"MUJERES" por NATALIA FERRARI

17 de enero de 2016

Sé una puta, si tu quieres.
Hay una fuerza invisible que nos empuja a gastar el tiempo de determinada manera en las distintas etapas de nuestra existencia: Sé una buena niña. Sonríe. No hagas ruido. Saca buenas notas. Sigue estudiando. Las drogas son malas. Si follas mucho no lo cuentes, nadie quiere estar con una mujer usada. Ahora trabaja, de lo que sea. Reparte currículums y espera a que alguien te contrate. Muéstrate agradecida. Aguanta, al menos tienes un trabajo. Seduce a un hombre con solvencia económica. Antes de salir de casa, depílate las piernas. No le lleves la contraria a tu media naranja, no hagas que se enfade. Después de un tiempo toca casarse. Sé complaciente. Aguanta, al menos no estás sola. Procrea para mantenerte ocupada. Compra un coche. Ahora compra uno más grande. Convéncete de que eres feliz. No des problemas en casa. Indígnate viendo las noticias mientras comes. Repasa tu vida y luego muere. Bravo, lo has hecho genial!
A los 13 dejé el instituto. Mi primer trabajo fue en un McDonalds cuando tenía 16, resistí 3 días. Ese mismo año empecé a trabajar como teleoperadora, otra vez, menos de una semana. Poco después de cumplir 18 me fui a otro país a vivir con un hombre que había conocido en Internet cinco años atrás. No funcionó. La relación con mi segunda pareja se rompió porque yo quería estar con más gente y él no. Durante 3 años hice voluntariado en una ong de derechos animales, los años más nutritivos de mi vida. Ahora soy puta, quiero escribir, que me saquen fotos desnuda, hacer porno bonito y ayudar de alguna manera a los animales. Recuerdo a mi familia decirme que si no terminaba la secundaria no tendría un futuro. Más adelante, otros me recomendaban que guardara mi trabajo en secreto. Nada bueno podía salir de gritar a los cuatro vientos que soy prostituta. Pero hacerlo es la única manera de dejar constancia que es posible vivir de forma diferente. Vivir a tu manera. Existe una cantidad infinita de alternativas para usar tus días y para mí, es importante que cualquier decisión que tome, sea mía.
En todos los mercados laborales existen diferentes realidades. Hay personas que disfrutan y se sienten realizadas siendo camareros, recepcionistas en bancos de esperma, trapecistas o mecánicos. Hay otras personas que en la misma profesión se encuentran miserables y aguantan condiciones que no consideran justas solo porque necesitan el dinero. La gran mayoría de seres humanos a lo largo de nuestra vida tenemos y mantenemos trabajos que están muy alejados de lo que verdaderamente querríamos hacer y que incluso nos hacen daño físico o psicológico. No lo justifico y no creo que sea un sistema sano, pero es así. Por alguna razón, únicamente cuando se trata de trabajo sexual esta realidad, que viven muchas personas en otros empleos, se convierte en la única posibilidad y en una aberración. “Seguro que sufren mucho. Nadie nace para ser puta.” Porque vendemos nuestro cuerpo, dicen. Si tengo que escuchar otra vez algo relacionado con la pérdida de mi alma por el uso “indebido” de mis genitales, me haré una camiseta que ponga algo similar a “ Mi dignidad no la tengo en el coño.”
A menos que tengas súper poderes que te permitan mover las cosas con la mente, todo el mundo usa su cuerpo para trabajar. Según nuestras tareas asignadas usamos más algunas partes que otras, pero en definitiva, estamos alquilando a una empresa durante tantas horas al día nuestro tronco y extremidades. Tanto si estás sentado frente a un ordenador presionando teclas o sonriéndole a desconocidos cuando les sirves un café, usas tu cuerpo ¿Quién ha inventado esa paranoia de que solo las putas usamos el cuerpo? y más importante aún, ¿por qué nos hemos creído que nuestras tetas, culos, coños y bocas son sagrados y solo dignos de ser tocados cuando hay amor verdadero? ¿Qué pasa si yo no creo en eso o si quiero algo más? Se dice que las prostitutas son mujeres de mala vida. La sociedad está loca. Cualquier doctrina que te limite, oprima y que con culpa, te castigue por vivir siendo tú y para ti, debería ser expuesta a la critica hasta que deje de existir.
Nadie “nace” para trabajar. Lo hacemos porque nos encontramos en un sistema que nos demanda dinero para acceder a cierto tipo de comodidades. La cuestión idílica aquí sería que el trabajo que tengamos pueda estar alineado con nuestra identidad e intereses. Prostituirme parte de un sentimiento de inconformismo, hambre de autonomía y un trabajo de autoconocimiento. Cuando el sistema laboral solo tiene para ofrecerme alterativas que no cubren mis necesidades y con condiciones que no considero justas, es momento de crear mi propio camino. Me gusta intimar con desconocidos. Me gusta mucho follar. Soy capaz de montármelo como quiera y que las experiencias me nutran. Entonces, ¿por qué no? Parece el trabajo perfecto y para mi, lo es.
Da igual quién seas y qué quieras: Cuestiona. Prueba. Descubre. Equivócate. Folla por follar. Disfruta. Discute. Cuídate y alguna vez trátate mal. Quiérete y quiere a otros si lo consideras adecuado. No te calles, aprende a comunicarte. Edúcate y educa. Sé proactivo. Empodérate. Empatiza. Acepta sentir rabia, odio, angustia, tristeza o lo que sea. Vivir no siempre es maravilloso y no todo el mundo disfruta con la sonrisa de los niños. Rebélate. Mira a tu alrededor. Hazte pajas con lo que sea que te ponga. Alimenta tu curiosidad. Procrastina. Cambia. O no. Conócete y vive tu vida como tú quieras porque nadie lo va a hacer por ti. Y ya que estás por aquí compartiendo planeta, no hagas daño a los demás. http://www.nataliaferrari.com/ https://www.instagram.com/natalia___ferrari/

0 comentarios: