"Despedida de un infiel" según Magenta Obstinado

31 de agosto de 2008

El café estaba frío cuando volví a la cocina. La tostada estaba dura y se había derramado un poco de líquido marrón claro sobre el mantel. Una silla se había caído al suelo, y la cucharilla del azúcar que se me había escapado de la mano cuando él llamó a la puerta, tan poco tiempo después de que tú salieras, seguía tirada y perdida en el camino hacia la taza, dejando a su paso montoncitos de arena blanca y dulce que nunca llegarían a su destino. Probablemente lo viste cuando salías del portal, o te lo cruzaste en el primer semáforo en tu camino al trabajo. A lo mejor incluso te fijaste en un hombre especialmente fuerte, moreno, vestido con vaqueros y camiseta, a horas tan tempranas en las que el resto de la gente de la calle, sólo viste formales trajes oscuros. Puede incluso que le hayas sujetado la puerta de la calle para permitirle entrar antes de salir tú, siempre tan respetuoso y educado con los desconocidos. Habrás seguido adelante, hacia tu mesa, hacia tu despacho, hacia el objeto de tus pensamientos, aquello realmente importante en el transcurso del día.
Ni por un instante, has sentido algo diferente, o has intuido que en tu escena diaria, algo no cuadraba. El piso de abajo, de vacaciones, el de enfrente, en la casa de verano, la ancianita de arriba, esperando a que llegue la enfermera que la atiende, el ático vacío con un enorme cartel en la ventana de Se Alquila… si este hombre de aspecto atractivo, viniera a arreglar una avería del edificio, llevaría algún utensilio o maletín. Si quisiera inspeccionar la casa en alquiler, vendría acompañado de algún estirado y trajeado trabajador de inmobiliarias. Y muy probablemente, la pobre señora Teresa ya no reciba visitas de ese tipo, además de que su familia paga a diversos cuidadores vestidos de blanco para no tener que verla.

Ante una mínima observación, te habría sido fácil llegar a la conclusión de que la extrañeza embargaba tu cotidianeidad. Ante una segunda observación un poco más profunda, te preguntarías por que tu mujer estaba tan temprano levantada y arreglada, como cuando antiguamente se ponía bonitos vestidos para verte al salir de clase. Y por último, tras la observación, una pequeña reflexión te haría darte la vuelta, desandar los pasos hacia tu casa, para encontrar a ese mismo hombre, acogido con un ansia que no has visto en años hacia tu propia persona.

Quería que lo vieras. Quería que nos encontraras, que abrieras la puerta repentinamente para descubrir que no lo tienes todo en la vida, que no puedes mantener lo que no cuidas, lo que ignoras a diario, alguien que te saluda por la noche cuando vuelves, y te despide por la mañana cuando te marchas, que escucha tus penurias y tus quejas, y mueve un poco el rabo para hacerte sentir en casa.

Cuando me tiró encima de la mesa en la que desayunas, y me arrancó el vestido, deseé que irrumpieras en la habitación y conocieras tú mismo el significado de la palabra deseo, el ansia que una persona puede sentir por poseer a otra. La satisfacción, el placer, que desprendíamos, me habría gustado que fueras testigo de toda la vida que todavía hay en mi interior.

Pero todo eso habría ocurrido, si fueras consciente de que sigo aquí. Cuando él se fue, sentí el vacío. Me tomé el café frío, y salí a la calle.

"Color" según Magenta Obstinado

Magenta obstinado

Como no podía ser de otra manera, la elección de color no puedo hacerla por el color mismo, sino por su sonido. La melodía de las palabras y su unión en frases es lo que me siempre me ha impulsado a imaginar historias y garabatearlas en papel. Primero escribo lo que me viene a la mente y luego lo leo en voz alta para escuchar las propias frases y hacerme una idea de cómo las escucharían interiormente las personas que puedan llegar a leerlas. Es entonces cuando descubro que falta una nota o sobran dos, que hay un acorde que chirría, o que la melodía tendría más sentido cambiando la tonalidad hacia el final. La palabra magenta suena fuerte y musical, con altibajos en sus letras, empezando con la dulzura de la m y el encrespamiento de la g, deleitándonos con una pausa en la n para suavizar la potencia de la t.


¿Un sentido? El oído. Una característica, la obcecación. Ya en el colegio llamaron a mi madre para decirle que su hija tenía demasiado vocabulario para su edad, y que era muy educada pero muy cabezota. Y como no podía ser de otra manera, elijo tercamente, un sonido.

"espíritu olímpico" según Fucksia Anorak

27 de agosto de 2008

Ante la solemnidad de las amarillentas luces artificiales, fueron desfilando los deportistas que iban a participar en la segunda prueba más importante de los Olímpicos Juegos, el lanzamiento de corazón.
A la final llegaron los ocho mejores lanzadores que, habiendo superado una ronda previa de semifinales, iban a competir por conseguir la laureada gloria. Todos ellos iban acompañados por sus peculiares corazones, ocho impávidas mujeres que iban con el rígido torso al descubierto.

El primer lanzador fue el sonriente keniata. La prueba de lanzamiento de corazón consistía en tres fases bien diferenciadas. La primera requería sangre fría y nervios de acero: se trataba de arrancar el ruidoso corazón con la mano que iba a lanzarlo. para ello, la acompañante del atleta se estiraba en una plataforma de mármol.
La segunda exigía velocidad y fuerza, pues una vez arrancado el rojo corazón el deportista tenía que esprintar unos 20 metros hasta una amarillenta línea que delimitaba la zona de lanzamiento y arrojarlo lo más lejos posible.
Y la tercera fase, era la de la eterna espera, la de saber a qué distancia había llegado el casi inerte corazón.

El keniata arrancó el efímero tambor, corrió y lanzó el corazón bien lejos. Alzó los brazos en el aire y saludó al jubiloso público. Una vez que fue validada su actuación, corrió hacia el defenestrado corazón y se arrodilló ante el. Y con sus finos dedos, lo aderezó con un poco de purpurina.

El siguiente fue el lanzador de Mundo Anillo. Exageradas dudas habían surgido alrededor del lejano atleta, pues medios informativos difundieron antes de las Olimpiadas que en realidad, era una mujer. Y no era difícil discernir sobre este tema ya que realmente el anillícola parecía un hombre, tanto facialmente como muscularmente.
Repitió las tres fases, pero su lanzamiento fue ligeramente inferior al del keniata.

El tercer atleta participante fue George Michael. George no tenía país, no lo necesitaba.
Tras completar la mecánica de las dos primeras fases, se quedó observando cómo el arrítmico corazón volaba por el cielo del plateado estadio. Pero, de repente, echó a correr detrás de él y lo alcanzó antes de que cayera al suelo. Se puso a llorar y fue descalificado.

Y así, sucesivamente, se fue desarrollando la competición. Hubo una pausa por culpa del quinto atleta, ya que dio positivo por el control anti-anti-doping.

Hasta que llegó la hora del lanzamiento del favorito de la ininteligible afición, el atleta del país del Sol Naciente. Su acompañante, contrariamente al resto de acompañantes, sonreía. Se estiró e hizo un suspiro eterno. El lanzador chino, entre lágrimas, le arrancó el meloso tambor en dos tiempos. Cogió carrerilla y arrojó el corazón con gran elegancia. Éste voló con perseverancia, arrogancia y carisma. Pero la fatalidad asomó otra vez en unos Olímpicos Juegos: el corazón fue atravesado por una jabalina de fibra de carbono, la prueba reina de las Olimpiadas que coincidía en horario con el lanzamiento de corazón.
El lanzamiento se declaró el nulo, y acabó ganando la competición el atleta de la Luna Alfana.

"espíritu olímpico" según Blanco Hielo

(Atención, antes de leer este texto se ha de saber que Segundo Premio es mi pseudónimo más habitual. He aquí una explicación del por qué del mismo.)

