"relato erótico" según Blanco Niebla

1 de octubre de 2008

“Estábamos sentados, uno al lado del otro. En la televisión solo daban programas de concursos basura y tele tiendas, era ya muy tarde... Los dos andábamos calientes, hacía días que el ambiente andaba bastante cargado, nuestras vidas estaban tan ocupadas que ni siquiera teníamos tiempo para las relaciones íntimas. Con el sonido de una de las melodías televisivas comenzó a tocarme la pierna, yo me sobresalté, había encendido el botón que hacía días que andaba en Off. Fue subiendo la mano hasta que llegó a la entrepierna, el calor de mi cuerpo reaccionó ante su mano, helada, sensación que me gustó y que dio la voz de alarma a todas mis hormonas que abandonaron el estado mórfico que las mantenía en calma. Le miré a los ojos y vi la profundidad de su mirada; tenía las pupilas dilatadas –posiblemente yo también las tenía- Sus ojos siempre habían tenido una profundidad inusual, especial, y aquella noche no podía ni siquiera avistar el horizonte que siempre había sumergido en ellos.

Comenzamos a besarnos, poco a poco, saboreando el néctar que albergaban nuestras lenguas. Su mano, todavía en mi entrepierna comenzó a moverse lentamente, se aferró con fuerza a mi minúscula ropa interior y fue deslizándola suavemente, como si de un baile armónico se tratara; Fuimos dando rienda suelta a nuestra pasión, desnudándonos en cada impulso. Sus manos hacían reaccionar todos los músculos de mi cuerpo, extasiados, embriagados de placer. Entonces, me tomó con fuerza y me empujó contra el colchón, algo brusco, pero muy sexual, algo que hizo subir la temperatura a muchos más grados de los que se encontraba su mano mientras me acariciaba el sexo. Yo boca abajo, él detrás mío; comenzó a lamerme la espalda y fue bajando poco a poco hasta que llegó al punto donde estaban reunidas todas mis neuronas en ese momento; comenzó a mordisquear, a lamer, yo me derretía de placer, nunca nadie me había comido tan bien el coño, sí, tenía que decirlo, aunque sea una ordinariez. Comencé a moverme bruscamente, los movimientos que manaban de mi cuerpo lo excitaban más y más. Entonces, como si estuviera poseído por algún dios infernal, levantó la vista y haciendo un gesto de triunfo con la mirada me penetró; un estallido de dolor y placer surgió de mi boca; el ritmo trepidante con el que comenzó hizo que sudará cada poro de mi piel. Me encanta que los hombres tomen el control. Entonces, de repente, retiró su miembro y me agarró las muñecas dándome la vuelta; tenía un as en la manga: “shh, cierra los ojos”. Me vendó los ojos con un pañuelo y me ató las muñecas con una especie de cuerda (posiblemente el cordón de una de sus converse); sus manos me balanceaban y yo estaba cada vez más excitada, entonces volvió a embestir, esta vez a cuatro patas, mis glúteos chocaban contra sus muslos en un frenético bamboleo. El roce de su miembro contra el interior de mi vagina era como si explotase todo el universo. Así, llegué al orgasmo. “ahora te toca a ti seguir el juego”. Después de seguir su misma táctica, una vez atadas sus manos, pero no cubiertos sus ojos –quería que lo viera todo- bajé hasta su polla –para que llamarlo de otro modo- y, con ese peculiar olor a sexo, a saliva y a sudor, comencé una felación que duraría casi 20minutos, él se moría de placer, me pedía más y más; en el momento en que aquel éxtasis llegó a su punto más alto me aparté, me puse de cuclillas e hice que me penetrara de nuevo mientras expulsaba desde dentro todo ese placer sexual. Lo desaté y calló rendido entre mis pechos. “esto hay que repetirlo, quiero ver hasta que punto podemos llegar”.


[*] Espero no herir la sensibilidad de nadie ;)

2 comentarios:

naranja venenoso dijo...

De Sonrisa Vertical... ;)

naranja venenoso dijo...

De Sonrisa Vertical... ;)