"Despedida de un infiel" según Naranja Pasado

13 de diciembre de 2007

Querida A:

Adios.

Se que quizás no es la mejor manera de empezar a escribir nada, ni siquiera si lo que deseas es ser lo menos mezquino posible. Pero puede que sea la única forma de decirte algo que ya se olía a gritos.

Tenías razón en todas tus sospechas. Sí, respecto a lo del olor de perfume ajeno. Sí, respecto a lo de mi ligera distancia y mis miradas vagas. Sí, respecto a los besos que no saben a lo mismo que antes.

Sí, sí, sí. Estoy tan cansado de decir que no cuando por dentro me carcomía ese sí puro, sin ambajes, auténtico, descarnado, cruel… pero a la vez sincero. Y en cambio te miraba y jugaba al típico “no pasa nada” de cuando no quieres amargar la fiesta a nadie, aún a costa de mentiras que no tienen ni rastro de piadosas.

Quédate con todo lo que me regalaste. No quiero tener nada que me recuerde la lista de errores sin enmendar que me he ganado a pulso. Es una lista tan larga, mi amor… y rematada tristemente con algo que no te merecías, con total independencia de puntos de vista.

Decirte “lo siento” se queda corto. He traicionado aquello que tú y yo nos juramos bajo aquel puente gris, el segundo día que nos vimos a solas, con las gotitas de lluvia creando un ambiente mágico en el que sellamos un pacto que poco a poco he roto en pedazos.

¿Sabes? Se que este no será mas que otro tópico de una larga lista de idioteces dispersas que tanto yo como tus amistades te lanzaremos, pero te mereces algo mejor. Alguien que sea capaz de sostenerte la mirada y cuidar de ti los días tristes y amargos, cuando los vasos medio llenos brillen por su ausencia y las luces grises bañen los marcos de las ventanas de tu casa.

Con mucha, muchísima pena, te digo, de nuevo:


adios.

0 comentarios: