"Reencarnación" de GRIS CENIZA
30 de mayo de 2012
Tema: Reencarnación
"Desde el vientre" de FUCKSIA ANORAK
25 de mayo de 2012
Los tres arrugados, prietos, enzarzados en un amor líquido. Grito susurros desesperados, de suave piedad, intento convencer al más fuerte. Vamos, le arengo. Le expongo mis mentiras y lo acorrala hasta en final de ese austero río. Y me aprovecho. Y traiciono. Y no sé si reir o comer. Sí, tengo que comer. Me alimento de ellos, los devoro. Los arraso. Éste será mi hogar, permaneceré inamovible. A veces, oigo algún lamento de uno de mi hermanos. Me aconsejan que sonría, que no tosa, que esté vigil. No quiero moverme, aunque mañana sea un día soleado. ¿Podrá dejarme de temblar la voz?
¿Queréis callaros de una vez?
Shhhhhhhhhhhhh. No me cojerán en desventaja. Shhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Olvido. Me olvido, no sé de qué. Otra vez. Shhhhhhh.
"Estación del año eterna" de GRIS CENIZA
18 de mayo de 2012
Al cerrar los ojos
observa los cristales de los edificios más altos y sus reflejos
punzantes. Levanta la cara hacia el cielo siguiendo el rastro del
sol. Imagina posibles trayectorias, inventa parábolas imposibles. Si
lo que sospecha le produce alguna emoción su rostro no lo demuestra.
Calcula distancias y resuelve operaciones matemáticas. Ya tiene
algunas respuestas.
La luz del sol le distrae; le maravilla como
crea brillos en los escaparates y en los coches, y como recorta las
siluetas a contraluz de la gente en movimiento que abarrota la calle.
Las madres llevan a los niños de la mano y las parejas pasean
abrazadas. Nota cierta armonía en la escena. Casi le choca un hombre
que pasea a su perro pero, como el resto, pasa por delante de él sin
prestarle atención.
Se detiene un
segundo a estudiar sus facciones. Ciertamente son bastante parecidos
a él, con algunas diferencias evidentes, pero está seguro que este
será un buen sitio para los suyos. Permanece quieto viendo como
salen pequeños grupos de gente de todas las puertas posibles.
Despacio, como si despertara de un largo letargo, empieza a
distinguir un caos latente en la escena. Se muestran cosas extrañas
que antes solo aparecían esas décimas de segundo por el rabillo del
ojo. Fracciones de otra realidad. Lo que no ha descifrado en sus
pequeñas caras blancas se lo dicen ahora los coches abandonados de
cualquier manera en medio de la carretera, los comercios vacíos, las
puertas de las casas abiertas. Todos andan con lentitud, de un modo
cansino. No parecen asustados. No tienen prisa. Tampoco hablan entre
ellos. Solo miran hacia el frente, y un paso le sigue a otro
llevándoles siempre adelante. Espectros que van todos van en la
misma dirección, y terminan desapareciendo calle abajo, donde el
horizonte se convierte en una bola de luz cegadora. Una visión
extrasensorial del río de almas que abandonó la ciudad.
Cuando vuelve a
abrir los ojos ve la misma calle, pero esta vez está vacía y
oscura. Los coches abandonados siguen allí, piezas oxidadas en medio
de la nada, y en todas partes están presentes las profundas huellas
de los dientes de la rueda del paso del tiempo. Sabe que el sol murió
hace mucho, aunque él nunca llegó a verlo vivo, pero son las
complicadas conjunciones del espacio-tiempo las que les permitirán
vivir aquí durante algunos siglos. Los suyos sabían cuando iba a
suceder, y se adelantaron a la cuenta atrás para que no les cogiera
de camino. Prepararon su llegada hace mucho. Se deshicieron de los
nativos a distancia y se hicieron sitio aquí para poder sobrevivir.
Y ahora han llegado a el cascarón vacío de los restos del viejo
planeta Tierra abandonado.
"Estación del año eterna" de BLANCO HIELO
15 de mayo de 2012
Aquí en Reykjavik, tanto el día como la noche parecen no tener fin, porque duran lo que parece una eternidad (seis meses cada uno). Y desde fuera parece que aquí sea siempre invierno, pero no: hay invierno y también verano.
Lo bonito, cuando ya llevas aquí un tiempo y te has acostumbrado, es desarrollar una especie de sensibilidad a la sutileza con que se producen los cambios en el Círculo Polar. Acabas dándote cuenta de que lo delicioso es apreciar la llegada del verano, no porque el sol abrase y el calor asfixie de repente, sino porque observes que, después de tanto tiempo, la aurora boreal se desdibuja, y el termómetro ya casi nunca queda por debajo de cero.
Así es como me doy cuenta, de eternidad en eternidad, de que junio se asoma tímidamente por la rendija de la puerta, y yo le sonrío tímidamente también, bajando la mirada (porque yo, a las cosas que me gustan, soy incapaz de mirarlas a los ojos).
"Estación del año eterna" de FUCKSIA ANORAK
6 de mayo de 2012