Como el que espera su ejecución mirando al techo y sin saber qué pensar, después del "tenemos que hablar" y antes del "se acabó", tratando de digerir la fría insipidez del primero para tratar de reducir -en la medida de lo posible- la indigestión que causará el amargo segundo, inminente.
Todos hemos pasado alguna vez por eso; por lo tanto, todos los hemos podido identificar en algún momento con una de mis canciones favoritas de uno de mis grupos preferidos: "Segundo premio".
Pero Segundo Premio no es sólo eso. Segundo Premio es una especie de gafe con el que algunos nacemos que nos hace tener la suerte o desgracia de llegar siempre hasta casi lo más alto. Consiste en ser el 9.5 eclipsado por el 10 de otro, la vicepresidenta, la que conseguía llevarse al chico más deseado del instituto para que después la dejase tirada, la hija maravillosa que nació varios años después de la hija perfecta, la mejor amiga de su amor platónico (que tuvo el privilegio de enterarse en primicia de su idilio amoroso con otra), la que cree haber encontrado a la persona que buscaba, que después resulta ser la misma que encuentra una de sus mejores amigas unos meses después.
¿Cómo tomarse todo esto? pues oye, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío, según el optimismo o pesimismo de cada uno. Yo me limito a aceptarlo sin más y adoptarlo incluso como pseudónimo, sin tomarlo de una manera ni de otra: simplemente dejo que mi sentido de la madurez y de la deportividad reconozca el trabajo bien hecho por encima de cualquier otra cosa, y entonces es el mío el aplauso más fuerte que recibe el ganador. Ese es mi espíritu olímpico.

"Matar a alguien" según Púrpura Tenue

17 de agosto de 2008



Aquélla era la caja en la que estos últimos días había estado guardando cuidadosamente los recuerdos que deberían ser olvidados. Una carta con olor a lirios blancos, un anillo de turquesa montando en plata y su querido violín de pino.
Jan inspeccionó cada uno de los objetos con detenimiento, deleitándose en los pequeños detalles, despidiéndose de ellos para siempre. Releyó la carta una y otra vez. Pensó que aquellas palabras de papel, junto con el intenso perfume a flores, le acompañarían durante toda la eternidad. Se imaginó perdido entre la inmensidad de Tiempo que le aguardaba, esperando, quizá, una nueva oportunidad para sacar todo lo que llevaba adentro.

Afortunado por encontrarte, aunque tú jamás me has visto. Dichoso por compartir contigo un pedazito de cada mañana, aunque tú no nunca te has percatado de que existo. Feliz por contemplarte durante unos pocos minutos, aunque tú sólo tienes ojos para tu libro. Agradecido por rozarte durante un instante, aunque tú seguro que no has sentido nada…



Hace apenas unos meses, Jan solía coger el metro en South Kenton hasta Marylebone. Llevaba ya un tiempo haciendo el mismo recorrido, desde que ganó, hace poco más de un año, una beca en su Ucrania natal para estudiar en la prestigiosa Royal Academy of Music de Londres.

15 minutos de trayecto. Tiempo más que suficiente, -solía pensar-, para evadirse y dejar de un lado las clases y el estrés que supone pertenecer a una de las escuelas artísticas más duras y competitivas del mundo.

Por aquella época, Jan estaba contento, era feliz. No todo el mundo tiene la oportunidad de estudiar en un sitio así. Jamás lo habría imaginado. De hecho, nadie habría apostado un duro por él, sobre todo, teniendo en cuenta su origen. Jan nació prematuramente un 18 de diciembre de 1991, en un pequeño pueblo situado a 180 kilómetros de Chernobyl. Su vida siempre estuvo marcada por el estigma de la radiación, la violencia y la tristeza.

Aunque prematuro y con un solo pulmón, Jan consiguió, contra todo pronóstico, sobrevivir. Pronto se convirtió en un icono de esperanza para el resto de la gente. Sus vecinos comenzaron a verle como la oportunidad que esperaban para salir adelante y enfrentarse a la realidad que dejó tras de sí el terrible accidente nuclear de Chernobyl.

Desde muy pequeño, Jan empezó a mostrar un interés y una habilidad especial por la música. Un talento que no pasó por alto Marie, su querida profesora de la infancia, quien, con gran esfuerzo, convenció a sus padres para que no descuidaran su educación musical. Fue así como Jan se enamoró del hipnótico y melancólico sonido del violín.

Como si del cuerpo de una novia se tratara, Jan acaricia su violín con delicadeza, busca la postura perfecta, se dispone a tocar la última melodía. Su aséptica habitación se vuelve cada vez más lúgubre. Fuere llueve. El estremecedor sonido de su violín empieza a actuar a dúo con la lluvia que golpea rítmicamente el cristal de la ventana. No le queda tiempo, su operación está prevista para las 17:24. Pronto, tal y como dicta el procedimiento que tan bien le explicaron, vendrá una enfermera a afeitarle la cabeza. Luego, ya sólo tendrá que esperar.


A esas horas de la mañana el metro está lleno. La gente se dirige al centro. Estudiantes, trabajadores, turistas… todos forman una masa homogénea con la que Jan suele entretenerse tratando de adivinar la vida de cada uno. Desde hace unas semanas no puede quitarle el ojo a una mujer, unos diez años mayor que él, morena y muy atractiva que coge el metro en Queen´s Park, compartiendo con cientos de pasajeros más, cinco minutos de rutina.

A Jan le gusta ir de pie, sostener su violín de 20.000 libras entre sus piernas. Algunas veces imagina qué pasaría si alguien intentara robárselo. Echaría a correr, como alma que lleva el diablo detrás del ladrón. Se moriría sin su violín, su pasaporte a la vida normal que ahora empezaba a disfrutar. ¿Y si trataran de robar a la morena desconocida? Correría todavía más, enfrentándose, por supuesto delante de ella, al malhechor. Le excitaba aquella idea.

Mientras divaga en sus pensamientos, Jan observa a la desconocida. Es una mujer elegante: lleva ropa cara, las uñas cuidadas y huele increíblemente bien. A pesar de su aspecto perfecto, parece triste. Sus ojos brillantes y enormes romperán a llorar de un momento a otro, justo cuando se abran las puertas y el sonido ‘mind the gap’ invite a subir al vagón a otra multitud anónima. Entonces Jan ya no podrá hacer nada, su querida desconocida se habrá perdido entre la masa de autómatas en busca de una salida.

Le gustaría hablar con ella, sacarle una sonrisa, acariciarle su pelo negro. Pero Jan se ve incapaz, jamás podrá poner en marcha el diálogo que ha estudiado la noche anterior con su querida desconocida. Cuando la ve, sus rodillas no pueden hacer otra cosa que empezar a bailar. – “Le escribiré una carta y se la daré justo antes de que se marche”-, piensa.

El anillo turquesa lo compró en Camden Town Market, en un puesto de antigüedades relacionadas con el Antiguo Egipto. “Azul eterno, lejano como los ojos de su desconocida”. Ensimismado en sus pensamientos y con el anillo aún en la mano, fue interrumpido por una voz grave: “La turquesa, según los antiguos egipcios, simboliza el cielo, la luz del amanecer. Es el renacimiento, el color del sagrado pájaro Fénix. Muchacho, si buscas un regalo inmortal, ése es el anillo”.

Jan no dudó, sentía que aquel era el único regalo que podría hacerle a su querida desconocida. Estaba nervioso, impaciente y excitado imaginado un momento para entregarle la carta y el anillo. ¿Pero, cómo lo haría, cómo reaccionaría ella? ¿Cómo regalarle algo a una desconocida y no parecer un psicópata? “Mañana, mañana será el día” – se repite Jan cada noche. Pero el día nunca llegó.

A Jan apenas le queda una hora. Hace unos minutos que la auxiliar de enfermería vino a afeitarle la cabeza. ‘Tic, tac…’ el tiempo corre. Aparte de sus preciados objetos no tiene a nadie de quien despedirse. Ni un abrazo, ni una voz cercana que le consuele. Está solo. Si al menos hubiera entablado amistad con alguna enfermera… Pronto vendrán a buscarle, le dormirán para siempre y él no habrá podido despedirse de su querida desconocida.

La última vez que la vio, llevaba la carta y el anillo en el bolsillo, aguardando. Sabía que las oportunidades se le terminaban y que su vida pronto sería un recuerdo repartido entre aquellos tres objetos.

Un día, Jan se sintió con la suficiente valentía para acercarse a la desconocida y entregarle la carta. Cuando estaba a casi medio metro de distancia, un tipo con prisa tropezó bruscamente entre los dos, obligando a la mujer alejarse al otro extremo del vagón. Por primera vez, Jan sintió unos inmensos ojos azules, infinitos, observándole. Jamás volvería a verlos.


Jan entró en el quirófano a las 17:15 horas. Tenía un extraño tumor cerebral. Al parecer algo excepcional para la ciencia. Los médicos vieron en él una oportunidad única para estudiar aquel atípico comportamiento celular nunca visto hasta ahora, aunque para ello primero habría que matar a Jan. Además, su único y atípico pulmón había comenzado a debilitarse y su esperanza de vida empezaba a ser una quimera.

… Something I feel you are an angel, or maybe you could've beenSomething out here, you are an angel or maybe you could've beenSee how they run, see how they runAll the same, all the same; Something out hereYou are an angel… -Canta Jan mientras la anestesia hace efecto.
… I put my hands where your wings should be, I put my feet where the earth should beAnd I can't see very far, and when you said that you were dead I hung on…
Entonces sus ojos se cerraron para siempre y su milagrosa existencia se convirtió en un sueño eterno.

"Superhéroe" de Púrpura Tenue

¿Quién necesita un superhéroe?


Peter, alias ‘superhéroe pelo perfecto’, lleva más de una década salvando al mundo. Entre sus tareas principales se encuentran su incesante lucha contra el narcotráfico, impedir ataques terroristas (el 11-S estaba de baja) y el rescate de gatitos de las copas de los árboles.

Peter alias ‘pelo perfecto’ está harto, quiere dejarlo. De hecho, nunca ha tenido vocación de superhéroe “-¿pero quién quiere ser salvado en este mundo de mierda?” – suele repetirse a cada instante. Además, bastante tiene ya con lo suyo. Encima de no poder pegar ni ojo para rescatar a los gilipollas de turno de un posible accidente laboral se las ve y se las desea para mantener su identidad oculta. ¿Qué hace un superhéroe cuando nadie le ve? Pues lavar a mano su traje de lycra, porque claro, por muchos poderes que se tengan, uno también suda así que hay que lavar con Norit ¡Y a ver dónde lo tiendes sin despertar sospechas entre los vecinos…!

Pues eso, que Peter odia a sus padres, los detesta profundamente por haberle dejado semejante herencia de mierda. Encima, cada dos por tres le mandan mensajes interestelares esperanzadores. ‘Que si es el elegido’, ‘que si sólo él puede salvar al mundo’, ‘que las respuestas están en su interior’… Así está el tema. Mientras Peter no puede permitirse tener un par de días libres para largarse con la buenorra del curro de camping a Calahorra, sus viejos se dedican a hacer turismo por la Vía Láctea y demás constelaciones cargándole de trabajo. ¡Pero a ver quién le dice nada su padre! Con esas barbas a lo talibán y su voz gutural sentenciadora… ¡Ni Stalin en sus mejores tiempos deportando peña a Siberia!

Peter se hubiera conformado con ser ‘el cachas’ del instituto, ligarse a la capitana de las animadoras y conseguir una beca deportiva para estudiar en cualquier universidad mediocre del país. Porque claro, él no iba a ser menos y hacer un FP. A pesar de su dislexia galopante y sus problemas para aprender la tabla del 2, hubiera estudiado Derecho o Medicina, total, después de tragarse todas las series de abogados y médicos que echan por la TDT, ya no le parecen trabajos tan difíciles y quién sabe, quizá su padre pueda conseguirle algún enchufe en un hospital o bufete de prestigio.

A pesar de sus superpoderes, Peter se hace viejo pero no en condición física, sigue fuerte como un roble, sino en apariencia. “¡Hay que joderse, estar condenado a salvar el mundo y tener que comprar just for men por no salir en la tv con canas!”- se queja con frecuencia nuestro superhéroe.

Si Peter ha empezado a deprimirse en los últimos días es porque, además de que se le ha pasado el plazo para entrar en la universidad (acceso a mayores de 25 años), su cuero cabelludo también ha empezado a debilitarse. Junto a las canas, las entradas son cada vez más incipientes. ¡Sería el primer superhéroe calvo de la historia! Nadie volvería a dirigirse a él como Peter, ‘el superhéroe pelo perfecto’. Le horrorizaba aquella idea. ¿Quién iba a tomarle en serio? No se puede ser un superhéroe calvo, viejo, con el culo caído… ¿Qué director de cine se prestaría a hacer una película de su vida? Sólo Ussía le dedicaría un artículo en el periódico del domingo, mofándose de su desgracia.

Atrás queda la época en la que el mundo empezó a conocerle bajo el alias ‘pelo perfecto’ porque, a pesar de volar a más de 500 km/h, y a miles de metros de altitud, su pelo seguía viéndose resplandeciente, perfectamente peinado, sin ninguna greña. Vamos, el sueño de cualquier estilista de tv.

Pero la vida de un superhéroe no sólo es gloria, admiración y un pelo perfecto. Eso Peter lo sabe muy bien. Todavía recuerda la trifulca que tuvo con algunos de los superhéroes más famosos por la patente del diseño de su traje. ‘Rojo y azul’, pensó que serían los colores más adecuados para crear su identidad corporativa. La verdad es que Peter nunca fue muy original, así que pronto se le echaron encima unos cuantos superhéroes famosos, iguales de originales que él, pero con el ego muy crecido y como estaban antes, le cosieron a hostias. El pobre, terminó un par de días desorientado en la costa del Valle de Escombreras, sumergido entre metales pesados y viendo mejillones de color rosa.

Peter está deprimido, tiene una crisis de identidad. Hace un par de noches que no se pone el antifaz ni sale a la calle en busca de malhechores. Total, para qué, si el mundo tampoco es que le eche mucho de menos. ¿Quién necesita otro héroe? ¡Qué razón tiene la gran Tina!- piensa-. Además, con la nueva hornada de superhéroes, seguro que la gente pronto empezará a olvidarle. Y aunque fuera la única esperanza de la humanidad y Ahmadineyad consiguiera romper el escudo antimisiles de ee uu, tampoco es que creyera en su cometido. ¿Para qué? Si no es una será otra desgracia. Es imposible pararlas todas.

"Superhéroe" según Naranja Pasado

6 de agosto de 2008

Superhéroe


No lo ve venir hasta que los cristales del edificio estallan en pedazos y caen peligrosamente hacia él.

De un solo salto se desplaza con velocidad sobrehumana por encima de los coches de la acera, y allí donde hace un momento se encontraba él los cristales se hacen añicos en una lluvia mortal.

Sombra se incorpora y comprueba si está herido. El traje especial, rojo escarlata, con los guantes negros que el mismo diseñara, no tiene ni un rasguño. Algo sorprendente teniendo en cuenta que ha atravesado ya los edificios de media ciudad durante las dos últimas horas. En ese momento es justo cuando levanta la vista y ve venir de nuevo a Kaos a toda velocidad. “Mierda”, es su único pensamiento, y llega tarde al choque. Media manzana salta en pedazos, coches volando, árboles arrancados danzando como si la gravedad no importase. En uno de esos lapsos de tiempo que suceden en momentos críticos, le da tiempo a admirar las raíces completamente a la vista de un bananero despedazado.

Cae. Choca contra el suelo con un estruendo de mil demonios, y el dolor recorre su cuerpo de un extremo a otro. La gente grita a su alrededor y sale corriendo en todas direcciones. “No puede ser”, se lamenta. Tanto sufrimiento, tanto tiempo invertido, tantas esperanzas volcadas en esa lucha final, en ese encuentro con su antagonista que una vez tras otra ha frustrado sus planes… para que todo falle finalmente. Huele la derrota. Y Kaos, observando desde encima de un edificio, ríe con saña y saborea su cercana victoria.

Siente cercana su muerte, y se pregunta qué será de su familia una vez desaparezca de la faz de la Tierra. La frustración y la rabia llegan a él y, en un último arranque de colérica fuerza, consigue levantarse. Escupe sangre: tiene algún órgano severamente dañado, y la regeneración no es una de sus características.

Kaos salta triunfalmente, confiado, y coge velocidad. Un ángel de la muerte, letal y sangriento. Grita, y la victoria emana de su garganta como un coro que atraviesa el alma. Empuña su sangrienta espada y lanza la estocada mortal…

…y se ve atravesado por los diez mil voltios que surgen de la mano de Sombra. Muere casi instantáneamente, sin haber caído en la cuenta de que desactivar su campo de fuerza no fue buena idea. Su cuerpo, carbonizado, salta en pedazos y salpica la acera, la calzada, las cristaleras de las tiendas y a los transeúntes que, paralizados, han contemplado el espectacular duelo. El humo lo envuelve todo.

Sombra se toma unos segundos para recomponerse. Sonríe. Ha ganado. La gente, momentos antes presa del pánico, se queda quieta, preguntándose qué ha pasado, quién ha vencido. Un hombre se adelanta a los demás, la esperanza dibujada en su rostro, y se adentra en la nube de humo para intentar ayudar. “Se encuentra usted bien?”, pregunta al aire. “Hemos ganado?”, dice.

Sombra recapacita. Finalmente ha conseguido aquello para lo que ha luchado tantos años. Tantos sacrificios, tantos hombres buenos han quedado atrás, tanta sangre de inocentes y malvados ha sido vertida… y entonces contesta…

“No. Habéis perdido”, y coge del cuello al pobre hombre, y mientras miles de voltios recorren su cuerpo y lo achicharran, Sombra le dice: “Y ahora todos moriréis…”

"Superhéroe" de Negro Sable

5 de agosto de 2008

Superhéroe

Joe vivía en el Bronx, en un destartalado apartamento de cincuenta metros no muy lejos de la 895. Joe era un chavalín de ocho o nueve años, negro y flacucho y a diferencia de sus amiguitos, que aspiraban a ser raperos o proxenetas, él quería ser superhéroe.

El cuchitril que utilizaba como habitación era tremendamente humilde, no había nada destacable ni ningún lujo, salvo la colección de comics de Joe.

A Joe le entusiasmaban los cómics, eran su inspiración y su fuente de esperanza. Porque como el párroco del distrito le decía: “chaval, con ese culito llegarás lejos. Solo necesitas alguien que te enseñe”. La parte del “culito” no la entendía pero el resto de la frase le caló hondo: necesitaba leer e informarse tanto como pudiese sobre el superheroicismo para algún día poder llegar a ser como aquellos fornidos hombretones que salvaban el mundo día sí día también.

El problema es que todos aquellos superhéroes habían nacido o adquirido superpoderes con los cuales combatir el mal. En cambio él no era más que el tirillas del barrio. ¿De dónde sacaría un rayo de energía interestelar, una araña mutante o una explosión gamma que le dotasen del poder supremo?

Un buen día, apareció por casa Tupac, el hermano mayor de Joe. Tupac pasaba largas temporadas fuera de casa. La madre de Joe le decía que su hermano tenía asuntos que resolver y que por eso se ausentaba tan a menudo. En aquella ocasión Tupac llegó muy tarde por la noche, cuando él ya estaba en la cama. Pero como era habitual en él, esperaba a que su madre dejase de vigilar para esconderse bajo las sábanas a leer cómics. Por aquel motivo, escuchó la conversación que su madre y Tupac tuvieron.

Joe no fue capaz de enterarse de todo lo que hablaron, pero una cosa sí estaba seguro de haber entendido, y es que la madre de Tupac le suplicaba que dejase la heroína. ¡¿Sería eso posible?! ¿Estaría su hermano mayor liado con una poderosa mujer? ¿Tal vez sus ausencias fuesen realmente temporadas que pasaba luchando contra el mal contra aquella virtuosa mujer de la cual no podía separarse?

Joe pensó toda la noche en Supergirl, Wonder Woman, Hulka u Oprah. ¿Qué tipo de superheroína sería su cuñada?

A la mañana siguiente, la madre de Joe se fue a trabajar y como era costumbre, Tupac había vuelto a desaparecer sin dejar rastro. “Seguro que le habrá llamado la policía para resolver algún problema”. Legañoso, vestido con su pijama de Spiderman y con gran excitación, Joe salió de su cuarto y se adentró en la cochambrosa habitación de Tupac. “¡Esto es oscuro y lúgubre como la caverna de Batman!”, pensó emocionado. Comenzó a rebuscar entre los bártulos de su hermano hasta que finalmente dio con una oxidada caja de metal precintada. Al levantar con sus manos la caja sintió que había encontrado algo importante, como si el poder que ocultaba aquella caja le recorriese los brazos. Con una sensación mezcla de miedo y exaltación, Joe abrió la caja y observó en su interior. Allí estaba. ¡Había descubierto el secreto de su hermano!

Dentro de la caja, un sobrecito con el nombre “heroína” y diversas agujas. ¡Ahí estaba el secreto! Joe inmediatamente pensó en Steven Rogers, aka el Capitán América y aquel suero del supersoldado que una vez inoculado en su cuerpo, le dotaba de poderes sobrehumanos. Ese era el secreto de Tupac. Pero aunque Joe sabía que estaba mal, deseaba fervientemente utilizar aquella milagrosa sustancia para aunque tan solo fuese una vez, sentir de cerca el poder de los grandes héroes y ver así cumplido su sueño. Joe el héroe, Joe el salvador. Joe el poderoso.

Desde pequeño Joe había padecido del corazón y para él el uso de jeringuillas era habitual. Su madre le había enseñado a utilizarla en caso de emergencia, en esos fatídicos episodios cardiacos en los cuales tan solo la atropina podía salvarle. Por lo tanto, recargar las agujas con el suero fue sencillo, así como acertar en uno de sus frágiles vasos sanguíneos y vaciar el contenido de la jeringuilla hacia el interior de su cuerpo.

La primera sensación que tuvo Joe fue de alivio. Seguidamente, un escalofrío recorrió su cuerpo, comenzó a sudar y a sentir algo especial en sus extremidades. ¡Ahí estaba! El poder acudía a él. ¿Qué clase de superpoderes tendría? ¿Podría volar? ¿Fuerza sobrehumana? ¿Rayos láser? ¿Se convertiría en un coloso invulnerable?

Mientras los pensamientos de Joe aumentaban su velocidad, Joe perdió la noción del espacio tiempo. Sentía algo similar a lo que seguramente sentiría Galactus o El Merodeador Nocturno. Y finalmente, como si recibiese un golpe en la nuca, despertó de su fantasía. Ahí estaba él, rodeado de blanco. Una luz al fondo y en su espalda dos grandes alas emplumadas. Al fin lo había conseguido. No era su favorito, pero ya era algo. El pequeño Joe había logrado ser como Warren Kenneth, el poderoso Ángel.

"Superhéroe" de Aguamarina Pura

4 de agosto de 2008

VILLANO.



Cuando era pequeño deseaba ser un héroe. No sabes bien porqué pero lo deseas. Cuando ves por la tele que alguien ha hecho algo bueno por la humanidad, algo en tu corazón se remueve, sientes algo que hasta entonces nunca habías experimentado y, ese día, decides que quieres consagrar tu vida al noble gesto de ayudar a los demás.

Pero no es oro todo lo que reluce, a medida que vas haciéndote mayor y no destacas en absolutamente nada, te das cuenta de que tu objetivo, todo aquello por lo que te habías esforzado tanto, jamás se cumplirá. Nunca tendrás superpoderes, ni serás aclamado por multitudes, no serás multimillonario y muy posiblemente no tengas jamás una preciosa mujer a tu lado. Durante unos años eres capaz de soportar todo aquel peso sobre tus hombros. Ver como otros se llevan la gloria porque simplemente nacieron para eso, otros están donde a ti te tocaría y tú no puedes hacer absolutamente nada pero, lo peor de la historia no es eso, es que mientras tú buscas tu objetivo vas descuidando tu vida. Dejas los estudios porque no te motivan, te vuelves un insocial y te alejas incluso de tu familia. ¿Qué es lo que te queda entonces? Nada, ya no tienes nada en lo que escudarte y ese es el mejor caldo de cultivo para el odio incipiente que empiezas a sentir.

Los años han pasado y ahora tu odio casi te ha consumido, la situación se ha revertido y ya no adoras a los héroes, los odias. Los odias porque simbolizan todo aquello que tú no vas a ser, que habías ansiado tanto pero que jamás conseguirás alcanzar. La gloria es suya y por mucho que la desees nunca podrás alcanzarla con la punta de los dedos. Has destruido tu vida por un ideal, por primera vez te enfrentas a una auténtica crisis existencial. ¿Qué hago yo aquí? Y es entonces cuando la cosa cambia de verdad. Has descubierto que nunca serás un modelo a seguir pero aún te queda una última cosa: Destruir esos modelos que adorabas en tu infancia. Y con la madurez recién alcanzada consagras tu vida a lo único que te queda. No importa si eres un respetado hombre de negocios, un científico genial o simplemente un luchador de la calle, no eres lo que quieres ser y eso es lo único que realmente importa.


No hay una sola manera para llegar a ser villanos, algunos lo desean, otros llegan por accidente o a unos pocos, la vida, simplemente les ha puesto ahí. Yo por mi parte lo llegué a desear y un golpe de suerte me puso en el buen camino. Villano por accidente, pero bendito accidente el que me guió hacia mi gloria personal. Un experimento con plutonio se me descontroló y altero toda mi cadena de ADN haciéndome más fuerte, más rápido pero, sobre todo, más listo. En aquel momento mi vida cambió. Podría haberme hecho un héroe, el sueño de mi vida pero, ya era tarde. El odio me había consumido y no era capaz de soltarlo. Me pasé más de un año intentando vencer mis viejas costumbres morales sobre lo que estaba bien o lo que estaba mal y cuando lo hube finiquitado, me lancé a la destrucción de toda la ciudad con un artefacto químico de enorme potencia. Tengo que aclarar que no conozco a un solo villano que haya sido tan tonto como para creer que sus planes iban a tener éxito. Todos sin excepción sabemos que vamos a fracasar. ¿Qué por qué lo hacemos? Necesitamos atraer al foco de nuestra ira hacía nosotros. ¿Y Cómo se atrae a un héroe? Pues haciendo cosas malas, así de simple. Una vez el héroe aparece solamente queremos acabar con él pero jamás se consigue. ¿Qué tienen que los hace tan especiales? He llegado a pensar que realmente es porque ellos si han nacido para ser diferentes, para ser héroes, modelos a seguir. Son hombres sin miedo a nada ni a nadie y justamente eso es lo que les hace más fuertes.


Cuando tu plan fracasa y el héroe te derrota vas instantáneamente a prisión cosa qué, por cierto, no está tan mal. Allí encuentras a otros villanos como tú. Perdedores, desraizados sociales, inadaptados. Villanos de todas clases con los que hablas y explicas tus diferentes experiencias. Al volver a la celda siempre piensas en lo mismo: ¿Qué hice mal? Y la respuesta siempre es la misma, no hiciste nada mal, sólo pasó que él era mejor. El nació para ser héroe, tú no naciste para ser villano.

Después de está reflexión un pensamiento fugaz cruza tu mente: ¿El villano nace o se hace? La respuesta es clara, se hace. La vida te ha empujado a donde estás y no puedes cambiarlo, no has podido elegir, el odio te ha consumido y sólo la venganza te da una válvula de escape para eso. Cuando lloras en tu celda, en la noche, imágenes de tu infancia acuden de nuevo a tu mente y recuerdas cuando eras un niño, vuelves a aquel preciso instante delante del televisor mientras veías a un superhéroe y le preguntabas a tu madre:

- Mama, ¿De mayor podré ser como él?
- Claro hijo mío, de mayor serás exactamente igual o mejor.


Pero aquello, simplemente, era amor de madre; tú no podías.




PD: dedicado a Naranja Venenoso!!!!!!!!!

"Superhéroe" según Naranja Venenoso

(Dedicado a Gris Ceniza y a Fucsia Anorak con cariño)


Dark Poison / Naranja Venenoso

En Dark City reina el caos desde la última guerra entre los Oscuros Roñosos y los Escurridizos Negros. La ciudad ya no es la misma des de entonces, todo tiene diferente color, las calles están desiertas, la gente apenas sale de sus guaridas por miedo a ser atracado, asesinado o descuartizado. Ya nunca brilla el Sol, apenas se asoma, pues incluso éste se esconde tras los senderos rocosos o bajo las nubes tóxicas que se forman tras la tormenta de lluvia ácida que crea la polución de esa caótica ciudad dominada en la actualidad por los Oscuros Roñosos, amos y señores de Dark City.

Dark Poison, la líder de los Oscuros Roñosos, heredera de un multimillonario coleccionista de arte y propietaria de toda Dark City, durante el día se dedica a recopilar todas las obras literarias y artísticas perdidas y desaparecidas en Dark City, mediante artes dudosas. Lucha contra todo aquel que tenga mal gusto o no comparta el suyo, y se oponga a sus intereses y sus propios fines,... contra todo aquel que escriba una mala crítica sobre algún libro que a ella le haya parecido bueno, una obra que ella considere buena, o simplemente, no le caiga bien. Pues también roba ideas, mediante la telepatía, la sugestión y la hipnosis.
Dark Poison, es pelirroja, con el pelo rizado, la tez pálida como una muñeca de porcelana y con pecas en nariz y mejillas. Es esbelta a la vez que fuerte y ágil como un felino; a parte de ser inteligente, posee grandes dotes para la escritura, la pintura y la palabra.
Dark Poison se desplaza a todas partes con su Harley tuneada. De día viste con un atuendo discreto, para pasar desapercibida; con pantalones y chaqueta de cuero negro y camiseta de color marrón caca y unas botas negras de cuero.

Pero cuando cae la noche, Dark Poison lleva a cabo su particular metamorfosis convirtiéndose en Naranja Venenoso, y cambia por completo todo su atuendo, deja lo oscuro y pone un toque de color a su Dark City. Se calza sus mallas rojas, sus botas amarillas, su corsé naranja, su supercinturón amarillo, sus guantes naranjas, su antifaz amarillo, y su capa naranja. Coge toda su artillería pesada y sus armas de combate y sale con su Harley negra tuneada con llamas naranjas pintadas en los laterales a la caza y captura de sus dos archienemigos aférrimos.
Sus armas de combate son: plumas estilográficas superafiladas Montblanc para ocasiones especiales, plumas Inoxcrom de batalla, bolígrafos Bic naranja -escribe fino- y Bic cristal -escribe normal-, pinceles de varias medidas para hacer cosquillas a sus dos archienemigos aférrimos, Rotrings del 0'2, del 0'4 y del 0'8, plastidecors y plastilina de color naranja.

Sus dos archienemigos aférrimos responden al nombre de Gris Ceniza y Fucsia Anorak.

Gris Ceniza es archienemigo de Naranja Venenoso por llevar camisa de mangas largas en pleno mes de Julio, aporrear la guitarra -emotivamente-, llevar el cuerpo tatuado, tener dedos de E.T..., y básicamente ser un duro rival en sus propósitos! Y eso a Naranja Venenoso no le gusta para nada y se la tiene jurada por estos aspectos, ya se sabe, la envidia es muy mala...es una lucha de titanes y tienen pendiente un duelo, solo hace falta escoger las armas; Naranja Venenoso ya tiene pensadas cuales escoger. Naranja Venenoso por sus adentros lo llama el Piltrafilla o el Piltrafa! Depende del cabreo que lleve encima! Pronto se verán las caras, Naranja Venenoso lo está buscando por toda Dark City. Aunque Gris Ceniza, es muy escurridizo y no se deja ver demasiado. ¿Estará escondido en su torre?, ¿Estará afinando lo inafinable para que suene bien aquello que es imposible que suene bien con esas falanges de E.T.?, ¿Estará autoretratándose con una Reflex y un espejito?, ¿Se estará tatuando otro Dragón en el cuerpo? ¿Se estará probando alguna gorra o remangado camisas de manga larga en pleno verano? ¿O, simplemente estará buscando a Naranja Venenoso para darle su merecido?

Por otro lado, está el otro archienemigo aférrimo de Naranja Venenoso, Fucsia Anorak, y su motivo principal por ser su archienemigo número dos se debe, a escuchar música anticuada y ser gran admirador de Tom Jones y por no compartir el gusto literario por la Revista Vale, muy propicia para ratos de insolación en plena playa de Dark City. Naranja Venenoso no comprende porque Fucsia Anorak no comparte este gusto literario y por eso también tiene un escarceo pendiente con él. Podríamos decir que Fucsia Anorak es un nuevo archienemigo de Naranja Venenoso, pero no por eso es menos peligroso y no por ese mismo motivo ella le guarda el mismo rencor... También lo anda buscando y también tiene en mente que armas tiene preparadas para enfrentarse a éste, ya que por poco que lo conozca intuye cual podría ser su punto débil. Recordemos que Naranja Venenoso tiene gran inteligencia, poder de sugestión, telepatía e hipnosis! Aunque desconoce un poco las armas y poderes de su archienemigo Fucsia Anorak, todo es cuestión de indagar un poco más sobre su archienemigo, ya que como Naranja Venenoso bien sabe, la información es poder.

Son las 00:07 y Naranja Venenoso ya está lista para recorrer Dark City en busca de sus dos archienemigos. La ciudad está francamente oscura, las calles prácticamente desiertas, solo se ven a Oscuros Roñosos dominando la ciudad -de vez en cuando, se cruza algún grupo de Escurridizos Negros que intenta crear conflicto y se organiza una buena pelea. Las cosas siempre acaban de la misma manera, con violencia -. Naranja Venenoso pasa rauda y veloz y atraviesa la ciudad, sin resultados aparentes. Sigue buscando durante una hora sin ver a ninguno de sus dos archienemigos. Decide irse hacia la costa de la ciudad, pues sabe que sus dos archienemigos residen por esa parte de Dark City, aunque le extrañaría encontrarlos por la zona. Toma esa dirección acelerando a todo gas... Su rojiza melena se ondea contra la fuerza del viento como si fueran las mismísimas llamaradas del infierno, el corazón le late con estrepitosa velocidad,...tic...tac...tic...tac..., su furia va increscendo cuando imagina la cara de sus dos archienemigos, imagina el momento de la lucha, siente que cada vez está más cerca de ellos, puede notar que se acerca a ellos, nota su presencia, intuye con su sentido telepático que se está acercando a uno de ellos!

