"rebelión ponys" de Púrpura Tenue

21 de mayo de 2008

Cada noche, Nopla mira el manto del cielo soñando con un milagro que cambie la trágica situación de su pueblo. Los caballos llevan años convertidos en auténticos déspotas, sometiendo a su raza, los ponys, y aniquilando cualquier atisbo de rebelión.

Su aldea, diezmada por la guerra, ha decidido huir, atravesando el océano para llegar a las islas Mose, el último refugio libre del mundo.

Desde una colina, donde antes se erigía su pueblo, Nopla ve cómo el imperio de los caballos ha transformando hasta el último centímetro su querida tierra, de casi 5.000 años de antigüedad. Ya no queda nada que su memoria sea capaz de recordar. Incluso pasan los días sin que vea a otro pony. Ante él, tan sólo quedan los edificios que desafían el cielo, construidos por los esclavos de los caballos.

Las noticias que llegan desde fuera no pueden ser menos esperanzadoras, los ponys supervivientes de la última masacre retroceden y huyen despavoridos. Mientras, los caballos continúan adquiriendo más poder, conquistando nuevos territorios.

Erguido en aquel montículo, Nopla siente placer al notar cómo el viento fresco del anochecer enreda su larga cabellera, rozando su piel. Sumido en sus pensamientos, recuerda las historias que los ancianos cuentan de aquel lugar. Leyendas en las que caballos y ponys vivían en paz junto a otros animales, cuando sólo eran bestias sometidas al yugo del hombre.

Por un instante, Nopla imagina a uno de aquellos seres, erguido a dos patas y extinguido hace más de 2000 años a causa de una guerra mundial por el agua.

Aunque todavía quedan algunos resquicios de aquella extraña civilización, sobre todo, símbolos extraños en pequeñas piezas de papel, Nopla es incapaz de imaginar cómo aquel ser, egoísta y estúpido, tal y como cuentan sus antepasados, fue capaz de domesticar al caballo y a su propia especie durante tantos años.

Los sabios cuentan que, cuando el hombre olvidó su propia naturaleza, la oscuridad se abrió camino, aniquilando a todos los de su especie y dejando la tierra exhausta. Fue entonces cuando el resto de criaturas de sangre caliente convivieron en paz con las de sangre fría durante casi mil años hasta que un día los caballos decidieron convertirse en los amos y señores, como un día hiciera el hombre, de aquel mundo libre.

Entonces todo volvió a cambiar. La paz se tornó en guerra cuando los caballos secuestraron a todos los gusanos de seda, haciéndoles trabajar día y noche, rompiendo así el equilibrio natural que se había instaurado desde la extinción del ser humano.

Con la seda que obtenían empezaron a hacerse fastuosos trajes, haciéndose cada vez más presumidos y despreciando al resto de criaturas, sobre todo, a su familia más cercana, los ponys.

En mitad de la noche y en lo alto de la colina, Nopla divisó una estrella fugaz. Sin saber por qué, pidió la fuerza suficiente para seguir con vida, para tener una oportunidad de enfrentarse a aquellos seres cada vez más despóticos.

Al despertar, un ejército de ponys le esperaba bajo la colina. ¿Pero cómo…? ¿Acaso su sueño ha terminado por convertirse en realidad? Aturdido por aquella marabunta casi mágica, sintió, por primera vez en su vida, que todo era posible y que su revolución soñada empezaba a cobrar fuerza….

2 comentarios:

vomiton dijo...

la calma antes de la tempestad...Mola.

naranja venenoso dijo...

Muy bueno! Sobretodo la supremacía de los caballos con los gusanos de seda, esto me ha fascinado!! interesante el relato!

-naranja venenoso-