Fue un accidente. Se fue el último y nos dejó encerrados pensando que no quedaba nadie. No ha habido rondas de vigilantes que escuchasen nuestros gritos, ni nadie que volviera la vista atrás. Día tras día los dos solos, sin notar nada más allá de las cuatro paredes que nos rodean. ¿Cuanto creéis que aguanta un hombre sin comer? No tanto. Teníamos que beber y al final nos bebimos nuestros propios orines. Había que calmarse, así que hablamos, con pausa, fríamente. Luego vino lo más duro. Fui el primero. Fue tan asqueroso que no nos lo comimos, pero dos días después un solo dedo nos supo a poco. Mi mano izquierda ya es un muñón, la derecha la conservo para trocear. Ella ha perdido la razón, pero por lo menos come y respira. ¿Vale la pena? Porque si al final nos rescatan ¿en que nos habremos convertido?
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2 comentarios:
Me encantan las situaciones límite. Me ha recordado un poco a Cube, esa frase de "¿En qué os habéis convertido?" es toda la pelicula para mí.
Muy bueno el texto ;)
Gracias Rojo!!! A ver si mandas alguna cosilla q tenemos ganas d seguir descubriéndote ;)
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