"Superhéroe" de Aguamarina Pura

4 de agosto de 2008

VILLANO.



Cuando era pequeño deseaba ser un héroe. No sabes bien porqué pero lo deseas. Cuando ves por la tele que alguien ha hecho algo bueno por la humanidad, algo en tu corazón se remueve, sientes algo que hasta entonces nunca habías experimentado y, ese día, decides que quieres consagrar tu vida al noble gesto de ayudar a los demás.

Pero no es oro todo lo que reluce, a medida que vas haciéndote mayor y no destacas en absolutamente nada, te das cuenta de que tu objetivo, todo aquello por lo que te habías esforzado tanto, jamás se cumplirá. Nunca tendrás superpoderes, ni serás aclamado por multitudes, no serás multimillonario y muy posiblemente no tengas jamás una preciosa mujer a tu lado. Durante unos años eres capaz de soportar todo aquel peso sobre tus hombros. Ver como otros se llevan la gloria porque simplemente nacieron para eso, otros están donde a ti te tocaría y tú no puedes hacer absolutamente nada pero, lo peor de la historia no es eso, es que mientras tú buscas tu objetivo vas descuidando tu vida. Dejas los estudios porque no te motivan, te vuelves un insocial y te alejas incluso de tu familia. ¿Qué es lo que te queda entonces? Nada, ya no tienes nada en lo que escudarte y ese es el mejor caldo de cultivo para el odio incipiente que empiezas a sentir.

Los años han pasado y ahora tu odio casi te ha consumido, la situación se ha revertido y ya no adoras a los héroes, los odias. Los odias porque simbolizan todo aquello que tú no vas a ser, que habías ansiado tanto pero que jamás conseguirás alcanzar. La gloria es suya y por mucho que la desees nunca podrás alcanzarla con la punta de los dedos. Has destruido tu vida por un ideal, por primera vez te enfrentas a una auténtica crisis existencial. ¿Qué hago yo aquí? Y es entonces cuando la cosa cambia de verdad. Has descubierto que nunca serás un modelo a seguir pero aún te queda una última cosa: Destruir esos modelos que adorabas en tu infancia. Y con la madurez recién alcanzada consagras tu vida a lo único que te queda. No importa si eres un respetado hombre de negocios, un científico genial o simplemente un luchador de la calle, no eres lo que quieres ser y eso es lo único que realmente importa.


No hay una sola manera para llegar a ser villanos, algunos lo desean, otros llegan por accidente o a unos pocos, la vida, simplemente les ha puesto ahí. Yo por mi parte lo llegué a desear y un golpe de suerte me puso en el buen camino. Villano por accidente, pero bendito accidente el que me guió hacia mi gloria personal. Un experimento con plutonio se me descontroló y altero toda mi cadena de ADN haciéndome más fuerte, más rápido pero, sobre todo, más listo. En aquel momento mi vida cambió. Podría haberme hecho un héroe, el sueño de mi vida pero, ya era tarde. El odio me había consumido y no era capaz de soltarlo. Me pasé más de un año intentando vencer mis viejas costumbres morales sobre lo que estaba bien o lo que estaba mal y cuando lo hube finiquitado, me lancé a la destrucción de toda la ciudad con un artefacto químico de enorme potencia. Tengo que aclarar que no conozco a un solo villano que haya sido tan tonto como para creer que sus planes iban a tener éxito. Todos sin excepción sabemos que vamos a fracasar. ¿Qué por qué lo hacemos? Necesitamos atraer al foco de nuestra ira hacía nosotros. ¿Y Cómo se atrae a un héroe? Pues haciendo cosas malas, así de simple. Una vez el héroe aparece solamente queremos acabar con él pero jamás se consigue. ¿Qué tienen que los hace tan especiales? He llegado a pensar que realmente es porque ellos si han nacido para ser diferentes, para ser héroes, modelos a seguir. Son hombres sin miedo a nada ni a nadie y justamente eso es lo que les hace más fuertes.


Cuando tu plan fracasa y el héroe te derrota vas instantáneamente a prisión cosa qué, por cierto, no está tan mal. Allí encuentras a otros villanos como tú. Perdedores, desraizados sociales, inadaptados. Villanos de todas clases con los que hablas y explicas tus diferentes experiencias. Al volver a la celda siempre piensas en lo mismo: ¿Qué hice mal? Y la respuesta siempre es la misma, no hiciste nada mal, sólo pasó que él era mejor. El nació para ser héroe, tú no naciste para ser villano.

Después de está reflexión un pensamiento fugaz cruza tu mente: ¿El villano nace o se hace? La respuesta es clara, se hace. La vida te ha empujado a donde estás y no puedes cambiarlo, no has podido elegir, el odio te ha consumido y sólo la venganza te da una válvula de escape para eso. Cuando lloras en tu celda, en la noche, imágenes de tu infancia acuden de nuevo a tu mente y recuerdas cuando eras un niño, vuelves a aquel preciso instante delante del televisor mientras veías a un superhéroe y le preguntabas a tu madre:

- Mama, ¿De mayor podré ser como él?
- Claro hijo mío, de mayor serás exactamente igual o mejor.


Pero aquello, simplemente, era amor de madre; tú no podías.




PD: dedicado a Naranja Venenoso!!!!!!!!!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si señor, has entrado con muy buen pie en el taller!!!

Bienvenid@ Aguamarina Pura.

naranja venenoso dijo...

Bienvenid@ al taller Aguamarina Pura!! Y muchas gracias por la dedicatoria. Entras con muchísima fuerza con tu relato del "superhéroe"! Menudo retrato psicológico nos haces de un Villano!! En fin, me saco el sombrero...

vomiton dijo...

welcome, show me the money!!

pues mola, sencillito y con chicha. nos vemos en burgos