De repente, a lo lejos, percibe un silvido... una canción... una a estúpida y conocida canción que le pone los pelos como escarpias..."It's not unusual" de Tom Jones...
" Ése no puede ser otro que Fucsia Anorak, -se dice para sus adentros Naranja Venenoso-. Voy a por él, voy a pillarlo por sorpresa. Dejaré aquí la Harley y seguiré el camino andando."

"Míralo, allí está, sentado en la arena, con su anorak de ese color fucsia tan chillón, sus chanclas hawayanas, sus bermudas a juego y sus gafas de sol, intentando pasar desapercibido, cuando todos en Dark City sabemos que es un espía ruso... además, que segurísimo que le gusta bailar claqué...no me extrañaría nada, si adora las revistas del corazón... bueno mejor que me calle sino me va a descubrir y no podré atacarlo por sorpresa."

BLOOUM...Naranja Venenoso lanza una bolita de plastelina en todo el cogote a Fucsia Anorak y éste de repente deja de silvar y del susto se traga el chicle de fresa y peta-zetas que llevaba en la boca. Fucsia Anorak se gira y pega un bote llevándose la mano al cogote. Naranja Venenoso que ya tiene preparada su segunda bolita le sonríe picarona y le lanza una segunda bolita sin darle tiempo a reaccionar.

- BLOOUM!!! Te vas a enterar Fucsia!!
-"The doors are closed to such as I, a no boy from nowhere"... Ven a por mi...cobarde, atacando por la espalda...Naranjito...
- Cierra el pico, muchachico y dedícate al parchís que el cante no es lo tuyo!!
-"Sexbomb, sexbomb, you're a sexbomb...You can give it to me when I need to come along"!!! jajaja Que te passa? Pequitas? No te gustan mis canciones? Vas a caer rendida con mis cantos de sirena... Hangar!!!
- Dios mío! Que antiguo que llegas a ser!! ZASSSS!!!!... toma chorrazo de tinta negra de mi Montblanc!! Supermancha para tu anorak fucsia a ver si se va con Dixan. El frotar se va acabar?? jajaja!!
- Maldita Naranjita, eres peor que una sabandija! ¿Qué le has hecho a mi querido fucsia anorac? "HELP YOURSELF"!!!! Eres peor que la Pantoja con Julián Muñoz...
- Nooooooo, eso noooo, cotilleos del corazón para mis oídos nooooo!! (Mierda, Naranja, no muestres debilidad ante tu archienemigo! Mantén tu compostura). Contraataque!!!ZIIIIIIIIGGGGG !!! Rallada de bolígrafo Bic naranja en tu carita de niño bueno, jijijijiji!!!!
- La Isabel Preysley se ha puesto un nuevo baño en la casa de Miami y su hija Tamara se ha vuelto a estrellar con el coche!!! "She drives me crazy"!!! Que te parece esto?? Orange?? Sigues teniendo cobertura?? Mejor cámbiate de compañía, que el naranja no te sienta nada bien!!! JAJAJAJA!!!
- Fucsia Anorak, mírame a los ojos: tienes muuuuuuuucho sueeeeeeeeeño, los páaaaarpados te peeeeeeeeeeeeesan, se te está relajando tooooooooooooodo el cueeeeeeeeeeeerpo, estáaaaaaaaaaaaaaaas muuuuuuuuuuuy cansaaaaaaaaaaaaado. Cuando yo cuente hasta 3 te quedarás dormido y harás todo lo que yo te diga. Después no recordarás nada de lo sucedido. 1..., 2..., y..., 3.

Fucsia Anorak queda rendido bajo el poder hipnótico de Naranja Venenoso. Ésta lo hace subir de paquete en su Harley y va en busca de Gris Ceniza. Dan vueltas por las calles que dan a la costa de Dark City, al principio sin gran éxito aparente. Pero de repente, el sentido telepático de Naranja Venenoso le vuelve a sonreír de nuevo. A lo lejos percibe un sonido "emotivo" que le hace chirriar los dientes! Ella lo tiene claro, no puede ser otro que su ya, mundialmente conocido archienemigo aférrimo número uno, Gris Ceniza, aporreando su guitarra eléctrica o acústica; eso a Naranja Venenoso, le trae sin cuidado, ya que, a sonidos y aporreos necios, oídos sordos!
Sin duda, es él. Naranja Venenoso, hace bajar a Fucsia Anorak de su Harley con brusquedad, ya que por el camino éste se ha dormido y por más inri le ha dejado el hombro babeado. Fucsia Anorak hasta durmiendo e hipnotizado sigue luchando contra ella!! Naranja Venenoso le da instrucciones a Fucsia Anorack.

- Fucsia, atiende: Ahora vamos a luchar contra Gris Ceniza, él será nuestro archienemigo. Vamos a ir a por él. Vigila porque tiene mucho peligro. Vigila con sus guitarras, sus tatuajes, y sobretodo y lo más importante, sus dedos de E.T., pues es un peligro! Y ten cuidado porque es más listo que el hambre! Tu tienes el arte de cantar a lo Tom Jones, pues el aporrea las guitarras a lo "emo" así que cuidado! También domina el arte de las letricas como tu... bueno, creo que ya lo conoces un poco... así que ve con ojo! No quiero cobardes en esta lucha! Así que al ataque y por sorpresa y por la espalda si hace falta, como los malos!! Es una orden y de alerta Naranja! ¿Entendido?
- "Try to remember the kind of September". Digo... Sí!!!
-Bueno pues allí lo tenemos, vamos ahora sigilosamente a por él. Y ataquémosle!

Gris Ceniza se encuentra aporreando su guitarra eléctrica, en plena noche, en un recóndido y oscuro rincón cercano al cementerio de Dark City.


BOOOOOUM!!! Naranja Venenoso lanza una bola de plastilina en el cogote de Gris Ceniza.
Gris Ceniza deja de aporrear la guitarra y se gira sorprendido de repente y se encuentra al dúo "colorín" en sus narices.
- "She's a lady... Oh, whoa, whoa, she's a lady"!!! Que te ha parecido esto, tío??
-No me sorprende para nada! Cuando se juntan el hambre y las ganas de comer... Sois patéticos...Menudas pintas me lleváis!! (aporreo de guitarra).
- BOOOUM!! Carambola a la derecha, carambola a la izquierda.... La envidia es muy mala, lo sabias Gris Ceniza?? Además eso a que tu le llamas tocar... difiere mucho de la realidad. A todo se le llama arte hoy en día!
- Mira, Naranja, solo te diré tres cosas de tu estrafalario atuendo: primera y más importante, con esos colores tan "hot" no vas a llegar a ninguna parte, segunda y no menos importante, que se te ve de una hora lejos, no pasas desapercibida y das el cante y ya, la tercera y para finalizar, denotas debilidad, eres comida de conejos, pues pareces una zanahoria, pues tan solo te falta la salsa vinagreta y un lechuguín para parecer una ensalada de verano.
- " Green, green grass of hometom jonesthe old home town looks the same"... Al menos nosotros vestimos con elegancia y colores vistosos, porque tu hijo mío, eres un sosainas, poca tonalidad de color... Sales del fuego para caer en las brasas... Ceniza... lo que eres... un CENIZO... una CENICIENTA!!! Son ya las 12... no deberías estar en tu torre de cristal?
- Eso, corre... te vas a transformar en calabaza... anda y vete a mirarte al espejito, presumido!! ¿Cuánto has tardado en colocarte la gorrita? ¿Y en subirte las manguitas? Te ha ayudado alguien o lo has hecho tu solito? ¿Quieres un nuevo tatuaje? Se me da muy bien el dibujo!! No te va a doler... ya lo verás.... ZIIIIIIIIIIGG ZAAAAAAGG... toma Rotring del 0.2 en la pierna izquierda...
- Bruja!!! ¿Eso pretende ser un tatuaje? Eso es un garabato... como me has dejado al pobre Dragón... eso no te lo perdono... lo has mutilado de por vida... Vendetta!! Ataque falanges E.T. ... Sombras Chinescas... FÍU FÍU...
- Noooo... dedos E.T. NOOOOO, Fucsia Anorak, help me!!
- " With these handstom joneswords by benny david, music by abner silver...", "Mama told me not to come Mama told me not to come She said "That ain't the way to have fun, son" ... Naranja, estamos perdidos... con esos dedacos... ¿qué vamos a hacer??
- Improvisacióoooon poweeer!! Piensa rápido o sus dedacos nos aplastan!!!
- "Can't stop loving you..." mmmmmmm, lo tengo!!..."Thunderball", Naranja, gran bola de plastilina en toda la tocha!!!
- BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOUM!!!!!!!!!!!!!!! Eso nunca falla, Fucsia!!! Gran bola de fuego en su enorme narizota!!! Ahora lo dejamos doblado!!
- AAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuiiiiiiiiiiiiiiiixxxxxxxxxxxxxxxxxx!!
Malos, malísimos!!! Que dolor!!! aaaaiiiii aiiiii aiiii aiiiiiii aiiiii!!!! mi nariz!!! aiiiiii (lagrimillas).
- Y ahora el remate final, SLIM SLAM, SLIM SLAM... pincel del numero 7 para hacerle cosquillas en las orejas... jejejejeje....
- Ahí te quedas Piltrafilla!!! Esto sólo es el principio, pero volveré a por más, así que prepárate y estate al loro, porque nunca sabes cuando te puedes encontrar conmigo! El Naranja es un color cálido, pero puede ser muy venenoso.
Gris ceniza cae al suelo roto de dolor, y Naranja y Fucsia Anorak deciden dejarlo allí tumbado, por hoy tienen suficiente y desean saborear esta pequeña victoria. Naranja Venenoso no ha ganado la guerra, pero sí ésta batalla. Además se lo ha pasado en grande luchando con su archienemigo Fucsia Anorak.

