisis existencial. ¿Qué hago yo aquí? Y es entonces cuando la cosa cambia de verdad. Has descubierto que nunca serás un modelo a seguir pero aún te queda una última cosa: Destruir esos modelos que adorabas en tu infancia. Y con la madurez recién alcanzada consagras tu vida a lo único que te queda. No importa si eres un respetado hombre de negocios, un científico genial o simplemente un luchador de la calle, no eres lo que quieres ser y eso es lo único que realmente importa.


No hay una sola manera para llegar a ser villanos, algunos lo desean, otros llegan por accidente o a unos pocos, la vida, simplemente les ha puesto ahí. Yo por mi parte lo llegué a desear y un golpe de suerte me puso en el buen camino. Villano por accidente, pero bendito accidente el que me guió hacia mi gloria personal. Un experimento con plutonio se me descontroló y altero toda mi cadena de ADN haciéndome más fuerte, más rápido pero, sobre todo, más listo. En aquel momento mi vida cambió. Podría haberme hecho un héroe, el sueño de mi vida pero, ya era tarde. El odio me había consumido y no era capaz de soltarlo. Me pasé más de un año intentando vencer mis viejas costumbres morales sobre lo que estaba bien o lo que estaba mal y cuando lo hube finiquitado, me lancé a la destrucción de toda la ciudad con un artefacto químico de enorme potencia. Tengo que aclarar que no conozco a un solo villano que haya sido tan tonto como para creer que sus planes iban a tener éxito. Todos sin excepción sabemos que vamos a fracasar. ¿Qué por qué lo hacemos? Necesitamos atraer al foco de nuestra ira hacía nosotros. ¿Y Cómo se atrae a un héroe? Pues haciendo cosas malas, así de simple. Una vez el héroe aparece solamente queremos acabar con él pero jamás se consigue. ¿Qué tienen que los hace tan especiales? He llegado a pensar que realmente es porque ellos si han nacido para ser diferentes, para ser héroes, modelos a seguir. Son hombres sin miedo a nada ni a nadie y justamente eso es lo que les hace más fuertes.


Cuando tu plan fracasa y el héroe te derrota vas instantáneamente a prisión cosa qué, por cierto, no está tan mal. Allí encuentras a otros villanos como tú. Perdedores, desraizados sociales, inadaptados. Villanos de todas clases con los que hablas y explicas tus diferentes experiencias. Al volver a la celda siempre piensas en lo mismo: ¿Qué hice mal? Y la respuesta siempre es la misma, no hiciste nada mal, sólo pasó que él era mejor. El nació para ser héroe, tú no naciste para ser villano.

Después de está reflexión un pensamiento fugaz cruza tu mente: ¿El villano nace o se hace? La respuesta es clara, se hace. La vida te ha empujado a donde estás y no puedes cambiarlo, no has podido elegir, el odio te ha consumido y sólo la venganza te da una válvula de escape para eso. Cuando lloras en tu celda, en la noche, imágenes de tu infancia acuden de nuevo a tu mente y recuerdas cuando eras un niño, vuelves a aquel preciso instante delante del televisor mientras veías a un superhéroe y le preguntabas a tu madre:

- Mama, ¿De mayor podré ser como él?
- Claro hijo mío, de mayor serás exactamente igual o mejor.


Pero aquello, simplemente, era amor de madre; tú no podías.




PD: dedicado a Naranja Venenoso!!!!!!!!!

"Superhéroe" según Naranja Venenoso

(Dedicado a Gris Ceniza y a Fucsia Anorak con cariño)


Dark Poison / Naranja Venenoso

En Dark City reina el caos desde la última guerra entre los Oscuros Roñosos y los Escurridizos Negros. La ciudad ya no es la misma des de entonces, todo tiene diferente color, las calles están desiertas, la gente apenas sale de sus guaridas por miedo a ser atracado, asesinado o descuartizado. Ya nunca brilla el Sol, apenas se asoma, pues incluso éste se esconde tras los senderos rocosos o bajo las nubes tóxicas que se forman tras la tormenta de lluvia ácida que crea la polución de esa caótica ciudad dominada en la actualidad por los Oscuros Roñosos, amos y señores de Dark City.

