"Amor" según Blanco Hielo

21 de mayo de 2008

Duele, siempre duele; aunque a algunos les cueste reconocerlo, se trata de dolor puro y duro. Duele el tuyo propio, el de los demás, el que has perdido, el que no llega... el caso es doler."Pero eso no es así siempre -replicarás tú, ingenuo-, porque hay veces que le hace feliz a uno." Pues bien, te demostraré tu error mediante un símil muy ilustrativo.¿Alguna vez te has/han dado un golpe muy muy muy fuerte? y, ¿no sólo fuerte, sino además en algún lugar horrible: el codo, la espinilla, el dedo meñique del pie? Entonces sabrás de qué te hablo. Nada más recibir el golpe no sientes absolutamente nada, es algo casi agradable, como ser incorpóreo. Ahora bien, pasados unos instantes, creo que no hace falta que describa la sensación de corporeidad infernal que aparece de pronto. Y claro, después viene la herida o moratón correspondiente.Pues ésto es igual, sólo que con los tiempos dilatados. En vez de durar cada fase unos segundos, dura unas semanas, unos meses, a veces años... y las cicatrices, directamente, hay veces que nunca llegan a curarse.Así que mira, no te engañes: no eres feliz, es sólo que te encuentras en ese instante justo antes de retorcerte de dolor.

3 comentarios:

vomiton dijo...

mal rollo, mal rollo

ecgeson dijo...

Interesante, casi convincente, pero absolutamente cuestionable, de principio a fin. Nadie busca golpes, pero sí amor... Precisamente porque esa búsqueda le da sentido a todo, duele su ausencia, y estás dispuesto a soportarlo para conseguirlo.

Anónimo dijo...

Ostras, discubrí (me descubrieron, en realidad) este blog el viernes por la noche, y no puedo dejar de decir que es probablemente el más original y potente de los blogs que conozco.

aquí tenéis otro lector incondicional a partir de ahora.

Un saludo