Por el momento, Naranja Venenoso, solamente tiene dos archienemigos.
Tendrá Naranja Venenoso más archienemigos?
Este solo es el principio de esta historia en esta oscura ciudad llamada Dark City...

"Superhéroe" de Gris Ceniza

3 de agosto de 2008

Era considerado un héroe por las veces que había salvado al mundo. Un ser excepcional, por encima de todos los demás debido a su don, un superhéroe. Querido y adorado por la humanidad, tenía de su lado a la gente, a la prensa y a los gobiernos.
A pesar de todo eso vivía él solo en una torre abandonada, en medio de un valle húmedo y lejos de la civilización, porque nunca terminaba de acostumbrarse al resto de la gente.

La altísima torre era completamente circular. Se elevaba entre la hierba como apuntalando la salida del sol. Aquel día, de buena mañana cuatro coches estaban estacionados delante de la puerta principal, dónde dos de los presidentes permanecían dentro de sus vehículos, y los otros dos esperaban delante de la única entrada. Frente a la puerta de la torre un alto hombre de pelo largo peinado hacia atrás y espeso bigote (ambos de un blanco amarillento), protestaba indignado por aquella falta de respeto. Siempre que se reunían habían encontrado la puerta abierta, y ahora se sentían confundidos y menospreciados. Esta vez ocurría algo distinto, estaba seguro. Su confidente, el pequeño presidente del oeste le apremiaba para que bajase la voz, no fuera a oírles el héroe y se enfadase con ellos, cosa nada extraña teniendo en cuenta los últimos cambios de humor de “su alteza”. El viejo tuvo que admitir que el enano tenía razón. Asintió con un gruñido mirándole a la cara, que le quedaba a la altura de las rodillas, se volvió a poner el sombrero de copa y levantó la vista hacia alta construcción.

La pulida pared de piedra reflejaba la luz con un extraño tono verdoso. A su alrededor, como esparcidos por un impreciso capricho sobresalían restos de lo que fueron balcones siglos atrás. Solo uno, casi en la parte más alta de la torre permanecía entero. Se podía acceder a el únicamente desde dentro, desde los aposentos de “su majestad”. Estos consistían en una habitación del tamaño de toda la planta, coronada con una inmensa bóveda de hierro y cristal.
Las puertas del balcón eran las únicas en toda la estancia, ya que se entraba desde una trampilla en el suelo. Los viejos tapices de la habitación seguían perdiendo color, cada vez más tristes y apagados. En la pared opuesta a las puertas, un cuadro contaba la antigua leyenda sobre la llegada del hombre a la Luna. Completaban el mobiliario una enorme cama sin sábanas ni almohadas, una butaca hecha jirones, una pequeña librería, y un desordenado escritorio. Colgada del techo, de manera que pudiera verse desde la cama, una gigantesca pantalla de televisión que funcionaba sin descanso desde que la instalaron años atrás.
En uno de los laterales de la cama la pared estaba teñida de recortes de periódico y fotografías. Allí estaba “su alteza” contemplando, consciente de que los presidentes le esperaban en la puerta, pero sin poder quitar la vista de aquellos retales del pasado. Fotos junto a su hermano de cuando solo eran niños, fotos del día de su graduación, otras junto a sus padres… Recortes de periódicos de sus hazañas: desde el día que se dio a conocer al mundo, de cuando derrotó a aquel intento de villano, o de cuando estalló la última guerra nuclear y él obligó a gobiernos a entenderse y a crear el mundo que hoy en día conocemos. Incluso también había colgado una página que mostraba la manifestación mundial pidiéndole que fuera el único gobernador del mundo. Él solo acepto que le llamasen “alteza” o “su excelencia”, pero no quería dirigir, ni salir en la televisión, solo pedía paz, y que le dejasen vivir en aquella torre aislada.
Claro que cada cierto tiempo sonaba aquel maldito teléfono y le requerían para alguna cosa. Cada vez menos, porque nadie se atrevía a causar problemas mientras él estuviera en activo. Pero aquella vez les había hecho mandar él a ellos.

Cuando las puertas se abrieron, el diminuto presidente del Oeste fue el primero en entrar. Medía unos cuatro palmos y arrastraba su túnica verde al andar. Lucía su característico gorro, apretado en la frente y creando dos cuernos en la parte trasera del cráneo que llegaban hasta los hombros. Tampoco se quitaba nunca aquellos grandes anteojos metálicos (parecidos a dos coladores) que le cubrían casi media cara.
La segunda en entrar fue la presidenta del Sur. Su piel negra contrastaba siempre con sus vestidos a rayas de colores. De su maraña de pelo rizado colgaban cascabeles y otros complementos. Varias cintas atadas a su cintura, peleando contra la gravedad, bailaban al son del continuo meneo de sus caderas. Su chofer le abrió la puerta del coche, y ella lo hizo acompañarla hasta la puerta, para después ordenarle que le esperara dentro del vehículo.
Al ver que la mujer de color entraba, el presidente del Este abrió la puerta de su vehículo con impaciencia porque no quería ser el último en entrar. Sudaba abundantemente y su pelo grasiento se le pegaba en la frente. El torso desnudo mostraba su prominente barriga, sus casi ciento ochenta kilos eran motivo de orgullo para él. Una corta y holgada falda, y unas sandalias atadas a los tobillos completaban su atuendo. La barba bien recortada y el cuerpo excesivamente peludo le daban el aspecto de un oso. Así entró en la torre, resoplando y con paso firme.
Cuando estuvieron los otros tres dentro, el hombre del pelo blanco amarillento, que había vuelto al coche, soltó el volante de su viejo descapotable, cogió su bastón, y salió con paso rápido. Seguía enfadado pero sabía que debía calmarse. Se paró justo en la puerta, se sacó el sombrero de copa, sopló en su cima para quitarle el polvo en un gesto que era casi un tic, y se lo volvió a poner. Pintó una sonrisa en su rostro y entró casi con timidez.

La planta de la torre era completamente circular, de unos veinte metros de diámetro. El techo se encontraba a gran altura, y era allí dónde se encontraba la otra estancia de la torre, los aposentos privados de su alteza. La única manera de poder subir hasta ellos era mediante una larguísima escalera que nacía en el suelo y se enroscaba girando por encima de sus cabezas, dando vueltas por las paredes interiores de la torre, sin ninguna barandilla o pasamanos.
Antiguamente colgaba del techo una versión gigante de un reloj de bolsillo, pero tras varios siglos, la cadena que lo sujetaba había cedido y ahora flotaba el artefacto a escasos metros del suelo, dificultando el paso al entrar. Las agujas se habían quedado clavadas en las 17´22h, pero la segundera sobrevivía intentado desatascarse sin éxito, en un gesto eterno.
En el centro de la sala, cuatro sillas plegables vacías estaban dispuestas, orientadas hacia un torcido sillón, dónde sentado esperaba su alteza. Los ojos tristes, la barba mal afeitada, y el pelo desordenado. Aun y así desprendía poder. Los cuatro presidentes se acercaron en silencio, pero el superhéroe no les prestaba atención, tenía la vista perdida en algún punto inconcreto.