Dark Poison, la líder de los Oscuros Roñosos, heredera de un multimillonario coleccionista de arte y propietaria de toda Dark City, durante el día se dedica a recopilar todas las obras literarias y artísticas perdidas y desaparecidas en Dark City, mediante artes dudosas. Lucha contra todo aquel que tenga mal gusto o no comparta el suyo, y se oponga a sus intereses y sus propios fines,... contra todo aquel que escriba una mala crítica sobre algún libro que a ella le haya parecido bueno, una obra que ella considere buena, o simplemente, no le caiga bien. Pues también roba ideas, mediante la telepatía, la sugestión y la hipnosis.
Dark Poison, es pelirroja, con el pelo rizado, la tez pálida como una muñeca de porcelana y con pecas en nariz y mejillas. Es esbelta a la vez que fuerte y ágil como un felino; a parte de ser inteligente, posee grandes dotes para la escritura, la pintura y la palabra.
Dark Poison se desplaza a todas partes con su Harley tuneada. De día viste con un atuendo discreto, para pasar desapercibida; con pantalones y chaqueta de cuero negro y camiseta de color marrón caca y unas botas negras de cuero.

Pero cuando cae la noche, Dark Poison lleva a cabo su particular metamorfosis convirtiéndose en Naranja Venenoso, y cambia por completo todo su atuendo, deja lo oscuro y pone un toque de color a su Dark City. Se calza sus mallas rojas, sus botas amarillas, su corsé naranja, su supercinturón amarillo, sus guantes naranjas, su antifaz amarillo, y su capa naranja. Coge toda su artillería pesada y sus armas de combate y sale con su Harley negra tuneada con llamas naranjas pintadas en los laterales a la caza y captura de sus dos archienemigos aférrimos.
Sus armas de combate son: plumas estilográficas superafiladas Montblanc para ocasiones especiales, plumas Inoxcrom de batalla, bolígrafos Bic naranja -escribe fino- y Bic cristal -escribe normal-, pinceles de varias medidas para hacer cosquillas a sus dos archienemigos aférrimos, Rotrings del 0'2, del 0'4 y del 0'8, plastidecors y plastilina de color naranja.

Sus dos archienemigos aférrimos responden al nombre de Gris Ceniza y Fucsia Anorak.

Gris Ceniza es archienemigo de Naranja Venenoso por llevar camisa de mangas largas en pleno mes de Julio, aporrear la guitarra -emotivamente-, llevar el cuerpo tatuado, tener dedos de E.T..., y básicamente ser un duro rival en sus propósitos! Y eso a Naranja Venenoso no le gusta para nada y se la tiene jurada por estos aspectos, ya se sabe, la envidia es muy mala...es una lucha de titanes y tienen pendiente un duelo, solo hace falta escoger las armas; Naranja Venenoso ya tiene pensadas cuales escoger. Naranja Venenoso por sus adentros lo llama el Piltrafilla o el Piltrafa! Depende del cabreo que lleve encima! Pronto se verán las caras, Naranja Venenoso lo está buscando por toda Dark City. Aunque Gris Ceniza, es muy escurridizo y no se deja ver demasiado. ¿Estará escondido en su torre?, ¿Estará afinando lo inafinable para que suene bien aquello que es imposible que suene bien con esas falanges de E.T.?, ¿Estará autoretratándose con una Reflex y un espejito?, ¿Se estará tatuando otro Dragón en el cuerpo? ¿Se estará probando alguna gorra o remangado camisas de manga larga en pleno verano? ¿O, simplemente estará buscando a Naranja Venenoso para darle su merecido?

