"Despedida de un infiel" según Blanco niebla

25 de octubre de 2007

Estaba sentada en uno de los bancos que rodean el conjunto de bloques de oficinas donde trabajo cuando se me acercó un chico, yo hice como si no viese que se dirigía hacia mí pero se plantó frente a mí y tuve que alzar la mirada para verle mejor. Era alto, con los ojos claros, la piel morena y un aire desaliñado que le daba un aire de rebeldía. El chico venía a una entrevista de trabajo, casualmente a mi oficina y andaba un poco perdido, le dije que si se esperaba un momento yo misma le acompañaría hasta el departamento de personal de mi empresa.

Durante el rato que estuvimos sentados, ambos miramos varias veces hacia el estanque que había en medio de aquella maraña de edificios, un lugar donde evadirse del estrés que había a su alrededor. La conversación fue intrascendente, que si mira que bien que trabajas aquí, que casualidad, lo típico.

Llegó la hora de subir a la oficina y yo misma le acompañé hasta la misma puerta de personal y allí lo dejé. El me despidió con dos besos y me dijo: “encantado, hasta otra”, noté como clavaba sus ojos en mí…pero no le di la más mínima importancia.

El chico fue contratado y precisamente iba a ocupar el sitio que dejaba Marisa por su avanzado estado de embarazo, lugar que casualmente estaba junto a mi mesa de trabajo…poco a poco nos hemos ido haciendo conocidos, amigos, compañeros de trabajo, de tapas a la salida del trabajo… (De esto no tendrás la mayor duda porque siempre te he hablado de con quien iba o dejaba de ir a tomar algo después del trabajo además de contarte todas mis relaciones laborales)

Pues bien, ¿te acuerdas de que hace 2 meses, antes de terminar el curso formativo que tuvimos en la empresa hicimos una cena de trabajo? Estuvimos cenando en el japonés que hay cerca de casa de Ana, me acompañaste con el coche porque llovía y no quería mojarme y llegar empapada… Después de la cena fuimos a tomar algo al Budha, nos tomamos unas cuantas copas y el ambiente se fue caldeando…unos bailes, unas risas, algún que otro gerente por el suelo…a la salida del Budha llovía a cantaros y Dani, que así se llama el chico del que te he comenzado hablando se digno ha acompañarme a casa pues el vive a dos calles de mi apartamento…cuando llegamos a mi portal íbamos empapados, pues no es que las motos resguarden mucho de la lluvia; y le invité a subir para dejarle una chaqueta. Fue ahí cuando ocurrió, el resto ya te lo puedes imaginar, no hace falta que sea explícita…

Estos 2 meses te he estado ocultando toda esta historia pero no podía más…no puedo mentir a la persona a la que más quiero en esta vida, el hombre con el que pretendo casarme, i con el que pienso estar toda mi vida.

Si después de todo esto decides dejarme lo entenderé, solo quiero que entiendas que no fue algo premeditado, que surgió, que íbamos bebidos y que solo fueron unos besos, que no ocurrió nada más…pero te lo tenía que contar porque creo que la sinceridad es de las cosas más importantes en esta vida…


Lo siento

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