El anciano del norte miraba con rabia a aquel ser. No entendía como podía comportarse así el hombre más poderoso del mundo. Se quitó el sombrero, y se peinó el pelo hacia atrás sin dejar de sonreír ni un instante.
La mujer del sur miraba tristemente a su alteza, pero su mirada era severa, como si no estuviera de acuerdo con alguna cosa.
En cambio, el obeso del este miraba con desprecio a las sillas. De nuevo volvía a reírse de él, los rebajaba a todos, pasaba por alto quienes eran ellos. Se secó el sudor de la frente, y miró impaciente la entrada para ver como aparecía su sirviente acompañado de una joven desnuda, cubierta apenas con una suave gasa azul transparente.
El pequeño hombre del oeste se encaramó con dificultad a la silla hasta quedar sentado, y contemplaba la escena expectante.
En aquel momento llegó la chica desnuda y se arrodilló cerca de la silla libre, extendió la gasa sobre su delgado cuerpo, y apoyó las manos en el suelo, quedando a cuatro patas. Entonces el hombre-oso del este se sentó sobre su espalda, usando a la joven de silla, y dejando a la vista por debajo de la corta falda su pene, tirado por la fuerza de la gravedad y dos arandelas de grueso acero hacia el suelo.

Una vez estuvieron todos sentados el superhéroe se levantó. Parecía distraído, ausente, y dio unas cuantas vueltas sobre si mismo, incómodo. Cuando empezó a hablar y les miró directamente volvió aquella poderosa mirada que lo había hecho famoso.

-Presidentes…seré rápido y directo- sin formalismos y lejos del protocolo que tanto adoraban los otros cuatro-. He salvado el mundo muchas veces. He salvado tantas vidas que es imposible contarlas. He creado un mundo en paz- todos asintieron en silencio-. Nunca he pedido nada de nada, ni oro, ni fama, ni he tenido caprichos. Pero ahora tengo un problema, y por tanto ustedes y el resto de la humanidad también. Me siento vacío. Necesito un nuevo reto- el oso se secaba el sudor desesperado y los demás se removían incómodos en sus asientos-. Les doy treinta días para que reúnan a sus equipos y me den una nueva razón para seguir viviendo. Hagan lo que quieran, pero denme un nuevo desafío. Creen un supervillano, por favor.

La sureña se quedó con la boca abierta, el viejo parecía apunto de estallar de tanto que le temblaba el cuerpo, y el oso apenas podía tragar saliva. Fue el enano el que tomó la palabra, diplomáticamente, con calma.

-Alteza, eso que nos pide… No podemos hacer algo así, es inmoral crear algo que pueda dañarnos. Nunca podr…
-¡Me da igual lo que penséis! Si no lo conseguís entonces destruiré yo mismo el planeta. Lo haré despacio, para que así, a través del miedo y el sufrimiento se os ocurra algo.
-Pero señor, aunque quisiéramos, es imposible crear algo de tal poder…
-¡Hagan algo o lo destruiré tooodoooo!- enrojeció en un ataque de ira, incluso se le alteraron las facciones. Derribó el sillón de una patada.

El presidente del este se incorporó de la chica dispuesto a salir corriendo en cualquier momento. El viejo se puso en pie temblando, dudaba entre lanzarse al cuello de su majestad o empezar a gritarle. La mujer de color tenía la cabeza hundida entre sus manos. Pero el enano ni se inmutó, tomó la palabra de nuevo.

-Alteza hace tiempo que tememos algo así. Por eso trazamos un plan B, por si no termina de entrar en razón- soltó una corta risita y miró hacia la puerta de entrada.

A los pocos segundos apareció bajo el arco de la puerta un nuevo personaje. Iba embutido dentro de un ceñido traje azul. La mirada fija en el superhéroe. Sonreía malévolamente, con orgullo. Sus ojos, también poderosos, lo desafiaban como dos puntas de lanza.

-Nunca hemos podido clonarte, ni crear nada que pudiera hacerte sombra, ni pararte los pies, por si algún día te descontrolabas. Pero hace pocos meses dimos con una nueva llave. Conseguimos despertar ciertas fuerzas dentro de un ser bastante conocido por ti…

Los dos seres poderosos se miraron fijamente, interrogándose, midiéndose, hasta que el recién llegado habló.

-Y bien hermanito, ¿tienes algo que decir?

"Superhéroe" de Fucsia Anorak

1 de agosto de 2008

Éramos jóvenes y, aunque suene vanidoso decirlo, éramos mejor que la mayoría de chicos de nuestra edad. El inicio fue un poco caótico, tener poderes no es algo fácil de asimilar y más cuando eres adolescente, aunque eso tú la lo sabrás
Muchos empezaron su carrera delictiva en ese punto. Nadie nos podía detener. Estábamos por encima del bien y del mal .Aunque tarde, el gobierno contraatacó formando a superhéroes pues, ¿ cómo se podía combatir el crimen cuando los ladrones eran mejor que los policías?
Esta situación, al principio, no alteró demasiado los planes de los cacos. La mayoría, estaban en el lado contrario de la ley.
No nos podíamos quejar: teníamos dinero, chicas y nuestra vida apenas era monótona.

Pero la muerte de Black Tail supuso un cambio radical. Balck Tail era uno de los nuestros, un villano de guante blanco cuyo poder (elasticidad completa en las manos) le había permitido cometer infinidad de robos sin ejercer ningún tipo de violencia.
El Gobierno, harto de las libertades de los villanos, endureció a sus nuevos policías.
Silver Blue, un simple patrullero, fue el causante de la triste muerte. Nunca se sabrá si fue intencionado o no, si eran órdenes directas o no, pero Black Tail apareció desfigurado, desarmado y muerto.
Entonces, todo estalló. Algunos villanos se reafirmaron en su posición. otros, en cambio, asustados por semejante atrocidad y por miedo a no tener libertad, cambiaron de bando. cómo tú ya sabrás
Cómo no, nos pisaron desde un principio. La nueva policía tenía mejor preparación en todos los ámbitos: lucha, organización, étc...Y nuestro odio creció de manera exorbitante.
Por cada golpe que salía decentemente bien, cuatro eran un auténtico desastre. Probamos todo lo que estaba a nuestro alcance: sindicarnos, la magia arcana, las últimas tecnologías...Pero no era suficiente. Casi siempre, salíamos derrotados, cómo tú ya sabrás. Para nosotros, herir a un superagente de la policía era ya una victoria.
Ahí empezó a crecer desmesuradamente mi odio. Una y otra vez, derrotado me hallaba, cómo tú ya sabrás.
La gota que colmó el vaso fue la batalla que tuvimos en Illinois. Lo que hicisteis ahí no tiene perdón.
Y me retiré silenciosamente. Todo el mundo pensaba que Quiet Rage había muerto. Y esperé, esperé, esperé.
Los villanos fueron cayendo poco a poco. Era una canción de la cuál todo el mundo se sabía el final. Los villanos se estaban extinguiendo. No podían con vuestra superioridad ni con sus celos profesionales. Languidecían como una rosa en el desierto.
Y yo esperaba.
Dejasteis los suficientes villanos como para tener trabajo, sonreíais a las cámaras y teníais la suerte de vuestra cara.
Ah, la venganza. La venganza es como el humo de un cigarrillo, el que lo respira tose pero el que lo expulsa, lo disfruta.
Pasaron muchos años hasta que te retiraste. Ahora, disfrutas con las visitas de tus nietos, las sonrisa de tus hijos. Yo he estado todos estos años preparándome, entrenándome como un soldado sin patria.
Por eso, la memoria y el olvido son los mejores aliaos de los villanos. He asesinado a toda tu familia, a todo lo que amabas. No tienes nada. esto es por lo de Illinois. esto es por nosotros.
Y, ¿sabes lo mejor? Sé que he vencido. Me has dado una buena paliza, pero no has podido evitar que te lo arrebate todo.¿lo mejor? Que no tendrás tu venganza. Antes de venir aquí, tomé un veneno que ya está haciendo efecto. Adiós, patético rival.¡ Jóde.....e...