Por otro lado, está el otro archienemigo aférrimo de Naranja Venenoso, Fucsia Anorak, y su motivo principal por ser su archienemigo número dos se debe, a escuchar música anticuada y ser gran admirador de Tom Jones y por no compartir el gusto literario por la Revista Vale, muy propicia para ratos de insolación en plena playa de Dark City. Naranja Venenoso no comprende porque Fucsia Anorak no comparte este gusto literario y por eso también tiene un escarceo pendiente con él. Podríamos decir que Fucsia Anorak es un nuevo archienemigo de Naranja Venenoso, pero no por eso es menos peligroso y no por ese mismo motivo ella le guarda el mismo rencor... También lo anda buscando y también tiene en mente que armas tiene preparadas para enfrentarse a éste, ya que por poco que lo conozca intuye cual podría ser su punto débil. Recordemos que Naranja Venenoso tiene gran inteligencia, poder de sugestión, telepatía e hipnosis! Aunque desconoce un poco las armas y poderes de su archienemigo Fucsia Anorak, todo es cuestión de indagar un poco más sobre su archienemigo, ya que como Naranja Venenoso bien sabe, la información es poder.

Son las 00:07 y Naranja Venenoso ya está lista para recorrer Dark City en busca de sus dos archienemigos. La ciudad está francamente oscura, las calles prácticamente desiertas, solo se ven a Oscuros Roñosos dominando la ciudad -de vez en cuando, se cruza algún grupo de Escurridizos Negros que intenta crear conflicto y se organiza una buena pelea. Las cosas siempre acaban de la misma manera, con violencia -. Naranja Venenoso pasa rauda y veloz y atraviesa la ciudad, sin resultados aparentes. Sigue buscando durante una hora sin ver a ninguno de sus dos archienemigos. Decide irse hacia la costa de la ciudad, pues sabe que sus dos archienemigos residen por esa parte de Dark City, aunque le extrañaría encontrarlos por la zona. Toma esa dirección acelerando a todo gas... Su rojiza melena se ondea contra la fuerza del viento como si fueran las mismísimas llamaradas del infierno, el corazón le late con estrepitosa velocidad,...tic...tac...tic...tac..., su furia va increscendo cuando imagina la cara de sus dos archienemigos, imagina el momento de la lucha, siente que cada vez está más cerca de ellos, puede notar que se acerca a ellos, nota su presencia, intuye con su sentido telepático que se está acercando a uno de ellos!

De repente, a lo lejos, percibe un silvido... una canción... una a estúpida y conocida canción que le pone los pelos como escarpias..."It's not unusual" de Tom Jones...
" Ése no puede ser otro que Fucsia Anorak, -se dice para sus adentros Naranja Venenoso-. Voy a por él, voy a pillarlo por sorpresa. Dejaré aquí la Harley y seguiré el camino andando."

"Míralo, allí está, sentado en la arena, con su anorak de ese color fucsia tan chillón, sus chanclas hawayanas, sus bermudas a juego y sus gafas de sol, intentando pasar desapercibido, cuando todos en Dark City sabemos que es un espía ruso... además, que segurísimo que le gusta bailar claqué...no me extrañaría nada, si adora las revistas del corazón... bueno mejor que me calle sino me va a descubrir y no podré atacarlo por sorpresa."

BLOOUM...Naranja Venenoso lanza una bolita de plastelina en todo el cogote a Fucsia Anorak y éste de repente deja de silvar y del susto se traga el chicle de fresa y peta-zetas que llevaba en la boca. Fucsia Anorak se gira y pega un bote llevándose la mano al cogote. Naranja Venenoso que ya tiene preparada su segunda bolita le sonríe picarona y le lanza una segunda bolita sin darle tiempo a reaccionar.

