CANCION de BLANCO HIELO

13 de enero de 2010

Dejé que la puerta se cerrara tras de mí, y al instante pude sentir el aire frío de la calle en mi cara. Tampoco es que fuese muy tarde, pero ya había oscurecido como si de noche cerrada se tratase. Un par de pasos más adelante me detuve, saqué un cigarrillo, lo encendí y continué la marcha envuelto en la pequeña nube de humo que formaban a mi alrededor el humo del tabaco y el vaho que salía de mi boca. Como de costumbre, el pequeño ahogo físico de la primera calada suponía un gran desahogo psicológico de todo el hastío que dejaba tras la puerta.
Mientras caminaba iba fijándome en mi sombre, que se proyectaba sobre la acera y sobre los muros de las casas. Era la sombra de un cuerpo castigado, delgado hasta el extremo, de una debilidad y un aspecto enfermizo que malamente lograban ocultarse bajo un abrigo enorme, pesado y oscuro.
Me hizo recordar a Ian Curtis; me recordaba yo mismo a él, y no sólo en el aspecto. Los tormentos en silencio que se quedaban en casa, el desgaste de vivir -ya antes de los veinte años-, el peso de las decisiones equivocadas y la huida de ellas evitando asumir responsabilidades, la suave piel de la amante extranjera brillando a tantos kilómetros de distancia... Incluso me unía a él el verso que en ese momento, sin premeditación alguna, brotó de mi boca: "to the center of the city where the roads meet, waiting for you...". Y me adentré canturreando en la oscuridad sin fin de aquella fría noche.






*Inspirada en "Shadowplay" de "Joy Division"