"Cuadro" según Naranja Venenoso

10 de julio de 2008

-Ya estás otra vez igual? No te puedo dejar solo ni un momento, menudo cabrón estás hecho, me giro un minuto, y te encuentro rodeado de fulanas y amiguitas en mi jakuzzi, que encima pagué currando como una negra!! Menudo hijo de puta estás hecho, David!
- No te enfades cariño... solo son amigas, tu eres especial, tu eres mi único amor... contigo es diferente, ya lo sabes...
- Ya ya ya... siempre me dices lo mismo, pero siempre te encuentro igual... metido en la cama con alguna de tus amiguitas... alguna de tus ex, con alguno de tus rolletes... y si, si, siempre me acabas convenciendo con la misma historia,... si, soy muy comprensiva,... si, crees que no me afecta,... si, soy muy liberal,... si, somos una pareja muy abierta,... si, solamente es sexo,... si, tu solamente me quieres a mi!! Pero ya estoy harta David,...
- Carla, cielo, no te pongas así...
- ¿Así? ¿Cómo? ¿Dime?...
- Ven... vente aquí con nosotros y no te enfades...
- Que no David, que no, está vez no, que estoy muy cabreada contigo. Crees q con cuatro palabritas bonitas lo puedes arreglar todo, pero esta vez no te irás de rositas. Una cosa es que seamos una pareja liberal y comprensiva y todo lo que tú quieras y otra muy diferente es que te montes las orgías en mi casa, en mi jakuzzi y en mis narices sin apenas consultármelo... Así que ni ven ni ostias!! Vete a la mierda David!
- Carla, coño, no te pongas así, que tampoco es la primera vez que me follo a otra tia delante tuyo, no entiendo porque de repente te pones hecha una furia, es que estás celosa?
- No son celos David, me escuchas cuando te hablo? Entiendes lo que te digo? Hablamos el mismo idioma? Me entiendes o no quieres entenderme?
- Pero si yo te quiero a ti, y ya lo sabes, porque no me puedo divertir un rato? Porqué no te apuntas y nos divertimos un poco todos juntos? Va, vente, ya verás, si son muy simpáticas...
- Que no, joder!! Que te he dicho que no!! Que no cuela!! Que esta vez no te van a servir tu palabrería barata ni tus ojitos de corderito degollado, fóllatelas rapidito, acaba rápido la fiesta y lárgate de mi casa echando leches porque como no me quieres entender, no tengo porque aguantarte más. Y antes de irte, deja las llaves encima de la mesa, no quiero que vuelvas a colarte nunca más en mi casa. Espero que te vaya muy bien en la vida y que encuentres a alguien que te entienda, y espero que tú la entiendas a ella también. Aquí acaba lo nuestro David.
- Carla, no entiendo nada... Pero a que viene todo esto? Porque te pones así? Porque te enfadas conmigo? Solo nos estamos divirtiendo aquí con unas amigas, no hay que ponerse así, ni montar ningún drama... de verdad que no lo comprendo, me parece que estás exagerando un poco, no?
- Exagerando? Ves...? No lo entiendes, no lo entiendes, ni apenas lo quieres entender... siempre igual... Dejémoslo... Vete de aquí, por favor, vete ya!
- Pero...
- Que te vayas! Marchaos todos de una puta vez!!
- Car...
- FUERA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Las siete mujerzuelas y David se visten apresuradamente y se largan del apartamento de Carla. Carla se queda sola y con un cabreo de dos pares de narices. Carla con el alma destrozada abre el mueblebar y se prepara un Jack Danniels con hielo, se lo bebe como si fuera agua. Solo quiere olvidar, encerrarse en su concha de cristal. Después se toma otro y así sucesivamente hasta vaciar tres cuartos de botella, la mejor medicina para olvidar y poder dormir del tirón. Se queda dormida en el sofá, mañana ya será otro día.

Cuando se despierta la cabeza le retumba de mala manera, pero le duele mucho más el corazón, intenta no pensar y se mete directamente a la ducha, para intentar despejarse. Bajo la ducha, y con el agua fría, su cabecita vuelve a jugarle malas pasadas, no se puede quitar a David de la cabeza... intenta pensar en otras cosas, pero no lo consigue... se siente completamente ridícula, imbécil, gilipollas, estúpida y niñata...una infeliz. Las lágrimas le resbalan por las mejillas pero como está bajo el agua se autoconvence de que no está llorando y así autoengañándose se hace la fuerte. Se vuelve a sentir imbécil. Decide salir de la ducha.

Se viste. Mira el móvil y ve 11 llamadas perdidas, algunas con mensaje en el buzón. Son de David. Carla escucha los mensajes del buzón.

Mensaje 1: Hola Carla, cariño, siento mucho que te hayas enfadado tanto conmigo. Lo siento muchísimo, perdóname. Tenemos que hablar, te quiero.
Mensaje 2: Carla, por favor, cógeme el teléfono... por favor! Tenemos que hablar! No me dejes así! Perdóname. Te quiero!
Mensaje 3: Lo siento mucho Carla. Te quiero. Lo siento. Te juro que voy a cambiar.
Mensaje 4: Carla, Te quiero muchísimo, por favor, habla conmigo, llámame. Voy a cambiar, pero no me dejes. Te quiero. Por favor, te necesito. Te llamo mañana y hablamos.

Al escuchar los mensajes, Carla no sabe como reaccionar. Carla en estos momentos lo odia pero lo sigue queriendo... pero la gente nunca cambia... Tiene que pensar.

Decide salir a la calle. Se va a la playa, siempre le ha ido bien irse cerca del mar para desconectar y pensar. Se sienta en la arena, cerca de la orilla y se remoja los pies mientras juega con los dedos de sus manos con la fina arena, como cuando era pequeña y estaba a salvo de todos los peligros. A Carla le invade una infinita tristeza, pero no puede llorar, no le salen las lágrimas. Se queda un largo rato quieta, parada, en su burbuja, absorta en sus pensamientos. De repente, alguien le toca el hombro, al principio, Carla no reacciona, pero levanta la cabeza y ve una cara que no le resulta del todo desconocida.

- Estás bien?
- Sí, sí.
- Pues no lo parece.
- Nada, un mal día.
- Pues, empiezas bien el día, sólo son las 9 de la mañana...
- Ya ves...
- Tienes tiempo de tomar un café y me cuentas porqué tienes un mal día?
- Está bien, la verdad es que necesito un café.

Carla se va con el casi desconocido a tomar el café. El casi desconocido, resulta ser Marcos, un chico que iba a su instituto. Entablan conversación durante horas y se cuentan sus penas, intercambian teléfonos y quedan para verse otro día. Carla consigue olvidarse de David durante el resto del día. David sigue llamando insistentemente a Carla, pero ella hace caso omiso a sus llamadas.

Esta vez Carla ha sido fuerte dentro de su debilidad, ella sabe que David nunca va a cambiar, y aunque sigue queriéndole, no puede soportar el dolor que siente por dentro estando con él.

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