- BLOOUM!!! Te vas a enterar Fucsia!!
-"The doors are closed to such as I, a no boy from nowhere"... Ven a por mi...cobarde, atacando por la espalda...Naranjito...
- Cierra el pico, muchachico y dedícate al parchís que el cante no es lo tuyo!!
-"Sexbomb, sexbomb, you're a sexbomb...You can give it to me when I need to come along"!!! jajaja Que te passa? Pequitas? No te gustan mis canciones? Vas a caer rendida con mis cantos de sirena... Hangar!!!
- Dios mío! Que antiguo que llegas a ser!! ZASSSS!!!!... toma chorrazo de tinta negra de mi Montblanc!! Supermancha para tu anorak fucsia a ver si se va con Dixan. El frotar se va acabar?? jajaja!!
- Maldita Naranjita, eres peor que una sabandija! ¿Qué le has hecho a mi querido fucsia anorac? "HELP YOURSELF"!!!! Eres peor que la Pantoja con Julián Muñoz...
- Nooooooo, eso noooo, cotilleos del corazón para mis oídos nooooo!! (Mierda, Naranja, no muestres debilidad ante tu archienemigo! Mantén tu compostura). Contraataque!!!ZIIIIIIIIGGGGG !!! Rallada de bolígrafo Bic naranja en tu carita de niño bueno, jijijijiji!!!!
- La Isabel Preysley se ha puesto un nuevo baño en la casa de Miami y su hija Tamara se ha vuelto a estrellar con el coche!!! "She drives me crazy"!!! Que te parece esto?? Orange?? Sigues teniendo cobertura?? Mejor cámbiate de compañía, que el naranja no te sienta nada bien!!! JAJAJAJA!!!
- Fucsia Anorak, mírame a los ojos: tienes muuuuuuuucho sueeeeeeeeeño, los páaaaarpados te peeeeeeeeeeeeesan, se te está relajando tooooooooooooodo el cueeeeeeeeeeeerpo, estáaaaaaaaaaaaaaaas muuuuuuuuuuuy cansaaaaaaaaaaaaado. Cuando yo cuente hasta 3 te quedarás dormido y harás todo lo que yo te diga. Después no recordarás nada de lo sucedido. 1..., 2..., y..., 3.

Fucsia Anorak queda rendido bajo el poder hipnótico de Naranja Venenoso. Ésta lo hace subir de paquete en su Harley y va en busca de Gris Ceniza. Dan vueltas por las calles que dan a la costa de Dark City, al principio sin gran éxito aparente. Pero de repente, el sentido telepático de Naranja Venenoso le vuelve a sonreír de nuevo. A lo lejos percibe un sonido "emotivo" que le hace chirriar los dientes! Ella lo tiene claro, no puede ser otro que su ya, mundialmente conocido archienemigo aférrimo número uno, Gris Ceniza, aporreando su guitarra eléctrica o acústica; eso a Naranja Venenoso, le trae sin cuidado, ya que, a sonidos y aporreos necios, oídos sordos!
Sin duda, es él. Naranja Venenoso, hace bajar a Fucsia Anorak de su Harley con brusquedad, ya que por el camino éste se ha dormido y por más inri le ha dejado el hombro babeado. Fucsia Anorak hasta durmiendo e hipnotizado sigue luchando contra ella!! Naranja Venenoso le da instrucciones a Fucsia Anorack.

- Fucsia, atiende: Ahora vamos a luchar contra Gris Ceniza, él será nuestro archienemigo. Vamos a ir a por él. Vigila porque tiene mucho peligro. Vigila con sus guitarras, sus tatuajes, y sobretodo y lo más importante, sus dedos de E.T., pues es un peligro! Y ten cuidado porque es más listo que el hambre! Tu tienes el arte de cantar a lo Tom Jones, pues el aporrea las guitarras a lo "emo" así que cuidado! También domina el arte de las letricas como tu... bueno, creo que ya lo conoces un poco... así que ve con ojo! No quiero cobardes en esta lucha! Así que al ataque y por sorpresa y por la espalda si hace falta, como los malos!! Es una orden y de alerta Naranja! ¿Entendido?
- "Try to remember the kind of September". Digo... Sí!!!
-Bueno pues allí lo tenemos, vamos ahora sigilosamente a por él. Y ataquémosle!

Gris Ceniza se encuentra aporreando su guitarra eléctrica, en plena noche, en un recóndido y oscuro rincón cercano al cementerio de Dark City.


BOOOOOUM!!! Naranja Venenoso lanza una bola de plastilina en el cogote de Gris Ceniza.
Gris Ceniza deja de aporrear la guitarra y se gira sorprendido de repente y se encuentra al dúo "colorín" en sus narices.
- "She's a lady... Oh, whoa, whoa, she's a lady"!!! Que te ha parecido esto, tío??
-No me sorprende para nada! Cuando se juntan el hambre y las ganas de comer... Sois patéticos...Menudas pintas me lleváis!! (aporreo de guitarra).
- BOOOUM!! Carambola a la derecha, carambola a la izquierda.... La envidia es muy mala, lo sabias Gris Ceniza?? Además eso a que tu le llamas tocar... difiere mucho de la realidad. A todo se le llama arte hoy en día!
- Mira, Naranja, solo te diré tres cosas de tu estrafalario atuendo: primera y más importante, con esos colores tan "hot" no vas a llegar a ninguna parte, segunda y no menos importante, que se te ve de una hora lejos, no pasas desapercibida y das el cante y ya, la tercera y para finalizar, denotas debilidad, eres comida de conejos, pues pareces una zanahoria, pues tan solo te falta la salsa vinagreta y un lechuguín para parecer una ensalada de verano.
- " Green, green grass of hometom jonesthe old home town looks the same"... Al menos nosotros vestimos con elegancia y colores vistosos, porque tu hijo mío, eres un sosainas, poca tonalidad de color... Sales del fuego para caer en las brasas... Ceniza... lo que eres... un CENIZO... una CENICIENTA!!! Son ya las 12... no deberías estar en tu torre de cristal?
- Eso, corre... te vas a transformar en calabaza... anda y vete a mirarte al espejito, presumido!! ¿Cuánto has tardado en colocarte la gorrita? ¿Y en subirte las manguitas? Te ha ayudado alguien o lo has hecho tu solito? ¿Quieres un nuevo tatuaje? Se me da muy bien el dibujo!! No te va a doler... ya lo verás.... ZIIIIIIIIIIGG ZAAAAAAGG... toma Rotring del 0.2 en la pierna izquierda...
- Bruja!!! ¿Eso pretende ser un tatuaje? Eso es un garabato... como me has dejado al pobre Dragón... eso no te lo perdono... lo has mutilado de por vida... Vendetta!! Ataque falanges E.T. ... Sombras Chinescas... FÍU FÍU...
- Noooo... dedos E.T. NOOOOO, Fucsia Anorak, help me!!
- " With these handstom joneswords by benny david, music by abner silver...", "Mama told me not to come Mama told me not to come She said "That ain't the way to have fun, son" ... Naranja, estamos perdidos... con esos dedacos... ¿qué vamos a hacer??
- Improvisacióoooon poweeer!! Piensa rápido o sus dedacos nos aplastan!!!
- "Can't stop loving you..." mmmmmmm, lo tengo!!..."Thunderball", Naranja, gran bola de plastilina en toda la tocha!!!
- BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOUM!!!!!!!!!!!!!!! Eso nunca falla, Fucsia!!! Gran bola de fuego en su enorme narizota!!! Ahora lo dejamos doblado!!
- AAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuiiiiiiiiiiiiiiiixxxxxxxxxxxxxxxxxx!!
Malos, malísimos!!! Que dolor!!! aaaaiiiii aiiiii aiiii aiiiiiii aiiiii!!!! mi nariz!!! aiiiiii (lagrimillas).
- Y ahora el remate final, SLIM SLAM, SLIM SLAM... pincel del numero 7 para hacerle cosquillas en las orejas... jejejejeje....
- Ahí te quedas Piltrafilla!!! Esto sólo es el principio, pero volveré a por más, así que prepárate y estate al loro, porque nunca sabes cuando te puedes encontrar conmigo! El Naranja es un color cálido, pero puede ser muy venenoso.
Gris ceniza cae al suelo roto de dolor, y Naranja y Fucsia Anorak deciden dejarlo allí tumbado, por hoy tienen suficiente y desean saborear esta pequeña victoria. Naranja Venenoso no ha ganado la guerra, pero sí ésta batalla. Además se lo ha pasado en grande luchando con su archienemigo Fucsia Anorak.

Por el momento, Naranja Venenoso, solamente tiene dos archienemigos.
Tendrá Naranja Venenoso más archienemigos?
Este solo es el principio de esta historia en esta oscura ciudad llamada Dark City...